El ciclo de la velutina se alarga en Galicia con la aparición de nidos activos en pleno invierno

GALICIA

Nido de avispa velutina retirado por operarios de la Mancomunidad de O Salnés
Nido de avispa velutina retirado por operarios de la Mancomunidad de O Salnés Martina Miser

Estos insectos deberían comenzar su hibernación entre noviembre y diciembre

14 ene 2019 . Actualizado a las 13:48 h.

La velutina se resiste a hibernar este invierno en Galicia. Aunque la bibliografía indica que esta especie suele terminar su ciclo a finales de noviembre o principios de diciembre, en distintos municipios de Galicia se están encontrando nidos activos en pleno mes de enero. «En Sabarís aínda retiramos un hai pouco. E en Salceda de Caselas deixamos algún para estudalo e ver cómo evoluciona nas vindeiras semanas. Son niños a final de ciclo pero que aínda non entraron na fase de hibernación que teoricamente lles correspondería», explica Esther Ordóñez, veterinaria de la Agrupación Apícola de Galicia. La costa de Lugo y Ourense, el sur de Pontevedra y la zona de la Ribeira Sacra son las áreas donde más casos han localizado.

Desde la Asociación Galega de Apicultura (AGA) también han detectado presencia de nidos activos en Galicia. «Calculamos que a semana pasada había arredor dun dez por cento de niños con actividade. Na zona de Abegondo, por exemplo, víronse vespas velutinas hai poucos días» indica su presidente, Jesús Asorey.

Ciclo vital más largo

¿Está la velutina aclimatándose a Galicia? Eso es precisamente lo que quieren averiguar desde la agrupación. «Son especies invasoras e hai que estudar como se van adaptando á zona non vaia ser que se adapten de máis» señala con cierta sorna Ordóñez. Y es que no es la primera vez que estas avispas sorprenden con su actividad en pleno invierno gallego. «Hai dous anos o inverno foi moi suave e atopamos algún niño activo no mes de febreiro» cuenta.

El profesor de Zoología de la USC y director del Museo de Historia Natural de Santiago, Marcos González, opina que no hay que temer cambios radicales en los ciclos de vida de estos insectos. «Esos ciclos vienen marcados genéticamente, harían falta miles de años para modificarlos. No va a suceder que de repente las velutinas permanezcan activas todo el año. Lo que sí sucede es que cada temporada, según las condiciones climáticas y meteorológicas, hay cambios en los ciclos». Como ejemplo, explica que la pasada primavera fue dura y eso retrasó el comienzo de la actividad de estas avispas invasoras. Por el contrario, el invierno benigno que hemos estado viviendo puede favorecer que alarguen su ciclo vital un poco más de lo habitual.

En una cosa están de acuerdo estos tres expertos: el intenso frío y las heladas de los últimos días deberían acabar con las velutinas que aún quedan activas. «El frío extremo de los últimos días en Galicia debería hacer inviable su actividad salvo casos muy excepcionales de nidos situados en lugares muy abrigados», dice González.

Menos agresividad

Florencio Pérez ha retirado esta semana más de media docena de nidos en Salceda de Caselas. Cuenta que la actividad de la velutina no ha cesado en este municipio pontevedrés a pesar de que la temperatura media en lo que va de enero ha sido de apenas cinco grados. Lo confirma la concejala de Medio Ambiente, Carla Pérez: «Pensabamos que con este frío ían baixar os avisos pero non, os veciños seguen a alertar de que hai actividade nos niños e iso lles preocupa», indica. Aquí en Salceda es el ayuntamiento, con la ayuda de voluntarios, el que se encarga de la lucha contra la velutina y, de momento, no pueden bajar la guardia, aunque han detectado cambios en el comportamiento de los insectos. «Os niños seguen activos pero a poboación xa non é a mesma, dentro hai menos individuos e o seu comportamento xa non é tan agresivo, podemos desactivar un niño a pouca distancia e case ningunha avespa sae a atacar», relata. En los últimos 13 meses, este concello consiguió desactivar más de 85 nidos y su sistema de trampeo logró estabilizar la población de avispa velutina, que no había dejado de crecer en los últimos años.

Solo el Macizo Central ourensano se resiste de momento al avance de la avispa asiática

La capacidad de adaptación de la avispa asiática y la velocidad a la que lo hace sorprende incluso a los científicos. Si hace un par de años se creía que la velutina no llegaría a colonizar la alta montaña gallega, la realidad ha tirado ya por tierra esa afirmación: la avispa ha llegado ya a municipios como A Fonsagrada, Cervantes, Navia de Suarna, Pedrafita do Cebreiro o Carballeda de Valdeorras. El mapa de extensión de la velutina a 31 de diciembre es revelador de la expansión imparable del insecto. Salvo una docena de concellos del Macizo Central ourensano, el resto del territorio gallego está totalmente colonizado por la avispa llegada de Asia. En el mapa de detección de nidos de la Xunta figuran otra treintena de ayuntamientos de las cuatro provincias como libres de velutina, pero en la mayoría de los casos, sobre todo en los de Pontevedra y A Coruña, lo están porque no es la Xunta la que se encarga de la retirada de las colonias, sino casi siempre los propios concellos.

La velutina se ha extendido ya por toda Galicia. Otra cosa es que su éxito vaya a ser uniforme en todas partes. Su proliferación comenzó por la costa y continuó siguiendo el curso de los ríos, porque su hábitat predilecto son las áreas litorales y las zonas con humedad. Sin embargo, desde que su presencia se detectó en Galicia en el año 2012, ha ido adaptándose a la perfección a las condiciones climáticas de la comunidad y ha colonizado cada año nuevos territorios hasta llegar prácticamente a todos los rincones de la comunidad. Sin embargo, todavía es pronto para saber si su presencia en las zonas de montaña va a ser tan intensa como lo es ya en la costa.

En todo el norte de España

En el resto de España, la velutina también va ganando espacio. Además de en el País Vasco y Navarra, la avispa asiática se ha asentado en Cataluña, Cantabria, Asturias, La Rioja, comienza a aparecer en puntos de Castilla y León e incluso ha llegado a Baleares. La investigación no ha podido por el momento contener su avance, y si bien hay algunas líneas de estudio prometedoras, por el momento el trampeo en primavera u otoño es la opción más recurrente para tratar de capturar las reinas y evitar la formación de nidos.