Rueda llama en la ofrenda al Apóstol a evitar la división y la parálisis tras las elecciones generales

Xosé Vázquez Gago
X. Gago SANTIAGO

GALICIA

El presidente de la Xunta y el arzobispo Francisco José Prieto recordaron a la víctimas del accidente de Angrois. Al acto asiste el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijoo

25 jul 2023 . Actualizado a las 17:04 h.

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha hecho hoy martes, en la ofrenda al Apóstol Santiago, un llamamiento a la unidad en la nueva etapa política que se inicia tras las elecciones generales. «Cando un grupo afronta unha bifurcación non debe dividirse nin quedar paralizado polas naturais incertezas ou polo medo. Sexa cal sexa a alternativa que se tome, resultará máis árida e pedregosa cando os primeiros pasos parten (...) da fractura ou da desafección». Rueda, que ejerció por primera vez como delegado regio en nombre de Felipe VI, agradeció al arzobispo Francisco José Prieto, para quien también fue la primera ofrenda que presidió, su cálida acogida a la Catedral, y puso la «exemplar transición que se viviu na arquidiocese» como un «exemplo para todos».

El presidente de la Xunta insistió en que «un país en paz consigo mesmo supón que as saudables e lexítimas diferenzas de pensamento, de prioridades, de intereses particulares, de orixe ou de fe relixiosa non poidan impedir xamais que atopemos a maneira de collernos as mans para seguir avanzando unidos». Añadió que «as institucións, nacidas da soberanía popular, que se conformarán nas vindeiras semanas, acertarán sempre que antepoñan o ben común dos cidadáns a calquera outra consideración».

Los responsables políticos, insistió, «debemos ter sempre presente que, no exercicio do noso cargo, non nos representamos a nós mesmos, nin tampouco só aos nosos afíns. Somos avogados defensores da pluralidade, e iso implica moitas veces que a individualidade deba pasar a un segundo plano». Ese mensaje pudo interpretarse en clave nacional, pero también en clave local, ya que la alcaldesa, Goretti Sanmartín, rechazó asistir a la celebración religiosa en la que se dieron cita las principales autoridades de las Administraciones y la sociedad gallega, además de la jefatura del Estado representada en esta ocasión por Alfonso Rueda.

El presidente también destacó la pujanza del Camino de Santiago como «el mejor embajador de nuestra tierra ante el mundo entero», pero también como «un bastión de la vida tranquila, sensata y reflexiva en medio de todo este barullo del siglo XXI». Recordó además la guerra de Ucrania y a los «inocentes que siguen sufriendo: sigamos trabajando para que esta contienda llegue cuanto antes a su fin». También a las víctimas del accidente de Angrois, ocurrido hace ahora una década: «Para las familias de los que ya no están entre nosotros, para los que sobrevivieron a aquel siniestro y para todos los profesionales y voluntarios que aquellos días trabajaron y velaron por las víctimas, vaya nuestro respaldo y nuestra reclamación de Justicia».

La respuesta del arzobispo a su discurso fue complementaria. Francisco José Prieto, que empleó gallego y castellano, afirmó que «no décimo aniversario do terrible accidente ferroviario de Angrois, que nos conmoveu nas vésperas desta solemnidade, quero lembrar ás vítimas e ás súas familias desde a esperanza que nos vén do Deus da vida,desde o consolo que brota do corazón do Pai misericordioso». Pidió además por «aqueles que foron elixidos nas recentes eleccións xerais para que dediquen os seus mellores esforzos ás esixencias do ben común e ao empeño por construír unha sociedade en paz, cimentada na verdade, a xustiza e a liberdade, onde servir sexa sempre o horizonte da responsabilidade política, por riba das lexítimas diferencias políticas». Pero también hizo un elogio de los valores del Cristianismo como fuente de unidad y trascendencia: «Ninguna forma de vida encauza todas las necesidades humanas y ninguna política es plenamente coherente con el reino de Dios, quizá porque aquélla es gestión de los hombres, y el reino de Dios es Dios mismo. El Cristianismo no es una moral, es mucho más, pero nunca menos que una moral». «Sin confundir laicidad con laicismo, estamos implantados en la realidad de cada día, vivimos en la ciudad donde cada uno de nosotros se acredita como persona y profesional, como compañero o vecino. Cuando nos desacreditamos en un campo tan fundamental como este, no se tiene credibilidad en lo demás, porque hay palabras sagradas cuya realización o negación acreditan o desacreditan a una persona: libertad, justicia y verdad. Quien carece de ellas, por que se le niegan o las niega en primera persona, carece de dignidad», añadió el arzobispo.

Los actos con motivo del Día de Galicia concluirán con una recepción en el Pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento de Santiago, a la que sí asistirá la alcaldesa, Goretti Sanmartín. Entre los asistentes está el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijoo, que había anunciado su presencia antes de las elecciones generales del pasado domingo, y fue saludado por los ciudadanos que vieron a la comitiva dirigirse al Ayuntamiento.