![Una viajera del Alvia Vigo-Barcelona, entretenida leyendo mientras el tren sale de Astorga](https://img.lavdg.com/sc/2fi5l8GTYLSOZ0zG8TcnoWYPo-A=/480x/2022/01/22/00121642883822616322295/Foto/M21E2021.jpg)
![Este Alvia estaba parado en la estación de Monforte, pero no es el de Barcelona, sino que hace el trayecto Lugo-Ourense para enlazar con el AVE a Madrid](https://img.lavdg.com/sc/xNiePprjMio8S8eHJn3RvnB3NfA=/480x/2022/01/22/00121642884064293353360/Foto/M21E2022.jpg)
![Un vagón de la clase turista en el tren que hace el recorrido entre Vigo y Barcelona por Monforte](https://img.lavdg.com/sc/r1AH9QcMrGQ6LJnnA_DFdZcpAlc=/480x/2022/01/22/00121642884121727607177/Foto/M21E2018.jpg)
![Viajeros en el andén principal de la estación de Astorga, con el Alvia Vigo-Barcelona parado](https://img.lavdg.com/sc/GQH2Ni9JVkopQDJtjnt2mmj7VYA=/480x/2022/01/22/00121642883942814238175/Foto/M21E2014.jpg)
![Un tiempo frío, pero soleado recibe a los pasajeros en la estación de Astorga](https://img.lavdg.com/sc/5TsVQX79Yt5PFpAv0rpT-ChHBFg=/480x/2022/01/22/00121642883883340498493/Foto/M21E2017.jpg)
![El Alvia de esta crónica llegó a ir a aproximadamente un 70% de su ocupación máxima en algunos tramos](https://img.lavdg.com/sc/G9TK80Xfj_SEjPHrknSRjJI_5u0=/480x/2022/01/22/00121642884481968607310/Foto/M21E2037.jpg)
![Entre Monforte y Barcelona, el viaje en el tren de larga distancia directo de Galicia a Cataluña dura cerca de diez horas](https://img.lavdg.com/sc/shJAuBDugcSIQwO-xwNTVAlWscI=/480x/2022/01/22/00121642884181680839607/Foto/M21E2025.jpg)
![La estación de León es una de las paradas del Alvia que hace el recorrido diario entre Galicia y Barcelona por vías convencionales](https://img.lavdg.com/sc/EnjzEFFsrP66NflXdT5ISs8PncI=/480x/2022/01/22/00121642884421912734829/Foto/M21E2034.jpg)
![Cola para subirse al tren que va a Barcelona en la moderna estación de León](https://img.lavdg.com/sc/5ur_GB9wVWQ1buC6hRWshWh0oqQ=/480x/2022/01/22/00121642884361894374270/Foto/M21E2032.jpg)
![El Alvia Vigo-Barcelona carece no tiene enchufes, conexiones usb ni wifi](https://img.lavdg.com/sc/GZ8AuCDCs7hDSI2nqWJdQ2yY-lM=/480x/2022/01/22/00121642884301743286730/Foto/M21E2029.jpg)
![El Alvia procedente de Galicia, tras su llegada a la estación barcelonesa de Sants](https://img.lavdg.com/sc/Ho9wQ1qg8G7SPzzVHGbJ5ZIwh5A=/480x/2022/01/22/00121642884541641881803/Foto/M21E2038.jpg)
Crónica de un viaje entre Monforte y la capital catalana en un Alvia que circula en su mayoría por vías convencionales
24 ene 2022 . Actualizado a las 17:51 h.La línea de alta velocidad a Madrid es también una alternativa para quien quiere viajar de Galicia a Cataluña. Una alternativa y también un dilema en el que hay que elegir entre pagar más o llegar antes. La conexión clásica a través de Monforte, León y Burgos ya no es la única opción. Los viajeros con salida o destino en el norte de Galicia son los que menos tentados se sentirán por la rapidez del eje Ourense-Madrid. A la mayoría, Monforte les queda más a mano para subirse al Alvia Vigo-Barcelona, el único servicio ferroviario que conecta Galicia y Cataluña sin transbordos desde la cancelación del tren hotel que hacía ese mismo recorrido por las noches. Esta es la crónica de un viaje en este tren entre Monforte y la capital de Cataluña.
El primer retraso
El tren llega a Monforte con seis minutos de retraso. Son las 10.06 y a las 10.40 sumamos cinco minutos más detenidos en San Clodio-Quiroga, la primera estación con parada. Estamos en un Alvia que ya lo ha dado todo: desconchados en la pintura, moquetas gastadas y asientos raídos y un traqueteo como el de cualquier Arco de hace años y más intenso que el de muchos media distancia actuales. Nada de enchufes, nada de USB y, desde luego, nada de wifi. La modernidad se limita a la pantalla que indica la velocidad y una clavija para los auriculares para escuchar el hilo musical o la película que se ve todo lo que permite una pantalla de 14 pulgadas en medio del vagón.
