Xacobe Pérez: «La televisión me ha olvidado»

GALICIA

MARCOS CREO

El presidente de la asociación Cabalo Galego, uno de los hombres que mejor imitaban a Fraga, presume de ser «compostelano hasta las cachas»

03 ene 2020 . Actualizado a las 23:45 h.

Ver a Xacobe Pérez Paz (Santiago, 1969), siempre está bien, pero hablar con él por teléfono tiene un plus porque de repente se convierte en Manuel Fraga o en cualquier otra cosa. Con los 50 recién cumplidos, del presidente de la asociación Cabalo Galego se podrán decir muchas cosas, pero nunca que tiene pelos en la lengua. Lean, lean.

-Yo soy picheleiro, compostelano hasta las cachas. Vivo al lado do carallo 29, en la rúa Santo Agostiño.

-¿Qué es eso?

-Un monolito que se usaba en las esquinas de las casas para que las ruedas de los carros, al descargar o girar, no afectaran a la fachada. Este, concretamente, tiene forma de pene, es un gran carallo. Y es una de las cosas más fotografiadas de Santiago.

-Este año celebró los 50.

-De una forma muy especial, porque el año pasado tuve dos infartos. Uno en septiembre en el que me salvó la niebla. Iba a sacar una embarcación que tengo en Vilagarcía, pero había niebla y decidí no sacarlo. Y entonces fue cuando vino el dolor en el pecho. Me trasladaron a Santiago y allí coincidí con uno que había estudiado conmigo. Seguramente para tranquilizarme, el hombre me daba palique, pero yo le contesté que se dejara de rollos y que me operara, que me estaba muriendo.

-Menudo apuro.

-Sí, en octubre me volvió a pasar y ya me dijeron que tenía una característica genética: las venas muy finas, así que no me podían poner más stents. Y así estoy, con 25 kilos menos y tomando 14 pastillas al día. Yo, mis 50, los cumplí hace muchos años ya.

-¿Qué quiere decir?

-Que tuve una juventud muy madura marcada por un ritmo de trabajo frenético, inculcado por Fraga. Fui su asesor de deportes durante 16 años.

-Y ahora se dedica en exclusiva al caballo gallego.

-Sí, porque la televisión me tiene olvidado y maltratado tras más de veinte años de colaboración directa con muchos programas. Hay un pago magnífico que da la televisión: la gente que te comenta algo de lo que tú no te acuerdas, pero que a ellos les hizo olvidar el dolor en un momento determinado. Ese es el poso que me queda para querer volver. El humor en televisión hoy tiene un nivel muy bajo, casi no es ni humor. Es una idiotez.

-Hablemos de caballos. Dicen que son unos magníficos bomberos porque comen tanto matorral que evitan los incendios.

-Cada caballo come 21 kilos al día de masa arbustiva. Si lo multiplica por unas doce o quince mil cabezas que hay actualmente salen muchas toneladas de desbroce de montes a coste cero. Acabamos de firmar un convenio con la Xunta para que esta asociación del cabalo galego permanezca tres años más.

-Sabrá usted montar.

-Sí, pero me gusta más trabajar con riendas largas. Pie a tierra con una cuerda al bocado y haciendo ejercicios de alta escuela. Eso me apasiona.

-Usted también fue concejal.

-Con el Partido Popular, cuatro años en la oposición. Aún me paran por la calle y me identifican como concejal para hacerme consultas o peticiones.

-¿No le gustaría volver?

-Bueno... Están en ello.

-Estará usted también.

-Sí, claro, pero están ellos más que yo. Aunque yo tampoco me opongo. Y siempre llaman cuando no está más fuerte el partido. Me dejaré querer por el bien de la ciudad.

-Si diera una voz al estilo de Fraga...

-Puede ser. Rememorar aquella anécdota cuando llamó la secretaria de Dositeo [Rodríguez, conselleiro de Presidencia en aquel momento] y yo le dije [en este momento imita la voz de Fraga] ¡que subiera a mi despacho! Imagínese el cachondeo cuando subió Dositeo, porque Fraga estaba aquel día en Bruselas, ja, ja. Aquella voz tenía mucho poder.

-De pequeño seguro que ya imitaba a los profesores.

-¡Qué va! Yo de pequeño era normal, no sé por qué me dio por las imitaciones. Tuve una educación tradicional y una devoción fantástica. De pequeño me enamoré de una monja, Sor Concepción. Con 4 años le decía que tenía la cara como un sol.

-Toca la gaita.

-Sí. Yo tengo un gaito. El único que hay en Galicia, una gaita macho. La mandé hacer a un artesano y el fol está hecho con la piel de un cordero y tiene sus testículos. Así que, cuando inflo el fol, también se le hinchan los huevos.

-¿Celta o Dépor?

-Dépor. Yo trabajé muchos años en el Deportivo.

-Defínase en pocas palabras.

-Me considero bueno, tenaz, leal y currante.

-Explique ahora Galicia, también de forma sintética.

-Galicia es la bomba, la leche, lo máximo. Galicia es la madre que llevamos dentro.

-¿Qué le pide a los Reyes?

-Fuerza de voluntad.

-Y si usted fuera el Rey Mago, ¿qué le traería a Pedro Sánchez?

-Sentidiño.

-¿Y a Feijoo?

-Un par de zapatos, que le van a hacer falta para patearse toda Galicia.

-Dígame una canción.

-My way, de Frank Sinatra.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-La madre de cada uno; la madre que nos parió. Y después, el resto.