En las carreteras españolas murieron 1.145 personas. Los motoristas son el colectivo que más incrementa su mortalidad con 299 fallecidos, 45 más que en el 2022
04 ene 2024 . Actualizado a las 15:29 h.En el año 2023 se produjeron 1.048 accidentes de tráfico en las carreteras españolas en los que murieron 1.145 personas. El dato corresponde al balance de siniestralidad vial presentado este jueves en Madrid por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y refleja un mínimo descenso en la mortalidad (tres fallecidos menos) respecto al 2022. Los datos son provisionales, ya que solo incluyen las muertes ocurridas en las 24 horas siguientes al suceso y los accidentes ocurridos en las vías interurbanas. En esos más de mil siniestros hubo 4.495 heridos que tuvieron que ser hospitalizados.
Acompañado por la subsecretaria del Ministerio del Interior, Susana Crisóstomo, y por el director general de Tráfico, Pere Navarro, el ministro destacó que las cifras se enmarcan en un contexto en el que han aumentado los desplazamientos de largo recorrido (2 %), el parque de vehículos (1,7 %) y el censo de conductores ( 0,4 %). En el 2023 se realizaron 448,7 millones de desplazamientos por carretera, con un parque de vehículos que se sitúa en los 36,6 millones y un censo de conductores que se eleva hasta los 27,8 millones. Marlaska recordó que «los siniestros de tráfico en su mayoría son evitables y que reducir esas trágicas cifras está en nuestras manos si todos redoblamos nuestros esfuerzos con ese objetivo». Por eso, el ministro hizo un llamamiento a la responsabilidad de los conductores, «porque evitar las distracciones, respetar las normas de circulación y usar los sistemas de seguridad son tres simples elementos que pueden rebajar sobremanera estas dramáticas cifras y las tragedias humanas que hay tras ellas».
Los datos de siniestralidad del año pasado en las carreteras españolas revelan que hubo un aumento del número de siniestros, pero que la cifra de fallecidos es casi la misma, lo que indicaría que la letalidad media (número de fallecidos por siniestro) ha disminuido. En el informe de la DGT se destaca que el año pasado hubo 25 días, cuatro más que el año pasado, en los que no se registró ninguna muerte en las carreteras españolas.
La mayoría de las muertes (849) se produjeron en accidentes que tuvieron como escenario las carreteras convencionales, es decir, las de doble sentido de circulación sin separación física entre los carriles. En esas vías hubo 21 fallecidos más que el año pasado. En las autovías y autopistas hubo 296 fallecidos, 24 menos que en el 2022. Estos datos confirman que se mantiene estable la relación de que 3 de cada 4 muertes se producen en siniestros que tienen lugar en vías convencionales.
Un primer análisis permite comprobar que la salida de vía sigue siendo el tipo de accidente con más víctimas mortales, con 486 fallecidos, lo que supone el 42 % del total. Esa es una cifra muy similar a la del año pasado, mientras que disminuyó un 9 % la cifra de fallecidos en colisiones frontales.
Uno de los aspectos que más preocupa a los responsables de Tráfico es el aumento de un 9 % en el número de usuarios vulnerables que murieron el año pasado, ya que se registraron 463 fallecidos, 38 más que en el 2022. Ese incremento se debe principalmente a la elevada accidentalidad de motoristas, cuya mortalidad ha aumentado un 19 % respecto al 2022. De hecho, si se tiene en cuenta la evolución desde el 2012, el único medio de desplazamiento que ha aumentado la siniestralidad es el de los motoristas, con un aumento del 37 % (de 218 a 299).
Un hecho destacable es el descenso de peatones fallecidos, de 127 a 118, y que casi la mitad de los atropellos mortales se produjeron en autopistas y autovías, 56, frente a los 62 registrados en las vías convencionales. En cambio, la cifra de ciclistas fallecidos permanece constante en la última década, en un entorno de mayor uso de la bicicleta y con el reto de no aumentar la siniestralidad.
La franja de edad que más aumenta su mortalidad es la de entre 45 y 54 años, con 228 fallecidos, el 20 % del total, y con cifras un 11 % superiores a las del 2022. Aumenta también la mortalidad infantil, ya que en el año 2023 hubo 22 menores de 14 años muertos, lo que es la segunda cifra más alta de los últimos diez años, solo por detrás del 2014. Por su parte, el grupo de 65 y más años concentra el 18 % de las muertes (206), con un descenso del 10 % (-24) respecto al 2022. La mayoría de los fallecidos en la carretera son hombres, 905 (el 79 % de las víctimas mortales), frente a 236 mujeres (el 21 % restante).
El 57 % de los accidentes mortales se produjeron en días laborables, frente al 43 % que tuvieron lugar durante los fines de semana. Una vez más destaca el hecho de que 138 conductores y pasajeros de turismos y furgonetas no hacían uso del cinturón de seguridad en el momento del accidente y murieron, mientras que en el caso de los motoristas fallecidos, 8 no llevaban puesto el casco. Tampoco lo usaban 9 de los ciclistas fallecidos.
Ligero descenso en Galicia
Por lo que respecta a Galicia, el año pasado hubo 88 muertos, solo dos menos que en el 2022. Se mantiene una tendencia de estabilidad en la siniestralidad, con ligeros aumentos y descensos en los últimos años. Andalucía y Cataluña registraron las mayores cifras de siniestralidad vial en el 2023, en ambos casos con una disminución respecto al pasado año de un 12 % (-26) y un 5 % (-8), respectivamente. La Rioja y Navarra son las comunidades que registraron las menores cifras de muertes, con el 1 % del total, con 11 y 13 fallecidos, respectivamente.
Prioridad a los motoristas y al alcohol
A la vista de estas estadísticas, la política de seguridad vial del Ministerio del Interior para este año 2024 dará prioridad a la prevención de la siniestralidad del colectivo de motoristas, a las salidas de la vía, a las distracciones y somnolencia y a la conducción bajo los efectos del alcohol y de las drogas. Para los motoristas, el ministerio ya prepara varias medidas, como por ejemplo, la actualización del contenido de los cursos de recuperación de puntos para incorporar un perfil específico para los motoristas que han perdido su saldo de puntos y para los que se programarán cursos de conducción segura y eficiente.
También se establecerá un curso obligatorio para los conductores del permiso B de coche con tres años de antigüedad que quieran conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos y se exigirá el uso de un casco integral y de guantes homologados para la circulación en carretera.
Además, la DGT va a revisar las normas reguladoras del tráfico para actualizar el catálogo de señales de tráfico y se impulsará la reforma de los reglamentos de conductores, de vehículos y de circulación para la regulación del vehículo autónomo.
El ministro del Interior se comprometió a que su departamento «seguirá trabajando de forma constante en estas y otras medidas para mejorar la coordinación entre Administraciones, aumentar la colaboración público-privada, reclamar una mayor autorresponsabilidad de conductores y usuarios de las carreteras y, por supuesto, a seguir poniendo el máximo esfuerzo de todos quienes forman parte del Ministerio del Interior para lograr reducir las cifras de mortalidad vial».
Respecto a la evolución de la siniestralidad en la Unión Europea, desde el ministerio se apuntó que muestra una situación de estabilidad, en el que las cifras de los distintos países presentan variaciones no superiores a un 5 %, según la Comisión Europea. Con datos provisionales del primer semestre del 2023, Suecia, Irlanda y Estonia han tenido aumentos en las cifras de fallecidos, mientras que Alemania y Dinamarca están estabilizados.