A 30 por hora
El tren abandona Galicia a las 11.29, a los pies de la Serra da Lastra a la anacrónica velocidad de 30 kilómetros por hora. En el tramo gallego, la velocidad máxima vista en la pantalla fue de 94 kilómetros por hora, pero lo normal es que circule por debajo de 90. Por la llanura de Cacabelos, ya cerca de Ponferrada, la orografía ayuda y el convoy alcanza los 136 por hora. El tren llega a Ponferrada a las 11.45 —aproximadamente 25 minutos más de lo que se tardaría en coche desde Monforte—. El andén está lleno. Esta es hasta ahora la estación que más viajeros aporta al tren, con mucha diferencia.
Un cuarto de hora parados
Para un viajero, el tiempo que duran las paradas no tiene sentido. Algunas son bastante rápidas, incluso en estaciones como Ponferrada, con mucho trasiego de clientes. Pero también las hay interminables, como la de Bembibre, donde el tren estuvo parado un cuarto de hora. Hace poco más de dos horas que salimos de Monforte y el viaje acumula ya 25 minutos de retraso. A las 12.42, los pasajeros reciben ocho correos de Renfe que avisan de que por una incidencia técnica viajan con 34 minutos de demora. Está bien que informen de lo evidente, pero quizás ocho correos sea pasarse un poco. Poco después de Astorga, el tren ya va a 155 kilómetros por hora. En la moderna estación de León, a la que llega a las 13.30, son muchos los viajeros que abandonan el tren, pero todavía más los que se suben.
Calculando posibilidades
Es difícil saber si hay mucha gente de Vigo o de Ourense que siga fiel a este tren en lugar de optar por la nueva línea del AVE, teniendo en cuenta que en el mejor de los casos por aquí se tarda cuatro horas más en llegar a Barcelona. Los motivos para hacerlo solo pueden ser dos. El precio es uno de ellos, porque el billete Vigo-Barcelona por Monforte cuesta 36 euros. El del larga distancia con AVE desde Ourense vía Madrid que parte a las 5 de la mañana sale a 61 euros, a 85 el de primera hora de la mañana, y a 99 el que va a mediodía.
El segundo motivo puede ser evitar el transbordo que necesariamente tienen que hacer en Madrid los que eligen el AVE. Eso sí, la línea que pasa por Monforte conecta además de con Barcelona con lugares como Palencia, Burgos o Pamplona a los que por precio y tiempo no merece la pena viajar por Ourense y Madrid.
Reduciendo el retraso
El Alvia llega veinte minutos tarde a Palencia. Aunque hay retraso sobre el horario previsto, la demora acumulada se redujo casi a la mitad desde Astorga. La velocidad desde allí oscila entre los 155 y los 160 kilómetros por hora. A partir de León la línea es de doble vía. Durante todo el viaje, tanto el revisor como el personal de cafetería pasan con cierta asiduidad por el vagón. Uno para controlar a los nuevos viajeros y el otro para ofrecer bebidas, refrigerios o sándwiches. Antes de llegar a Rosa de Lima, la moderna estación de Burgos —a la que poco a poco se va acercando la ciudad— por megafonía advierten de que la parada se prolongará «por motivos técnicos». Y así fue. Durante cerca de diez minutos el tren estuvo detenido y nadie pudo entrar ni salir.
Transbordos para Bilbao
A las 16.46, de nuevo tarde, el convoy llega a Vitoria. Aquí tienen que hacer transbordo los viajeros que siguen destino hacia Bilbao o San Sebastián. Para llegar a esas ciudades desde Galicia esta sigue siendo la línea más corta, más rápida y mucho más barata. Pese a los que se bajan en Vitoria, los vagones de turista se ponen en el 60% o el 70% de ocupación con los que suben. Renfe no aplica en este tren ningún tipo de restricción covid. Los asientos se ocupan sin distancias.
La doble vía y las torretas de electrificación desaparecen en Alsasua, poco después de Vitoria, pero las buenas velocidades que permite la línea hacen que el retraso acumulado a la llegada a Pamplona sea de solo 9 minutos. Sin embargo, en el tramo siguiente no será así. Entre Tafalla y Castejón uno se pregunta si el tren ha abandonado la vía y se mueve por una corredoira cubierta de cantos de río. Leer o mirar el móvil resulta complicado, dormir es imposible. Y no se puede disfrutar del paisaje, porque son las 18.37 y en esta parte de la Península ya es completamente de noche. En Castejón la parada se alarga un poco para dar paso a otro convoy que viene en sentido opuesto. Quedan cinco paradas y tres horas de viaje.
Doce horas después
A la salida de Tudela, el tren circula a 130 kilómetros por hora y parece flotar sobre un mar de aceite. Esto es otra cosa. Queda claro que el principal culpable del traqueteo no es el tren, sino el estado de la vía. El adiós a las sobrevibraciones anima a curiosear en la web de Renfe para consultar las tarifas para otras fechas. El jueves de la semana siguiente el precio es de 29 euros. El de este viaje costó 51. Es mucha diferencia, pero probablemente influya que está comprado el día anterior.
A las diez menos diez de la noche el tren llega a su destino en la estación de Barcelona-Sants. Han pasado casi doce horas desde la salida de Monforte y el retraso es de quince minutos sobre el horario previsto. Al bajar se hace evidente lo lleno que venía. Somos cientos. Cansados, agitados como un martini, pero en destino.