Rueda se declara «líder da oposición» de Galicia frente al Gobierno central

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, durante la sesión de control en el Parlamento gallego.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, durante la sesión de control en el Parlamento gallego. Sandra Alonso

El presidente de la Xunta y Ana Pontón contrastan sus modelos sobre financiación autonómica y Besteiro denuncia el estado de la atención primaria

26 jun 2024 . Actualizado a las 17:07 h.

Hay asuntos en la sesión de control al presidente de la Xunta en el Parlamento gallego que nunca abandonan el guion por mucho que cambien las preguntas -si bien la sanidad o la financiación autonómica, como ocurrió esta mañana, son también recurrentes-. Empieza a hacerse ya habitual que Alfonso Rueda envíe consejos al portavoz del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que se estrena como diputado en esta legislatura. En la sesión de hoy le recomendó «ser algo máis que un comentarista crítico» y empezar a marcar «identidade propia». Besteiro le preguntaba sobre el Sergas, y el titular de la Xunta apuntó al Gobierno central. Aquí otra habitual, que el responsable de los socialistas gallegos parece haber asumido ya: «Contéstame con España, esa é a tónica xeral en todas as preguntas da sesión de control».

En el careo con la líder del BNG, Ana Pontón, la tensión en el pleno es mayor y eso se percibe en el ruido desde los escaños. En esta duodécima legislatura, los nacionalistas se reforzaron en la oposición con 25 diputados, y los decibelios desde su bancada aumentan. Esto supuso una novedad que introdujo Pontón en la anterior sesión de control: señalar a Rueda como «xefe da oposición» por entender que este evita contestarle y le responde haciéndole preguntas a ella.

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón.
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón. Sandra Alonso

«A súa resposta é un retrato da incapacidade política ata límites que pensei que non ía ver, pídeme facer o seu traballo para falar de financiamento», le reprochó Pontón, ocasionando quejas desde el lado popular, donde los decibelios son más o menos los mismos que en la anterior legislatura con 40 diputados. «É de broma», le espetó desde su escaño en voz alta el portavoz popular, Alberto Pazos, por lo que ella interrumpió su discurso para calmar al partido del Gobierno: «Non se poñan nerviosos». Otro clásico, que añadió después un reproche que nunca falla en el discurso de Rueda, recordarle a la líder del Bloque que supera ya los veinte años como diputada en la Cámara gallega.

La novedad en esta ocasión es que Rueda ha conseguido darle la vuelta a las acusaciones desde la oposición. Frente a las «ocorrencias» que el PSdeG denuncia en la política sanitaria de la Xunta, el presidente gallego presumió de ello al reconocer que tomarán las medidas que se les ocurran «no bo sentido». Y calificado por Pontón como líder de la oposición, respondió que sí lo es: «Si, si, por suposto, son o xefe da oposición de Galicia fronte ao Goberno central, a moita honra». Aplausos de los diputados populares y un mensaje también habitual para los nacionalistas, que «moi bravos aquí e moi mansos alá [en Madrid]». «Dígollo sempre», reconoció.

Financiación

Rueda y Pontón contrastaron sus respectivos modelos de financiación autonómica, diferencias que volvieron a quedar certificadas en la sesión del martes, cuando el PP se opuso a una iniciativa del BNG para iniciar una negociación bilateral con el Gobierno central. La portavoz nacional del Bloque cifró en 13.975 millones de euros el «buraco que deixa o actual sistema de financiamento aprobado por Feijoo», citando el último informe del Consello de Contas que, según indicó, «critica» la política fiscal de la Xunta, que «consiste en baixarlle impostos aos máis ricos», expuso. «Nós defendemos un sistema propio, singular, adaptado a nosa maneira», resumió, frente a una «factura do centralismo» que sale «moi cara» a Galicia.

El jefe del Gobierno gallego instó a «fuxir de particularidades, de egoísmos e pensamentos antigalegos», rechazando «unha política que para Galicia é letal e demoledora» y que los nacionalistas «seguen apoiando en Madrid». Corrigió que la financiación autonómica «non é para falar de ideoloxías nin comprar investiduras», aludiendo a la del socialista Salvador Illa en Cataluña, y reiteró que la negociación se celebre de «forma multilateral» y «en serio». «Se nos chaman para repartir migallas, despois do festín particular, que non conten con Galicia», concluyó. 

El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro.
El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro. Sandra Alonso

Críticas a la gestión sanitaria

Besteiro instó a Rueda a dejarse de «ocorrencias para tomarse en serio á atención primaria», apostando por un modelo «máis amplo e resolutivo». Le afeó dejar sin convocar más de cien plazas formativas habilitadas por el Estado en la última convocatoria y que el gasto en sanidad en Galicia sea el segundo más bajo del Estado. 

Acusó al Gobierno gallego de «presentar ideas singulares dende o Monopoly sanitario a ofrecer vivendas durante o verán ou a contratar como médicos aos MIR de último ano tutelados» y bromeó si esa supervisión se hará de forma directa, indirecta «ou mediante intelixencia artificial». 

Rueda reivindicó que las medidas adoptadas por su Gobierno en esta materia «son pioneiras e funcionan», y que aportan soluciones frente a una ministra de Sanidad que es «comentarista da situación». Criticó también la «visión catastrofista» de ambos grupos de la oposición, ya que el BNG planteó una pregunta similar en la anterior sesión de control.