«La beca BEME fue el empujón que necesitaba»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Yamila González, argentina que está en el programa BEME de la Xunta de descendientes de emigrantes que retornan a Galicia
Yamila González, argentina que está en el programa BEME de la Xunta de descendientes de emigrantes que retornan a Galicia XOAN CARLOS GIL

La arquitecta Yamila González, hija y nieta de gallegos, dejó un trabajo estable en Buenos Aires para emprender como asesora de cooperativas de viviendas

24 mar 2024 . Actualizado a las 10:55 h.

La vida ha llevado a Yamila González Álvarez (Buenos Aires, 37 años) por caminos que no esperaba pero «todo fue confluyendo». En un momento de su vida, la muerte de su padre, ourensano, precipitó una vuelta a los orígenes y la beca BEME —para que gallegos del exterior retornen y se formen— le permitió dar ese salto que necesitaba. Ahora empieza a recoger los frutos aunque tiene claro que no es el momento de bajar los brazos y descansar.

—¿Cómo acaba una arquitecta argentina en un máster de desarrollo sostenible en la Universidade de Vigo?

—¡La vida se empezó a dar de una manera que no esperaba! En el año 2020 solicité la beca BEME por probar pero llegó la pandemia y lo abandoné. Pero creo que emprendí mi propio camino de Santiago, porque en el 2022 perdí a mi padre y a los pocos días me inscribí, y aquí estoy.

—¿Por qué desarrollo sostenible?

—Realmente, al principio miré un máster de rehabilitación, más cercano a mi trabajo anterior, porque yo trabajaba en una oficina de protección del patrimonio en la provincia de Buenos Aires, pero después pensé que era mejor formarme en otra cosa.

—La vida le fue llevando...

—Sí. Hice el máster y empecé a incubar mi proyecto.

—¿En qué consiste?

—Se llama Covintes, una empresa para cooperativas de viviendas sostenibles. Me encargaría de los proyectos de rehabilitación de las viviendas y adecuación de los espacios para la gente cuando se hace mayor, y en una segunda fase diseñaría la transición energética de estas viviendas.

—No se trata de que Covintes cree esas cooperativas.

—No, en absoluto. Las comunidades, las poblaciones, se tienen que autogestionar. Yo diseño los proyectos y la gestión de la formación de esa comunidad junto con el ayuntamiento, que debe intervenir.

—Empiezan a aparecer cooperativas de personas para vivir en grupo cuando se jubilen.

—Para ellos hay muchas ayudas e instrumentos pero es difícil que accedan a los mismos porque la burocracia a veces es muy compleja. Covintes asesoraría, pero no es un interviniente externos; ayudaría y haría los proyectos, pero no los ejecutaría tampoco.

—¿Cómo se rehabilitan viviendas de una pequeña aldea?

—Desde mejorar el aislamiento hasta trasladar al piso inferior un baño, por ejemplo.

—¿Qué le falta al rural gallego para que se extiendan estas figuras, las cooperativas de quienes quieren vivir en su casa pero en buenas condiciones y no estar solos?

—Creo que la falta de infraestructuras de servicios es el mayor problema para que estos proyectos salten del ámbito periurbano al rural. Es decir, mejores conexiones de las personas y de internet.

—En cuanto a Covintes, ¿cuál es la situación actual de este proyecto?

—Voy dando pasos pequeños, pero certeros y firmes. Además de la beca BEME para hacer el máster y del programa Incuvi Avanza, de la Universidade de Vigo, estoy en el programa Merlo, también de la Xunta de Galicia, que consiste en mentoring para emprendedores retornados, y es una asesoría muy personalizada. Me estoy formando en los aspectos jurídicos del proyecto. Mi objetivo para este año es darle forma real a la empresa, no como autónoma, y hacer el planning de redes y márketing.

—Mientras no lo lleva a cabo, está trabajando...

—Sí, trabajo por la mañana en un estudio de arquitectura y por la tarde en la empresa en la que hice prácticas durante el máster, una consultoría ambiental.

—¿Y la vida en Galicia, ha sido difícil adaptarse?

—Me vine con mi marido y nuestro gato a Vigo y los dos primeros meses fueron raros, veníamos de la aceleración de la vida en Buenos Aires, pero me he ido relajando y respirar de nuevo. La vida me ha traído hasta aquí, y creo que la beca BEME fue el empujón que necesitaba para dar el salto.

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Las becas BEME llevaron a 2.000 personas a estudiar un máster, y supusieron un desembolso de 7 millones de euros. Se destinaron también 9 millones para que 4.000 familias hiciesen frente al gasto que supone volver; y hubo un desembolso de 4 millones para que unos 700 emprendedores del exterior montasen su negocio en Galicia.