Pacto gallego para exigir al Estado que financie las «necesidades históricas» en infraestructuras

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Última jornada del debate del estado de la autonomía en el Parlamento de Galicia
Última jornada del debate del estado de la autonomía en el Parlamento de Galicia Paco Rodríguez

El debate sobre el estado de la autonomía echa el cierre con 48 resoluciones aprobadas, una decena de ellas respaldadas por unanimidad

16 oct 2021 . Actualizado a las 00:03 h.

El Parlamento gallego acogió este viernes la última sesión del debate sobre el estado de la autonomía, que se cerró con un acuerdo unánime de las fuerzas políticas para demandar que el Gobierno de España tenga en cuenta «as necesidades históricas» de la comunidad en materia de infraestructuras durante la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para el 2022. El pacto se logró en base a una resolución del PP, a la que se sumaron BNG y PSdeG, en la que se apela a que las cuentas para el próximo ejercicio se doten de las partidas necesarias para «desbloquear o avance das autovías estatais» que vertebran Galicia, en alusión a la que enlaza Santiago y Lugo, al tiempo que se pide extender las bonificaciones de los peajes aprobadas para la AP-9 a la autopista AP-53, la que enlaza Santiago con Ourense.

Junto a este acuerdo que pone el broche al debate, los grupos votaron por unanimidad otras resoluciones sobre diversos asuntos, como el desarrollo de algunos aspectos pendientes del pacto de Estado contra la violencia de género, el diseño de una agenda gallega de capacidades y necesidades laborales, el impulso a la carrera investigadora o a la digitalización de la Administración, así como sendas resoluciones llamando a elaborar un plan gallego de lucha contra la explotación sexual y rechazando los discursos de odio que atenten contra los derechos de las personas LGTBI.

A instancias del PSdeG, fueron votadas de forma unánime dos resoluciones más para promover un plan sobre el empoderamiento de las mujeres del ámbito rural, para facilitar su plena participación social y gozar de la misma igualdad de condiciones que el resto, y para respaldar la actividad agraria y la recuperación de tierras que amplíe la dimensión de las explotaciones.

De las 120 propuestas de resolución registradas para el debate sobre política general de Galicia, a las que hay que añadir a mayores otras once resoluciones pactadas entre al menos dos grupos, se aprobaron finalmente 48. De ellas, 36 responden a textos originales promovidos por el PP, que es la formación que ostenta la mayoría parlamentaria y la única que tiene el poder para decidir qué es lo que prospera y lo que no.

La resoluciones presentadas por el BNG, el principal grupo de la oposición, fueron todas rechazadas, si bien los populares llegaron a una transacción con los nacionalistas para reclamar al Estado la puesta en servicio del AVE a Galicia desde este mismo otoño y con trenes AVRIL.

También hubo entendimiento entre el PP y el PSdeG en algunas cuestiones, como el desarrollo del nuevo modelo de residencias de mayores, que deberá conllevar la creación de 2.000 nuevas plazas hasta el 2024. De igual modo, ambos partidos pactaron una resolución para reivindicar el período de prosperidad que trajo el Estatuto de Autonomía de Galicia, que cumple 40 años, y rechazar las «posicións independentistas» por entender que no traen «nada positivo para Galicia». El BNG votó en contra de esta última resolución, como anunció que haría, lo que le valió al secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado, para acusar a los nacionalistas de hacer con sus resoluciones una «defensa encuberta» de la autodeterminación de Galicia.

BNG y PSdeG atacaron, cada uno a su modo, la gestión del Gobierno de Feijoo y sus fallidas recetas de cara al futuro. El socialista Pablo Arangüena se quejó de que la mitad de las resoluciones del PP sean peticiones dirigidas al Gobierno central, que con Sánchez en la Moncloa aseguró que crecen un 400 % en relación a las que los populares dirigieron al último Ejecutivo de Rajoy. Desde el BNG, Olalla Rodil construyó un discurso más generacional, arguyendo que en la Cámara hay cuatro diputados que no habían nacido cuando se aprobó el Estatuto. Censuró que desde la Xunta se les ofrezca «resignación» cuando van a vivir peor que sus padres, y concluyó que estamos en el «abrente dun tempo novo» en el que ya no valen las recetas que aplica el PP.

PP y BNG, rivalidad con tintes generacionales

Si para algo sirvió la puesta en escena del debate sobre el estado de autonomía de este 2021 fue para que el PP situara en su punto de mira al BNG de Ana Pontón, la líder de la oposición, a la que Feijoo ya se encargó de retratar el pasado miércoles como una dirigente pegada a los independentistas, al espetarle que forraba sus carpetas del instituto con imágenes de Jordi Pujol y de Ibarretxe.

Miguel Tellado, el número dos popular, tiró ayer del mismo hilo, pintando al Bloque como la misma fuerza «radical de sempre», pero la nacionalista Olalla Rodil devolvió el golpe con una intervención muy jaleada por los suyos en la que pintó al PPdeG de partido rancio, para dejar claro que el antagonismo entre ambos es generacional.

¿Resolución o trampa?

La discusión vino a cuenta por la trampa que el PP, con el apoyo del PSdeG, le tendió al BNG en las resoluciones, al impulsar una en la que resaltaba los «logros» alcanzados por el Estatuto de Autonomía, que este año celebra su 40 aniversario, condenar el uso de la violencia para alcanzar cualquier objetivo político y reflejar que el independentismo no trae «nada positivo para Galicia». Rodil no se arredró con la resolución y anunció que no la votarían porque era una burda trampa contra su formación. Así que no la apoyaron, ni siquiera se abstuvieron, sino que apretaron el botón rojo en contra.

Pero antes de hacerlo, la viceportavoz del Bloque recordó al PP que había cuatro diputados en la Cámara —tres nacionalistas y uno del PP— que no habían nacido cuando se aprobó el Estatuto de Galicia, que forma parte de la llamada generación mejor preparada de la historia, pero que vive peor que sus padres y que a veces «agocha o currículo» para acceder a un trabajo.

Y aunque Tellado situó en el extremismo al Bloque, al acusarlo de traer a Galicia «o programa de Otegi» o de «querer quitar a Garda Civil das estradas» para crear una Policía gallega, Rodil insistió en caricaturizar a los populares como una formación antigua que responde a los cambios sociales «con receitas do pasado» que no valen.

El duelo entre PP y BNG se hizo generacional. Lo viejo y lo nuevo. A lo mejor tiene que ver que un partido sea, de lejos, el más votado por los mayores de 65 años y, el otro, el preferido por los votantes que se estrenan.