La fuerza del viento empuja ya la mancha de fuel del petrolero hacia la Costa da Morte. Tercer día de la crisis en el que los expertos creen que el buque verterá toda su carga si se hunde

La Voz

Apenas 34 millas (61 kilómetros) y un puñado de metros para que se rompa. El operativo de rescate sólo ha conseguido alejar de Galicia el Prestige la mitad de la distancia prevista cuando el jueves se forzó al capitán a encender los motores para distanciar al petrolero de la Costa da Morte. Este alejamiento ha sido su condena. El buque tiene una brecha de más de 40 metros en su casco, provocada por la vibración de los motores, y el riesgo de que se parta en dos ha puesto sobre la mesa otro peligro más acusado: el de que se hunda y estallen los tanques que cargan unas 74.000 toneladas de fuel, un combustible de gran densidad que, además, presenta bajos niveles de degradación.

Los motores se apagaron de madrugada para evitar que la grieta se hiciese más pronunciada La situación es todavía más compleja porque desde el mediodía de ayer el Prestige no avanza, al no disponer de motores, que se apagaron de madrugada para evitar que la grieta se hiciese más pronunciada. Las coordenadas en las que se encontraba a la una y media de la tarde (43°55´ de latitud norte y 10°10´oeste) eran las mismas doce horas después, esto es, 62 millas (111 kilómetros) de la costa de Galicia. Un parte oficial de las autoridades francesas apuntaba incluso que el buque habría cedido parte de lo avanzado la noche anterior por la acción de los vientos de fuerza nueve que hay en la zona.

Imagen exclusiva facilitada por la tripulación filipina a La Voz
Imagen exclusiva facilitada por la tripulación filipina a La Voz

Control de la fragata

Dos remolcadores trataron sin éxito durante todo el día de alejar el buque de la costa bajo la vigilancia de la fragata Cataluña, que proporciona víveres y asistencia. El equipo de las firmas Smit y Tecnosub, contratadas por el armador para rescatar el petrolero, fue desalojado a primera hora de la tarde ya que su labor a bordo se había completado. Si el barco aún está a flote, hoy regresarán dos técnicos de esta compañía para estudiar soluciones.

En la evacuación también abandonó el buque el capitán, el primer oficial y el jefe de máquinas. Por su «nula colaboración con las autoridades», el máximo responsable de la nave, el griego Apostolos Magouras, ha sido detenido y acusado de un delito de desobediencia.

El gran problema ahora es que existe un elevado riesgo de que el barco se parta en dos, especialmente por el mal tiempo.

Marina Mercante sostiene que, si esto sucede, se remolcarán de forma independiente la proa y la popa, que deberían mantenerse durante un tiempo a flote, hasta alejarlas lo máximo posible de Galicia.

El escenario en ese caso sería el peor de los deseados, puesto que todo parece indicar que más tarde o más temprano acabarían por irse al fondo. Las previsiones de lo que pasaría entonces son contradictorias.

Si se van a pique, los depósitos podrían estallar por la presión El delegado del Gobierno en Galicia aseguró ayer que confían en que si se hunden los tanques a una profundidad de más de 4.000 metros se congele el fuel y el peligro de marea negra se mitigue. La opinión de los expertos es bien distinta. Constructores de petroleros e ingenieros de astilleros gallegos matizaron que, si se van a pique, los depósitos podrían estallar por la presión, con lo que el combustible se derramaría y la marea negra estaría servida.

Sobre si ésta afectaría a Galicia existen opiniones dispares. El conselleiro de Pesca, Enrique López Veiga, subrayó que con el Prestige a 60 millas el riesgo de que alcance la costa no es muy alto». Los expertos puntualizan, por contra, que sí afectaría al litoral gallego.

universe maritime, firma que gestiona el prestige

«Nos han cerrado todas las vías para salvar la situación»

La armadora cuestiona la decisión de alejar el barco

El malestar de la empresa que gestiona el Prestige, Universe Maritime, con la Administración española era evidente ayer. «Las autoridades nos obligan a alejarnos hasta las 120 millas, no nos dejan retornar y eso dificulta el plan para rescatar el barco. Nos están cerrando todas las vías para salvar la situación. Y cuando un barco está averiado, el tiempo apremia». Así de crítico se mostraba ayer Steven Asken, portavoz de la firma, con lo que considera empecinamiento por parte de los responsables españoles en trasladar el barco sin considerar otras posibilidades.

«Las autoridades nos obligan a alejarnos hasta las 120 millas, no nos dejan retornar y eso dificulta el plan para rescatar el barco»

Buscar un refugio

«Primero nos prohíben entrar en todos los puertos. Y después nos obligan a ir cada vez más lejos. Eso complica el trabajo de la empresa de rescate. En un caso como este la opción más viable es realizar un trasvase de la carga a otro barco. Para ello sólo se necesita encontrar un refugio. No tiene por qué ser un puerto necesariamente, basta con encontrar una zona del mar más tranquila. Lo que está claro es que a 120 millas de distancia no se dan esas condiciones», prosigue.

Steven Asken recordaba que las previsiones meteorológicas apuntaban un empeoramiento del tiempo. Y que cuanto más alejado esté el barco de la costa, peores serán esas circunstancias. «Además, ¿qué barco va a prestarse a realizar un trasvase de carga a 120 millas y con temporal?», pregunta Asken.

«¿Qué barco va a prestarse a realizar un trasvase de carga a 120 millas y con temporal?»

Reconoce que es fundamental minimizar los daños medioambientales y que a este objetivo responde la decisión del Gobierno español. «Pero si nos dejasen acercarnos podríamos hacer el trasvase con un riesgo mínimo».

En esta percepción coincide con las empresas encargadas del rescate, la holandesa Smit y la catalana Tecnosub (ya realizaron conjuntamente operaciones en los casos del Mar Egeo y el Casón). Ambos coinciden en que lo primordial, «si el barco aguanta», es salvar la carga por dos motivos: la catástrofe ecológica que se evitaría y el valor económico. Y también apuntan que es preferible acometer el trasvase más cerca de la costa, en lugar de esperar a hacerlo cuando el barco se encuentre a 120 millas. A todo esto se une, para disgusto de las dos empresas y del armador, que sólo podrán tomar sus propias decisiones cuando superen esas 120 millas de distancia.

Negociaciones

El portavoz de Smit, Lars Walder, mostraba a última hora de la tarde su confianza en que el barco lograse superar la noche sin partirse a la mitad. En caso de que sea así, ya han iniciado negociaciones en busca de un puerto que pueda acoger el buque. «España ya ha dicho que no podemos entrar en ninguna de sus dársena pero estamos en conversaciones con varios países. Aunque todavía no hemos recibido ninguna respuesta, negociamos con Portugal, Cabo Verde e incluso con Gran Bretaña».

«España ya ha dicho que no podemos entrar en ninguna de sus dársena pero estamos en conversaciones con varios países»

Walder también explicó que ya está camino de Galicia, procedente de Gibraltar, un potente buque remolcador del grupo holandés.

Presentación interactiva: Gladys Vázquez / María Pedreda

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