Latas de atún de Brasil permiten dibujar la ruta del narcosubmarino de la ría de Arousa

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

GALICIA

El narcosubmarino, elevado por la grúa para su traslado al puerto de Vilagarcía.
El narcosubmarino, elevado por la grúa para su traslado al puerto de Vilagarcía. Gustavo de la Paz | EUROPAPRESS

El semisumergible pudo iniciar la ruta, de 8.300 kilómetros, a inicios de febrero con tres tripulantes que se alimentaron de estas conservas manufacturadas en Brasil, y que por ahora suponen el único indicio sobre el origen de la travesía completada por el artefacto que llegó a Galicia

17 mar 2023 . Actualizado a las 12:40 h.

Conservas de atún enlatadas en Brasil son, por ahora, la única pista que indicaría el origen del narcosubmarino hallado en la ría de Arousa el pasado lunes. No resulta un indicio cualquiera: es habitual que las provisiones para tripulantes a bordo de estas embarcaciones artesanales coincidan con la región, o nación, de origen. De confirmarse Brasil como puerto de salida, implicaría también que este semisumergible, bautizado como el Poseidón —el segundo decomisado en Galicia y Europa—, se construyó en el mismo país que el primero interceptado en el 2019 y bautizado como el Che. Dos aparentes coincidencias que tal vez no respondan a guiños del azar. El Che y el Poseidón son mellizos por su diseño casi idéntico, estructura interna, origen geográfico y destino: Galicia. Ambos se construyeron con capacidad para almacenar 5.000 kilos de cocaína, aunque el del 2019 transportó 3.068.

La experiencia policial sitúa en el Amazonas la zona predilecta de las organizaciones criminales en Brasil para construir estos artefactos en el país. Afirmar que el Poseidón se ensambló en este zona selvática, aislada y perfecta para echarse al agua, como paso previo a desembocar en el Atlántico, resulta por ahora aventurado. Aunque el hecho de que el Che sí se concibiera en un astillero clandestino situado a 12 horas de la desembocadura del Amazonas en el océano, supone, además del enésimo paralelismo entre ambos narcosubmarinos, un indicio nada desdeñable para los investigadores encargados de conocer toda la información posible sobre el Poseidón y los destinatarios en Galicia o España de los 5.000 kilos de cocaína que, se estima, transportó desde Sudamérica.

El narcosubmarino está desde el miércoles en el puerto de Vilagarcía. Fue inspeccionado ayer por los especialistas de la Guardia Civil. Cualquier vestigio u objeto, como las latas de atún manufacturadas en Brasil, puede aportar luz al caso. Otra novedad de este trabajo de reconocimiento fue elevar la eslora de 23 a 23 metros y medio, dos más que el Che. Su piel en forma de fibra de vidrio da muestra del desgaste provocado por la fuerza del océano Atlántico. Y es que el Poseidón, aunque recibe el nombre del dios de los mares según la mitología griega, no dejaba de ser un insignificante cascarón abriéndose paso en la inmensidad oceánica impulsado por la fuerza de una hélice de barco propulsada por un motor de pesquero. El instalado en el Che era un diésel de 240 caballos de reconocida fiabilidad a nivel naval.

Las semanas de encierro

De confirmarse que el Poseidón zarpó de Brasil, la ruta transoceánica supondría una travesía ascendente siguiendo la ruta que bordea las islas Azores. A partir de ahí, en base a la mecánica habitual de embarcaciones que transportan alijos de cocaína, se habría plantado frente a las costas de Galicia. A una distancia que oscila entre las 150 y 200 millas náuticas, justo entre los dos corredores destinados a buques que transitan frente a la comunidad. En total, la travesía, desde la desembocadura del Amazonas, implica surcar 4.500 millas náuticas (8.334 kilómetros). El tiempo estimado para completar esta singladura, siempre que no surjan contratiempos importantes o se sobreviva, puede prolongarse hasta tres semanas.

Pero la tripulación —se estima que tres personas— del Poseidón, además de ese período de tiempo encerrada en el casco, pudo estar otras dos semanas más sometida a las mismas circunstancias claustrofóbicas. Entre el 21 y el 22 del pasado febrero, dos planeadoras tendrían que haber recogido el alijo y los tripulantes, pero algo salió mal y ambas narcolanchas se abandonaron el día 22 en una playa de Ribeira. Desde entonces y hasta este lunes pasaron 19 días; un tiempo extra que los tripulantes tuvieron que aguantar en el Poseidón hasta su rescate.