El discreto sustituto de Besteiro en la Delegación del Gobierno ya le supera en días en el cargo

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El delegado del Gobierno, Pedro Blanco, en un acto en Lugo.
El delegado del Gobierno, Pedro Blanco, en un acto en Lugo. Eliseo Trigo

El relevo en junio por Pedro Blanco, un perfil más técnico que político, se interpretó como algo temporal ante las elecciones del 23J

31 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Blanco ya lleva un día más como delegado del Gobierno en Galicia que el tiempo que ocupó ese puesto José Ramón Gómez Besteiro, hoy diputado en el Congreso y que accedía al cargo en marzo para su rehabilitación política y su vuelta a la primera línea con ambiciosos objetivos. Habían pasado tres meses desde el archivo de la último de la decena de delitos que le había atribuido la jueza Pilar de Lara, aquel calvario judicial que le llevó a dimitir como líder del PSdeG y candidato en el 2016. El carpetazo agitó una política gallega durmiente por la mayoría absoluta del PP y las entonces todavía lejanas elecciones autonómicas. El líder de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, no escondía su esperanza por que su amigo personal y compañero de partido fuese candidato a la Xunta: «Se quere selo, terá todo o meu apoio».

Miembros de la cúpula del PSdeG se desplazaron hasta media docena de veces a Madrid en esos tres meses para dar con la fórmula que devolviese a Besteiro a la primera línea política y, desde ahí, poder aspirar a liderar la candidatura de los socialistas a la Xunta. «Tiñamos a teima de facer xustiza con el despois dunha inxustiza que o apartou da vida política», sostenía Formoso. A Besteiro le unía también un vínculo con Pedro Sánchez desde los tiempos del exministro José Blanco, que le tenía como su persona de confianza en Lugo. Besteiro, además, fue de los pocos barones socialistas que se mantuvieron fieles a Sánchez cuando el aparato le dio la espalda.

El hoy presidente en funciones le recompensó a finales de marzo situándolo como delegado del Gobierno en Galicia, en una doble pirueta que movía a José Miñones desde ese cargo a la cartera de Sanidad. La toma de posesión de Besteiro fue con pompa y a lo grande, en el Palexco de A Coruña con el mar del puerto de fondo y la sensación en la dirección gallega del PSdeG de que no había mejor puesto que ese para confrontar con la Xunta de Alfonso Rueda. Siete días de la semana recorriendo Galicia, anunciando fondos europeos, inversiones e inauguraciones con un micrófono y una cámara delante, destacaban fuentes del partido.

Uno de los hitos del inicio de mandato en la Delegación se produjo al mes de su toma de posesión con la visita en San Caetano, sede del Gobierno gallego, al presidente de la Xunta. Alfonso Rueda le recibía en la puerta principal del complejo. Ambos coincidieron en el tono cordial del encuentro, pero decidieron comparecer ante los medios por separado.

Semanas después, al día siguiente de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, Pedro Sánchez sorprendía convocando elecciones para el 23 de julio. El terremoto político tuvo enormes consecuencias en Galicia. Entre ellas, el cese de Besteiro como delegado del Gobierno por la incompatibilidad del cargo con el de ir en una lista electoral al Congreso.

Sin reunión con Rueda

El nombre del sustituto se conoció horas después de la inclusión del exlíder socialista al frente de la candidatura del PSOE por Lugo. El Consejo de Ministros del 13 de junio elegía a Pedro Blanco Lobeiras (Monfero, 1968), abogado, profesor universitario, asesor jurídico de UGT en Galicia y afiliado al partido de la rosa desde los 19 años. La elección de un perfil discreto, eminentemente técnico, frente a los tres políticos socialistas que le habían precedido (antes que Miñones y Besteiro fue el exalcalde y ex senador coruñés Javier Losada) parecía responder entonces a un recambio de urgencia, una interinidad de apenas un par de meses ante el riesgo evidente, apuntado por las encuestas, de un cambio de color en el Ejecutivo. «Hablar de lo que va a pasar no va conmigo. A mí me han dicho vente, y yo vine. No pregunté para cuánto tiempo», respondió en su primera entrevista con La Voz.

Y Blanco no iba desencaminado. Hoy cumple 78 días como delegado del Gobierno, un día más que Besteiro, que ya ocupa escaño en la Cámara Baja. Ni rastro de los fastos que rodearon la toma de posesión de su predecesor, Blanco se estrenó dos días después de su nombramiento reuniéndose con responsables de las fuerzas de seguridad. A la semana recibió a la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, y coincidió con Alfonso Rueda en un acto en Ourense. Sin embargo, el presidente gallego y el nuevo delegado no se han reunido aún, una cumbre que urgió Besteiro en su época y que, según fuentes de la Xunta, no se ha solicitado aún por parte del gabinete de Blanco.

El cuarto delegado en Galicia desde que Pedro Sánchez es presidente despidió este martes a Maica Larriba, representante del Gobierno en Pontevedra, por jubilación. Con el Ejecutivo todavía en funciones, la sustituirá por ahora la actual secretaria general, María Isabel Alonso. Él también está en funciones.