Geólogos advierten del «despropósito» paisajístico de la cartelería de As Catedrais

GALICIA

Visitantes de As Catedrais observan los trabajos de colocación de carteles que advierten de las zonas peligrosas
Visitantes de As Catedrais observan los trabajos de colocación de carteles que advierten de las zonas peligrosas PEPA LOSADA

Señalan, sin embargo, que la afección sobre la durabilidad o fragilidad del monumento natural es mínima

10 abr 2019 . Actualizado a las 21:16 h.

Una metedura de pata a nivel paisajístico. Eso son, según geólogos consultados por La Voz de Galicia, los carteles amarillos con los que la Xunta de Galicia ha decidido señalar los puntos más peligrosos de la playa de As Catedrais en Ribadeo. Estos avisos, que no prohíben el paso pero sí advierten del riesgo de desprendimientos, se han anclado a la propia roca, taladrando algunos puntos del monumento natural, algo que la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) califica de «degradación y atentado» contra el patrimonio natural.

Desde la sociedad que preside Serafín Lorenzo, creen que el taladrado del acantilado para colocar los carteles supone un «pésimo exemplo» para la ciudadanía y «un deterioro das formacións xeolóxicas» y, por tanto, estaría prohibido por el propio Plan de Conservación que rige en este monumento natural desde el año 2015. Por ello, la SGHN ha solicitado a la Dirección Xeral do Patrimonio Natural que retire y sustituya de manera inmediata los rótulos instalados directamente en la roca.

¿Pero qué opinan al respecto los expertos en geología? Manuel Monge, presidente de la Comisión de Patrimonio Geológico de la Sociedad Geológica de España, cree que advertir sobre las áreas de más riesgo es pertinente pero discrepa con la forma escogida. «Los manuales de buena gestión de los espacios naturales marcan que en zonas de litoral la señalización no debe tener carácter permanente», indica, y añade que la acción del mar acaba por hacer desaparecer la cartelería, con el consiguiente gasto público.

El otro pero que encuentra este experto tiene que ver con el aspecto paisajístico. «Estamos en un paraje que genera placer visual. Desde ese punto de vista es evidente que una placa artificial y llamativa colocada directamente en un elemento natural no es lo más adecuado». Menos incidencia ve a nivel de conservación del propio monumento natural. «Habría que estudiar cada punto de colocación en concreto, pero a priori, agujerear de manera puntual la roca no debería tener un impacto significativo a nivel de fragilidad o durabilidad de las formaciones, la afección sería mínima», señala Monge.

Opinión muy parecida maneja el geólogo gallego Fran Canosa. «A instalación dos carteis non vai afectar á degradación da formación rochosa pero é un despropósito que un momumento natural se encha de cartelería», dice. Apunta, además, a la escasa utilidad de estos avisos. «Xa había algún na parte alta dos cantís e a xente non lles fai nin caso, así que cargarse toda a estética dunha paisaxe por uns carteis que nin sequera van cumprir a súa función carece de todo sentido, este modelo non resulta beneficioso nin para a seguridade das persoas nin para a conservación do monumento», opina.

Cupo de visitantes excesivo

Para este experto, sería necesario tomar medidas más drásticas. «O cupo de visitantes segue a ser excesivo, case 5.000 persoas ao día é insostible», argumenta. Su propuesta pasa por fijar visitas guiadas como requisito para acceder al arenal. «Non pode deixarse o lugar aberto ás visitas se as condicións de seguridade non se poden garantir ao 100%».

Canosa alude como modelo de referencia a los parques naturales americanos, algo que también hace Pablo Núñez, delegado en Galicia del Colegio de Geólogos de España. «Alí hai un cartel á entrada explicando os riscos, pero unha vez dentro non hai cartelería. Non é preciso sinalizar cada punto de perigo, o visitante ten que ser advertido e concienciado antes de entrar, algo que nas Catedrais podería facerse cunha pequena charla antes de acceder ao areal», propone Núñez, que también sostiene que la afección provocada a las rocas por la colocación de cartelería es «nimia».

Estos dos expertos son partidarios también de llegar a la sanción económica cuando los visitantes no respetan las advertencias e insisten en acceder a lugares peligrosos. «Cando alguén camiña sobre un arco das Catedrais non só arrisca a súa vida, tamén pon en risco un patrimonio natural que é de todos e pon en perigo outras vidas, as dos que pasean por baixo desas formacións rochosas que están en continúa evolución, ao mellor hai que ir pensando en tocarlle o bolsillo a eses intrépidos», argumenta Núñez, que señala los arcos, las grutas y los pies de los taludes como las zonas de más riesgo.

Manuel Monge apunta otra opción, más allá de la cartelería y las charlas previas, que pasaría por la presencia de personas autorizadas que adviertan a los visitantes a pie de playa cuando se acerquen a un punto peligroso. Aboga por figuras similares a los rangers estadounidenses que puedan a la vez advertir e informar.

Trabajo de interpretación

Si en algo coinciden los tres expertos es que una verdadera puesta en valor del monumento natural de As Catedrais contribuiría a su mejor conservación. «Este lugar supone un patrimonio geológico excepcional y sin embargo cuando se visita hay muy poca información al respecto. Es una pena que no haya un trabajo riguroso de interpretación», afea Monge. Explicar al visitante qué es lo que está viendo, sus peculiaridades, cómo se ha formado el lugar y a qué procesos geológicos responde sería, a su juicio, un elemento imprescindible para garantizar el futuro de esta zona protegida y, al mismo tiempo, mejorar la experiencia de quienes lo visitan.