Ser detective en tiempos del covid-19

Elena Silveira
Elena Silveira A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

EDUARDO PEREZ

Investigan más falsas cuarentenas mientras baja el seguimiento de infidelidades

26 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ser detective en tiempo de pandemia no es fácil ni rentable. Varios despachos que trabajan en el ámbito gallego confirman que desde que el coronavirus entró en juego tienen menos clientes y el trabajo de campo se ha complicado. «Nos llegó un encargo de hacer el seguimiento a un empresario que supuestamente estaba de baja. Una compañera se encargó de seguirle cuando conducía un camión por el medio del monte, por unas pistas forestales y de madrugada, en un momento en el que prácticamente las carreteras y calles estaban vacías. Y, claro, para confirmar la identidad de una persona hay que acercarse... Pero al final pudimos corroborar que, mientras estaba de baja laboral en una empresa, seguía trabajando en otra», recuerda Carlos Díaz Chirón, responsable de Investya.

Con la pandemia también están llegando a los investigadores privados casos de gente que defrauda con la cuarentena obligatoria por el covid-19. «Recibimos el encargo de seguir a una empleada de una empresa muy conocida en su sector que, supuestamente, estaba pasando la cuarentena por haber estado en contacto con otras personas que dieron positivo. Pero, en realidad, se iba a pasear o de compras, tan ricamente. Eso sí, iba con mascarilla», explica Juan Otegui, responsable de Captor Detectives. Indica que su trabajo no es juzgar lo que hace o deja de hacer una persona, sino que actúan como una especie de notario en la calle. «Y, normalmente, las empresas conocen los perfiles de sus trabajadores, por lo que más o menos ya saben quiénes son los legionarios y quiénes intentan zafarse o alargar bajas de forma innecesaria», comenta Otegui. En este sentido, indica que, por lo general, si un trabajador llama a su empresa diciendo que ha sido contacto estrecho de una persona positiva en covid no ponen problemas la hora de que cumpla la cuarentena y, la mayoría, recomienda que se queden en casa. «Pero también hay algunos que se aprovechan de esto para irse a la playa, trabajar en otra cosa, realizar otras actividades o, simplemente hacer lo que les dé la gana», indica.

En lo que todos los detectives están de acuerdo es en que con la pandemia hay «menos trabajo». La población tiene menos ingresos económicos, por lo que piden servicios con presupuestos muy bajos que son imposibles de asumir. «El trabajo pudo bajar en un 40 % durante el confinamiento y ahora, poco a poco, vamos recuperando la normalidad». Eugenio Baleato, de Detectives Baleato, indica que de los cuatro trabajadores que tiene la empresa uno se tuvo que acoger a un ERTE, «pero solo temporalmente porque aunque los encargos habían mermado, teníamos que seguir realizando trabajos de investigación que no requerían seguimientos o desplazamientos físicos y más relacionados con tecnología o electrónica». Baleato comenta que ellos han tenido casos de trabajadores que han abusado de los ERTE realizando labores que eran incompatibles con la actividad que realizaban habitualmente. «Y también hemos percibido que han aumentado las incidencias por las bajas de enfermedad. También durante la pandemia hubo mucho emprendedor que provocaba su propio despido para cobrar indemnizaciones y, con ese dinero y el que recibían del paro, montar su propio negocio», relata.

Explican, además, que desde que se inició la pandemia han descendido los encargos para el seguimiento de parejas o matrimonios. Aclaran que, tras el confinamiento, mucha gente se dio cuenta de que la convivencia era imposible y, directamente, sin acudir a un investigador privado para destapar trapos sucios y confirmar alguna infidelidad, se dieron cuenta de que la solución más fácil era el divorcio o la separación.