Feijoo compatibilizará Xunta y presidencia del PP hasta mayo, para cerrar la sucesión antes del verano

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El presidente Feijoo, durante su visita a la fábrica Frialia Logística, en Mos
El presidente Feijoo, durante su visita a la fábrica Frialia Logística, en Mos M.MORALEJO

Desde su cese puede resolver en días la investidura del nuevo presidente. El dirigente gallego espera oficializar mañana su candidatura para liderar el principal partido de la oposición a Pedro Sánchez

08 mar 2022 . Actualizado a las 16:50 h.

Alberto Núñez Feijoo va a compatibilizar el puesto de presidente de la Xunta, de líder del PP gallego y de candidato a la presidencia del PP hasta el 2 de abril. Si sale elegido, como es previsible, dejará el cargo orgánico autonómico y seguirá al menos otras cuatro semanas al frente de la Xunta y del partido, dos tareas que, tal como reconoció este lunes en Antena 3, requieren «tiempo completo». Y después llegará una salida del Gobierno con la prioridad de «hacerla bien», insisten desde su entorno.

De momento no hay una fecha cerrada y es posible que Feijoo no inicie esa reflexión hasta unos días después de tomar posesión de su despacho en Génova, con todas las exigencias del partido resueltas. Poco antes o después de Semana Santa abrirá las consultas con miembros del Gobierno y del partido en Galicia —que ya no dirigirá— y contará con el asesoramiento del grupo parlamentario para el ajuste fino del calendario. Se trata de una experiencia nueva, pero está bien atada en el reglamento de la Cámara: después del cese, el presidente del Parlamento tiene hasta treinta días para designar a un candidato entre los 42 diputados electos del PP en ese momento —la renuncia de Feijoo hará correr un puesto por Pontevedra—, pero nada impide estrechar al máximo ese plazo.

Como la legislatura continúa con normalidad, lo más probable es que se escoja un miércoles sin sesión plenaria ordinaria entre mayo y junio para mantener la costumbre de que el aspirante a presidente pueda defender su propuesta con una intervención sin límite de tiempo que culmina solicitando la confianza de los diputados. Los tres grupos tendrán un mínimo de 48 horas para preparar sus intervenciones, y si se supera la votación con mayoría absoluta, como así será, solo quedará fijar la toma de posesión al día siguiente, un sábado, en un acto protocolario con invitados. La costumbre de Feijoo, que no tendría que continuar su sucesor, es aprovechar esa misma tarde para comunicar ceses, confirmar nuevos fichajes y resolver continuidades entre los conselleiros, ya que el Gobierno en pleno habrá cesado en sus funciones con el presidente. Y el lunes, a trabajar.

La máxima que ha trasladado el presidente a su equipo es que nada de lo que se haga en los próximos meses en la Xunta o en el partido sea «a medio gas», de ahí que todas las partes implicadas cuenten con irse de vacaciones en verano con el rompecabezas resuelto para arrancar en septiembre con el horizonte despejado a nivel político y personal.

Todo ese proceso habría que encajarlo entre principios de mayo y la semana del 12 y 13 de julio, cuando se cumple el ecuador de la legislatura y se cierra el período de sesiones parlamentario, que no vuelve a activarse hasta finales de septiembre. En el PPdeG y en el grupo parlamentario dan por hecho que habrá un nuevo presidente para una fecha señalada como el 25 de julio o incluso para una posible visita papal unas semanas más tarde, que no está confirmada ni descartada.

La definida por Feijoo «previsible» sucesión que anunció exige un currículo con experiencia, y ahí están los dos vicepresidentes, Alfonso Rueda (vicepresidente primero) y Francisco Conde (vicepresidente segundo); o Pedro Puy, el portavoz parlamentario, aunque nunca entró en el Ejecutivo gallego. Solo dos de los cuatro presidentes provinciales —Diego Calvo, de A Coruña, y Elena Candia, de Lugo— tienen acta en O Hórreo, y acumulan horas de partido y gestión en instituciones locales, pero no tanto en la Xunta.

Existe otra variable que se escapa al ámbito público y que no tendrá tanto peso en la elección de fechas como en la configuración de equipos. La salida del Gobierno gallego también tiene implicaciones personales para Feijoo y para algunos de los colaboradores más estrechos que ahora le acompañan y que seguirán sus pasos hacia Madrid. Buena parte de ese equipo está integrado en la estructura de la Xunta y lo lógico es que también abandonen sus cargos públicos en la misma operación de relevo para dejar al sucesor margen para componer su propio entorno.

