Investigan el contenido de la botella de agua de la niña muerta en Cospeito

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

GALICIA

L.V.

Tras la realización de la autopsia, la jueza autorizó la inhumación del cadáver. La pequeña fue enterrada en Xermade

06 may 2019 . Actualizado a las 07:32 h.

Continúa la investigación sobre la extraña muerte de la niña de siete años que el viernes, sobre las ocho de la mañana, apareció sin vida en la cama de su domicilio de Muimenta, en el municipio lucense de Cospeito, en donde residía con su madre y su abuela.

Durante la mañana del sábado le fue practicada la autopsia en el Hospital Lucus Augusti. Una vez realizada, el informe preliminar de la misma fue enviado a la jueza de instrucción número 1 de Vilalba, que se encarga del caso, y a los agentes de la Guardia Civil que llevan estas actuaciones. Desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia confirmaron ayer que no se han producido detenciones.

La investigación sigue declarada bajo secreto de sumario, pero una de las hipótesis con las que se trabaja es la de que una intoxicación fuese la causa de la muerte de la pequeña. Para tratar de confirmar o descartar este extremo, además de las pruebas realizadas durante la autopsia otra de las pruebas clave es la aparición de una serie de pastillas que fueron halladas en la casa y que tenía que tomar la madre de la niña para tratar algunos trastornos psicológicos que padecía.

Además de las pastillas, en un recipiente apareció una sustancia de color oscuro, similar a café o cola, que está siendo también analizada y que en un primer momento podría ser un cóctel de pastillas o de medicamentos de la madre. Ese mismo líquido fue hallado en la botella de agua de la que bebía habitualmente la menor, que los investigadores también se llevaron entre los indicios a analizar. Tras descubrirse el cadáver el viernes y al ser preguntada si la niña pudo haber ingerido ese líquido, la madre dijo que lo desconocía, a pesar de que esa noche habían dormido juntas.

El pijama de la madre

Otras muestras que recogieron los investigadores en la casa fueron sábanas de la cama, varios pijamas y otras prendas de la niña y de su madre que pudieron encontrar en varias habitaciones de la vivienda. Todo para cotejar las sustancias que puedan tener impregnadas con otras similares y que pudieron haber sido detectadas ayer al practicarle la autopsia. Algo que podrían estar buscando los investigadores es el pijama de la progenitora, que parece que no ha aparecido.

Por su parte, la madre de la menor continúa ingresada en el HULA y en estado de shock. Un grupo de psicólogos son los encargados de su vigilancia. Todo apunta a que podría permanecer ingresada varios días y será la jueza quien tome la decisión al respecto para que los agentes puedan actuar y tomarle declaración en cuanto su situación médica lo permita. Además de la madre, el viernes también prestó declaración ante la Guardia Civil la abuela de la pequeña, que quedó después en libertad mientras su hija, y madre de la menor, era enviada al hospital.

Los padres de la niña fallecida están separados y era ella la que tenía la custodia. Según fuentes conocedoras del caso, la madre tiene problemas psicológicos y estaba sometida a tratamiento. Debía acudir a la cita médica con frecuencia y mantener una medicación porque tenía sentimientos de inseguridad y de persecución, por los cuales también ella aplicaba una elevada dosis de protección a la niña.

Madre e hija vivían en la casa de la abuela, en Muimenta, donde la niña estaba escolarizada, mientras que el progenitor, natural de Roupar, una parroquia del concello lucense de Xermade y que trabaja como personal de seguridad, reside en A Coruña. Veía a su hija solamente cuando le correspondía. El padre se presentó en la vivienda el viernes, tras conocer lo ocurrido y, cuando se encontró a la madre de frente, le gritó: «¿Qué le has hecho a mi hija?».

Los vecinos no se explican qué pudo ocurrir 

Con el paso de las horas y con la llegada a cuentagotas de informaciones, aumenta la conmoción entre los vecinos de Muimenta. Las pesquisas acerca de la trágica y extraña muerte causaron a los residentes de esta pequeña localidad un impacto que continuaba intacto horas después de que se hubiesen conocido los hechos.

Recorriendo la parroquia ayer, pocos vecinos se veían por la calle, y entre la gente se percibía una sensación de dolor. Y es que la familia afectada es muy conocida en la localidad y en parroquias cercanas. El abuelo materno tuvo un taller mecánico en las afueras de Muimenta y la hija del dueño también trabajó durante una temporada en las instalaciones. No fue el único establecimiento de la familia, puesto que la abuela materna, durante algún tiempo, estuvo al frente de una tienda relacionada con la artesanía y con la decoración.

Colegio y asociaciones

El Concello de Cospeito, la AMPA, la asociación de empresarios o el colegio de Muimenta mostraron su pesar por el suceso. Fueron muchos los que se acercaron a la casa familiar en la que la pequeña perdió la vida. Según iban pasando las primeras horas, los vecinos se fueron agolpando en los alrededores de la vivienda para mostrar su apoyo a la familia, especialmente a la abuela, que quedó en libertad tras declarar el viernes en el cuartel de Vilalba.

Otro lugar invadido por la tristeza es el colegio, donde la niña cursaba segundo de primaria. Este lunes psicólogos estarán en el centro para prestar su apoyo. El equipo de orientadores de Educación, a mayores, se mantendrá en contacto con la persona que efectúa este trabajo en el colegio, también psicóloga, para facilitar los primeros días. Desde la AMPA de Muimenta también han querido hacer llegar a la familia todo su apoyo, y mostraron su disposición a colaborar en todo aquello que sea preciso.

Cancelación de acto

La Asociación de Empresarios de Muimenta, encargada de organizar la Festa da Filloa, transmitió su apoyo a toda la familia y anunció la suspensión de la tradicional comida de confraternidad que se organiza todos los años para los voluntarios de la Filloa, y que iba a celebrarse, como es costumbre, el primer domingo después de la fiesta. La comida tendría lugar, precisamente, hoy, pero se ha cancelado tras lo ocurrido.

Sin enfermedades

Entre los corrillos a las puertas del tanatorio, los asistentes se preguntaban sobre las posibles causas de la muerte de la pequeña. Recordaban que la niña gozaba de buena salud y los que la conocían de cerca manifestaban que no tenía ninguna enfermedad conocida que pudiese provocar su fallecimiento de esta forma fulminante.

Destacaban además su unión a la abuela, con la que la menor hacía numerosas excursiones y participaba en distintas actividades.

Precisamente, el pasado miércoles la niña iba a participar con su abuela materna en la Festa da Filloa de Muimenta, tocando la pandereta en un grupo folklórico local, aunque finalmente no asistió a este acto por oposición de la madre. La abuela, una persona a la que todos aprecian mucho en el pueblo y que definen como una mujer muy participativa y entregada a la hora de organizar eventos y festejos, acudió a cocinar filloas como todos los años, sin embargo la chiquilla se quedó en casa y no la acompañó como estaba previsto.