La justicia escocesa condena a un gallego a 16 meses de cárcel por tenencia de pornografía infantil

c. martínez / s. L. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El condenado trabajaba en la Universidad de Edimburgo
El condenado trabajaba en la Universidad de Edimburgo Kim Traynor

El acusado, natural de Compostela, tenía en su ordenador personal miles de archivos con abusos sexuales a menores

23 ago 2021 . Actualizado a las 15:57 h.

Un gallego residente en Edimburgo acaba de ser condenado a 16 meses de cárcel por el Tribunal del Sheriff de Edimburgo (equivalente juzgado local de primera instancia) por descargar y poseer miles de archivos de pornografía infantil y abusos sexuales a menores en su ordenador personal. Además, ha sido incluido en el registro de delincuentes sexuales del Reino Unido durante diez años.

P. F. S., natural de Santiago de Compostela, regresó al banquillo de los acusados para conocer su sentencia después de declararse culpable en su primera comparecencia ante el juez en julio. Al compostelano le descubrieron en el disco duro de su computadora 5.388 imágenes de abuso infantil a niños de entre seis meses y 16 años de edad. De ellas, 946 eran de contenido explícito, en las que se podía ver a menores siendo violados por adultos.

Por estos hechos, P. F. S. irá a la cárcel durante 16 meses. Según publica la prensa escocesa, que él mismo reconociese los hechos y se mostrase «arrepentido» se tuvo en cuenta a la hora de interponer la pena. En la jurisdicción del país, se trata de una sentencia de corta duración por ser inferior a cuatro años, pero implicará que el gallego cumpla, por lo menos, la mitad de esa pena en prisión. Además, al haber sido incorporado al registro de delincuentes sexuales del Reino Unido se le prohibirá trabajar con niños y adultos con necesidades específicas en el futuro.

En la universidad

El pedófilo, de 37 años, trabajaba en la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo cuando estalló el caso, ejerciendo de tutor de los estudiantes que se alojaban en la residencia de esta institución privada. Entre sus labores, se encargaba de dar la bienvenida a los estudiantes, resolver sus dudas o tratar de solucionar dispuestas entre ellos. Cuando se inició la investigación, la policía informó a los responsables de la universidad, que después de analizar la situación acabaron cambiando de funciones al gallego tras una «evaluación de riesgos». Sin embargo, después de que él mismo confesase los hechos, lo suspendieron del cargo a espera de que se resolviera la causa.

Según fuentes conocedoras de los hechos, el compostelano se mudó a la capital escocesa hace seis años. Al principio, empezó trabajando en la limpieza de un hotel, funciones que pasó a desempeñar poco después en la universidad, junto con tareas de mantenimiento. Gracias a una oferta de promoción interna, ascendió a tutor de los estudiantes que se alojaban en la residencia.