Aunque todavía le persigue su papel de Fito en la popular serie «Mareas Vivas», el malpicán ha desarrollado una carrera interpretativa en la que el teatro tiene gran peso
04 jul 2019 . Actualizado a las 10:03 h.Santi Romay (Malpica, 1983) se ha afeitado la barba que lucía hace unas semanas y ahora su rostro recuerda todavía más al de aquel Fito que a finales de los 90 se colaba en los hogares gallegos a través de la televisión, interpretando al niño más pícaro de la serie Mareas Vivas. Aquella fue su primera experiencia profesional. «Tiña 13 anos. Para min eran como unhas vacacións pero ao mesmo tempo foi unha escola en toda regra. Traballaba cos mellores: Tosar, De Lira, Carlos Blanco, Pico, Mela Casal...». Su relación con la interpretación había empezado unos años antes. «Facía bastante o parvo e miña nai díxome que non podía estar todo o día na rúa. Daquela en Malpica había poucas actividades. Metéronme a baile rexional, pero non me gustou, así que probaron co teatro. Empecei na escola de Malpica con 9 anos», rememora.
Lo que empezó como un «descarte» acabó por convertirse en su profesión. Desde que se estrenó en aquella mítica serie, hace más de veinte años, Santi ha seguido haciendo televisión, algo de cine y mucho teatro. De hecho, tiene tres premios María Casares: uno como actor protagonista, otro como secundario y un tercero por una adaptación teatral. Pero también ha sufrido los sinsabores de la profesión. «Hai épocas nas que vén todo o traballo xunto e outras que estás meses na casa sen nada. Entón a cabeza empeza a pensar se realmente vales para isto. É unha carreira de fondo. Por sorte, nunca tiven que cambiar de profesión», explica.
Ahora toca una época de vacas gordas. En Vigo graba una serie, un thriller coproducido por la TVG y la RTP portuguesa. En Arousa ensaya la pieza teatral Nun cuarto da rotonda. Acaba de terminar su participación en el programa de televisión Malo Será y para agosto prepara otro espectáculo de teatro sobre una obra de Shakespeare. Un no parar, que encaja muy bien con su personalidad inquieta. «Gústame formarme en moitos ámbitos. Fixen malabares, o ano pasado estiven formándome en danza, recibín clases de canto...». ¿Será su próximo trabajo un musical? «Para iso non estou capacitado aínda, pero oes, se hai algún produtor ou produtora que faga unha oferta suculenta bótome para diante!», dice entre risas. Todo eso lo compagina con el papel más importante: el de padre de una niña, Lía, que está a punto de cumplir seis años y que, viendo a su papá, ya ha querido empezar a hacer teatro.
Aunque se escapa a su adorada Malpica siempre que puede («alí están a familia e os amigos de sempre»), hace años que ha fijado su residencia en A Coruña, lejos de los cantos de sirena de las productoras audiovisuales madrileñas. «Os días que estou moi estresado preciso respirar aire de mar, crieime ao seu lado», explica.
Fui
Fito en la popular serie «Mareas Vivas», que empezó a emitir TVG a finales de los años 90
Soy
Actor de televisión, cine y teatro, y padre de una niña