Felipe González: «No podemos tener órganos constitucionales varados como una batea»

GALICIA

El expresidente reclama junto a Mariano Rajoy diálogo político entre los dos grandes partidos y consensos básicos. Ambos se sitúan contra amnistías y acuerdos al margen de la Constitución en Cataluña

30 sep 2021 . Actualizado a las 19:18 h.

 Tercera edición del Foro La Toja y tercer diálogo de los expresidentes Felipe González y Mariano Rajoy, en enorme sintonía en sus argumentos, defensa de la Constitución y rechazo a fórmulas en Cataluña que supongan el menoscabo de la conformación actual de España. De sus loas en favor del bipartidismo, la alternancia y el entendimiento entre las dos grandes formaciones políticas del país de sus intervenciones en los años anteriores, los dos ex mandatarios siguieron por la misma senda argumental poniendo hoy el foco en el encuentro que hasta mañana continua en la isla pontevedresa en la necesidad de alcanzar consensos entre PSOE y el PP, censurando por tanto que no se estén logrando.

 Felipe González enmarcó la etapa actual en España España bajo el prisma de que hay «más confrontación que nunca». Se declaró como uno de los pocos políticos que quedan del régimen del 78 y «tengo la voluntad de defenderlo con las ideas, las palabras y sin agredir. Digo lo que pienso y eso es un peligro tal y como vivimos», señaló mientras reconocía sentir cierta responsabilidad aún por su condición de haber sido presidente. «Hay 20 torquemadas con distintas miradas y para ser políticamente correcto, hay que callarse», lamentó. «Hay un montón de inquisidores que te echan los caballos encima. Les pasa a todos. Están en todos lados y gritan libertad, pero solo para ellos». 

 «España es un país que en los últimos 40 años ha logrado un balance insuperable, los mejores de su historia y cuando más avanzó España». Y tras recordar que aunque él en el 78 «era un modesto votante», declaró la Constitución como una de las operaciones políticas más importantes al propiciar un consenso amplio en cuestiones esenciales. Dijo el expresidente concretando esos acuerdos en la propia Constitución, el euro, la entrada en la UE, los estatutos autonómicos o la formación del Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial. «Son necesarios los acuerdos, dan estabilidad y se debe hacer un esfuerzo ahora también», añadió echándolo en falta.

 «Sin seguridad jurídica no hay libertad», terció González en el diálogo, dando vueltas al déficit jurídico que vive el país sin la renovación del Poder Judicial. «Para los que se llaman constitucionalistas lo primero que hay que ser es ser escrupuloso en que la Constitución se cumpla. No podemos tener órganos constitucionales varados como una batea. Eso es difícil de asumir, porque mientras sí que es fácil es reconocer a los que están en contra de la Constitución y de España». «Lo tenemos que desbloquear», insistió González, que ve cada vez más polarizada y dispersa a la política española. «Hay una espacie de achicamiento de las libertades que va acompañada de un catetamiento» de los horizontes globales de España, alertó al público reunido en A Toxa. «Los caudillos populistas no tienen color, destruyen todo», advirtió para no consentir derivas extremas hacia un lado y condenar solo otras, avisó el ex líder socialista.

Cataluña

 Mariano Rajoy confesó echar de menos también ese mínimo entendimiento en cuestiones básicas, como en las medias contra la lucha contra la pandemia, sobre Cataluña, en la renovación de los órganos constitucionales, o en el debate sobre los fondos europeos. «No voy a entrar aquí a decir si la culpa es de uno u otro», salió del paso, no sin echar mano de su etapa de presidente con mayoría absoluta para aludir los consensos alcanzados sobre la sucesión en la corona o la aplicación del artículo 155 en Cataluña, que pactó con el PSOE entonces. Sí apuntó a la necesidad de una cierta contención institucional que no atisba en el Gobierno de Pedro Sánchez. No saber qué va a pasar con la reforma laboral afecta a las inversiones, avisó.

 El que fue el sexto presidente de la democracia se sumó a la postura de González para no apoyar reformas en la Constitución hoy, «y no abrir melones, porque no íbamos a llegar absolutamente a nada. Cambiar por cambiar es una tontería y estoy radicalmente en contra», dejó como cita Rajoy.

 «Yo no estoy cerrado a que se reforme», corrigió Felipe González, reclamando sin embargo consensos, de nuevo. «No estoy en contra del diálogo con una mitad de Cataluña y con la otra mitad de Cataluña, pero en el marco de la Constitución y el respeto a las normas de 1978», acotó. «Y sobre Cataluña hemos hecho esfuerzos todos», dijo, a la vez que abogó por evitar judicializar la política para que no se politice la Justicia. «No existe ni amnistía ni autodeterminación en la Constitución, y no hay ninguna en el mundo que tenga la semilla de la autodestrucción dentro», reiteró al tiempo que aconsejó acuerdos también sobre el uso de los fondos europeos «hasta que se cansen de estar sentados».

 Sobre la atomización creciente de la política española Rajoy marcó distancias sobre la existencia de 17 partidos en el Congreso y la posibilidad de que vayan a crearse más listas provinciales. «Puede llevar a una absoluta ingobernabilidad. Yo soy defensor del bipartidismo», proclamó un año más, aunque no se identificó con la cantidad de ministerios que considera existen en el Ejecutivo de Sánchez, «Si a uno le dan un ministerio, con algo lo tendrá que rellenar y algunos rellenan mal», sacó su vena irónica.

 Y sobre Cataluña, el político pontevedrés apoyó el diálogo, pero sin que parezcan los dos gobiernos al mismo nivel. «La Constitución es el límite», coincidió, avisando de que cualquier referendo sobre la independencia sería ilegal, «porque lo que es España lo decide el conjunto de los españoles. No hay nada que hablar de este asunto, hay que dejarlo claro. Ahora no declaran la independencia porque han visto lo que sucede cuando se hace, que el Estado tiene instrumentos para defenderse y que se utilizan con el apoyo de los grandes partidos nacionales», volvió a advertir para reclamar un acuerdo entre PSOE y PP al respecto, como dijo logró él con Alfredo Pérez Rubalcaba para evitar el pacto fiscal en Cataluña. «El que manda es la ley», clamó, y no los gobiernos que se suceden en el poder, dijo ante el foro que se ha convertido en un debate clásico dentro del encuentro de A Toxa.

 Rajoy reclamó también un plan fiscal, otro de reformas y «no cambiar lo que ya funciona en regulación económica. No soy optimista, soy prudente alegre», se proclamó al hablar de la salida de la crisis por la pandemia, lo que para González es una autocalificación propia de Confucio, «que ahora queda claro que era gallego», bromeó el ex secretario general del PSOE al que el expresidente popular invitó a hacer senderismo juntos por Armenteira