Esos cambios en los segundos niveles despiertan interés en Génova y entre los puestos de confianza de los grupos del Congreso y el Senado, donde también existen equipos consolidados que hacen sus propios cálculos para ponerse a las órdenes del nuevo líder. «Los que están son de los nuestros», tranquilizan desde Santiago.

Mañana oficializará su candidatura y pide un partido «que ensanche el electorado»

«Nuestro proyecto no es pactar o no, nuestro proyecto es ganar y ensanchar electorado». Esa es la receta que ayer dio Feijoo en una entrevista en Antena 3 cuando fue interpelado por los pactos con Vox ante, por ejemplo, la investidura de Mañueco en Castilla y León, algo que sigue en el aire. El dirigente gallego dijo que «no se le han puesto líneas rojas», salvo «la defensa del autonomismo, las leyes de igualdad y el atlantismo» en las relaciones internacionales.

El líder del PP gallego dedicó buena parte entrevista en censurar al gobierno de Pedro Sánchez, de entrada por las contradicciones dentro de la coalición PSOE-Unidas Podemos por la posición sobre la guerra en Ucrania, sin bien cree que esa alianza no tiene riesgo de ruptura: «Mientras Sánchez quiera seguir se va a comer (sic) todo lo que digan Belarra, Montero, Yolanda Díaz o Garzón». Confirmó que nadie en el Ejecutivo central le ha llamado para explicarle la participación de España en esa invasión, y lamentó que España lleva «mucho tiempo con políticos frívolos. Menos mal que estamos en la Unión Europea». No se sabe si dentro de esa afirmación sobre la frivolidad de algunos cargos incluía a Pablo Casado, si bien admitió que el presidente saliente del PP no logró aunar todas las sensibilidades del partido cuando tomó las riendas en el 2018. Eso sí, matizó Feijoo, quizá él tampoco lo habría conseguido entonces.

Si nada se tuerce en el calendario, el presidente de la Xunta oficializará su candidatura mañana miércoles (último día para hacerlo), e iniciará el viernes una campaña por 17 comunidades, empezando en Murcia. La agenda no está aún cerrada. Si finalmente es el único candidato, podrían suspenderse las votaciones del congreso de Sevilla de los días 1 y 2 de abril. 

La oposición quiere que salga «canto antes», y Rueda y Puy piden «tranquilidade»

 «Urxente». «Canto antes». Son los otros tiempos del relevo en la Xunta que maneja la oposición. El portavoz parlamentario del PSdeG, Luís Álvarez, cree que Galicia ha entrado en una situación de «provisionalidade» que hay que resolver más pronto que tarde por la falta de atención que, a su juicio, tendrá el presidente. Y también por la «absoluta incompatibilidade» entre los cargos de líder de un Gobierno autonómico y de un partido estatal. Sostiene, como ya apuntó González Formoso, que hay posturas e intereses territoriales imposibles de conciliar. Además, el referente socialista en la Cámara aprecia «parálise» en un Ejecutivo cuyos miembros no saben qué va a ser de sus vidas en semanas o meses.

En la misma línea se ha manifestado en los últimos días el BNG, cuya líder, Ana Pontón, ha ido más allá ajustando los tiempos al asegurar que «cada minuto» que pasa Feijoo en el cargo «é unha falta de respecto» hacia los gallegos, y desaprueba que los tiempos para la sucesión deban establecerse en función del congreso de un partido. 

«Tranquilidade»

El vicepresidente primero y el portavoz parlamentario, dos de los diputados elegibles para la sucesión, salieron al paso de estas acusaciones y garantizaron la «transparencia e planificación» para el relevo en la Xunta. Estos términos los utilizó Alfonso Rueda en Leiro, Ourense, donde trató de restar importancia a las fechas que decida Feijoo para centrarse en el cumplimiento de sus «obrigas» como presidente. Por ello, sugirió a la oposición «un pouco de tranquilidade» y que no se ponga «nerviosa» con este asunto porque el «rigor» en el trabajo del Ejecutivo y del partido están, a su juicio, garantizados.

Por su parte, Pedro Puy hizo una interpretación de las intenciones de la oposición. Cree que las críticas son «oportunistas» y sus posicionamientos le recuerdan a los que mantuvieron en relación a la convocatoria electoral del 2020 que coincidió con la primera ola de la pandemia. Puy sospecha que tanto el BNG como el PSdeG tienen una «esperanza vana» de que el proyecto del PPdeG y su «amplia e sólida mayoría» en la Cámara gallega vaya a erosionarse con la marcha de Feijoo, y que esa circunstancia les abra nuevas oportunidades. «O certo é que nada diso vai ocorrer e que, polo tanto, a lexislatura vai seguir con normalidade», aseguró.