«Todo es un montaje, soy inocente»

Javier Romero Doniz
J. Romero VIGO / LA VOZ

GALICIA

OSCAR VíFER

El arousano, en el penal de Zuera, se reconoce «tocado» por la situación de su familia y el embargo de su patrimonio

03 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Sito Miñanco recibió el enésimo mazazo judicial en el penal de Zuera, Zaragoza. Concretamente en el módulo 10, dedicado a presos reincidentes provisionales. Allí reside el reo José Ramón Prado Bugallo (Cambados, 1955) y ejerce desde hace pocos días la última tarea asignada, limpiar el patio. El contenido de la sentencia (ya se anunció recurso) implica otros cuatro años entre rejas, la misma pena que para su exmujer, su excuñada y su hija mayor. También el embargo del patrimonio millonario amasado bajo el paraguas de la inmobiliaria familiar San Saturnino. Dos golpes demasiado fuertes y simultáneos que Miñanco aún encaja, como puede, en la prisión aragonesa.

«Está muy preocupado por su hija mayor, por su exmujer, por lo que les pueda pasar. Insiste una y otra vez: ‘Todo es un montaje, soy inocente’», explica un funcionario de Zuera. La realidad es que el discurso de Sito Miñanco ha sido siempre el mismo cada vez que fue condenado o detenido. Eludir cualquier responsabilidad, a veces con argumentos «fantasiosos», como relata la sentencia. Lo contextualiza un arousano que trabajó para él y cumplió 8 años de cárcel por narcotráfico: «Sito, para los que hemos cumplido nuestras condenas, admitimos los errores y hasta colaboramos, todo para recuperar la vida algún día, creemos que se equivoca. Tiene que cambiar el chip, dejar de hacerse la víctima, de negar cada delito del que se le acusa. Lo hizo siempre y los resultados son conocidos por todos».

La realidad es que el considerado primer gran narco de Galicia mantiene esa estrategia de victimización, si cabe ahora más agudizada al involucrar a sus familiares condenadas. «Dice que todo lo ocurrido con esa sentencia procede de una causa antigua, que no tiene nada que ver, que no tiene relación con su exmujer desde hace años, y que aun así lo condenan», explica el funcionario. «"Me tocaron el patrimonio, metieron a mi hija, que no tiene nada que ver. Soy su padre, la ayudé al principio, cuando empezaba, pero qué padre no lo hace con sus hijos si puede"11, sostiene, igual que dice que todo es un montaje por llamarse José Ramón Prado Bugallo».

El Estado contra él

Miñanco cuestiona el incluso Estado de derecho y a la Policía Nacional que lo investiga. Denuncia que las grabaciones acumuladas contra él fueron manipuladas y que, en consecuencia, podría salir airoso una vez llegado el juicio de la Mito, la operación policial ejecutada hace un año que implicó su última acusación por narcotráfico al frente de una organización con presencia en tres continentes. El balance de la Mito dejó varios alijos, uno de 616 kilos en Holanda. La Policía Nacional lo responsabiliza de organizar la operación comercial mediante contenedor. Él, esta semana, aseguraba en la cárcel que, en Holanda, ya se condenó a dos acusados por ese alijo, y que las autoridades del país no lo implican a él. Otro argumento que Miñanco pondrá sobre la mesa para intentar rebajar los años de condena.

Lo que sí reconoce el arousano, también dentro de Zuera, es que lo único que hacía hasta su detención en Andalucía era lucrarse con la venta de teléfonos encriptados. Concretamente en Marbella. Los mismos dispositivos que utilizaban los integrantes de su organización para comunicarse entre ellos. También por medio mundo, con lo que parecen ser clientes y proveedores, para coordinar envíos y descargas, la compra y organización logística. Todo lo necesario para crear un imperio del que sus investigadores aseguran que solo se conoce la punta del iceberg.

Denuncia que las grabaciones que lo implican en la Mito están manipuladas por los investigadores