Mayores de Carballo asisten a un curso de Cruz Roja para abuelos educadores, pensado para apoyar a quienes tienen que cuidar y participar en la crianza de sus nietos
20 oct 2024 . Actualizado a las 12:22 h.Desde el centro social de A Imende, en Noicela, Carballo, se ve el mar casi siempre agitado de la Costa da Morte. Allí, con el azul del Atlántico a un lado y el verde de los prados al otro, se reúne cada lunes un grupo de mayores que comparten el objetivo de aprender a cuidar y a educar a sus nietos. Lo hacen a través del programa Abuelos y abuelas educadores que Cruz Roja imparte en este lugar desde hace dos años y que, al mismo tiempo que una actividad formativa, se convierte en una disculpa para encontrarse, estrechar lazos, debatir y pasar un buen rato entre vecinos: «Vés e falas e estás con xente».
Este lunes asisten a la cita siete mujeres —María José, Basi, Pura, Encarna, Venera, Fina y María Dolores— y dos hombres, Heriberto y Gerardo, a los que se suma después Marcelino, a pesar de que no tiene nietos. Con ellos está Gema Moreira, la técnica de Cruz Roja responsable del proyecto en la comarca de Bergantiños, y también Vanesa, una voluntaria. El tema de la sesión es la comunicación, y sobre ello están empezando a hablar cuando interrumpimos la charla.
«No programa hai uns temas xerais sobre educación, crianza, autocoidados, que é importantísimo. Son entre dez e doce sesións, e despois desa fase sempre se lle propón ao grupo se quere continuar». La respuesta, en este caso, fue afirmativa, así que este «grupo xa maduro» de Noicela sigue reuniéndose cada lunes para abordar nuevos aspectos sobre su faceta de abuelos educadores.
Sus circunstancias son diferentes. Algunos tienen nietos adolescentes o ya mayores, los de otros son más pequeños; unos tienen que ocuparse de ellos casi a diario, y otros lo hacen esporádicamente. Pero todos comparten la preocupación por hacerlo lo mejor posible. ¿Cumple este grupo el tópico de que los abuelos consienten demasiado a sus nietos? La respuesta la da Gema Moreira: «Estou segura de que estes avós non son dos que malcrían».
Los comentarios de sus alumnos parecen darle la razón. «Os principios saen da casa», «a educación vai desde o berce», «non se pode falar mal dos profesores diante dos nenos», «moitos pais desautorizan os profesores», «en moitas casas conséntese moito»,... Hasta que Basi concluye que «non fai falta ser profesora nin catedrática para ensinarlles educación aos nenos» y Heriberto remacha que «os responsables da educación son os pais. Quen os teñen que ensinar son os mestres, pero os pais deben poñerlles respecto».
El tópico que no rompen estos adultos, en el caso de que sea un tópico, es el de creer que todo tiempo pasado fue mejor. «A min o que me preocupa é a forma de vivir que teñen e de divertirse. Teño moito medo, máis có que tiven coas miñas fillas», apunta María José. «Antes había un respecto. Hoxe xa lles podes dicir música porque berran máis, ou tiran con todo, e non lles toques... Penso que se desbordou todo».
La adolescencia, confirma Gema, es una de las mayores preocupaciones de los abuelos. Al hilo de esta etapa emerge el tema de las pantallas, otra fuente de inquietud para estos abuelos implicados en la educación de sus nietos. «Hai un descontrol coas pantallas, un exceso de horas desde moi pequeniños», concuerdan. «As pantallas a todos nos salvan nalgún momento, pero controlar o tempo e supervisar os contidos é fundamental», explica Gema. «A min encantoume que quitasen os teléfonos nos colexios», dice María José, que apunta que ha leído que incluso se ha reducido el acoso en los centros desde que se aplica esta medida.
La saturación de actividades, que los pequeños de la casa no tengan tiempo para aburrirse o garantizar para ellos una correcta alimentación —«cada día hay más plásticos», se queja Encarna— son otras de las preocupaciones que van aflorando según avanza la conversación.
Esta la remata Fina recordando cuando en los recreos se sumaba como portera a los partidos de fútbol de los chicos hasta que invariablemente una profesora venía a sacarla de allí. Eran otros tiempos, pero «aínda hai machismo a montóns», coinciden las mujeres del grupo.
Un programa que se imparte en Galicia desde el 2016
Este programa de Cruz Roja, pensado para apoyar a los abuelos que se ocupan, en mayor o menor medida, de cuidar y criar a sus nietos, se puso en marcha en Galicia en el año 2016. En España, el 35 % de los mayores de 65 años cuidan a sus nietos varios días por semana.