Los motores de la planeadora abandonada en Nochebuena suman 1.350 caballos de potencia

s. gonzález / j. romero VILANOVA / LA VOZ

GALICIA

Mónica Irago

La embarcación, cuyo flete y equipamiento costaría 300.000 euros, amaneció en Vilanova junto a un tractor atrapado en la bajamar

27 dic 2024 . Actualizado a las 10:43 h.

Alrededor de doce metros de eslora, tres motores Mercury 450, cuya denominación responde a la potencia que son capaces de desarrollar: 450 caballos cada uno. Lo que el día de Navidad amaneció amarrado al muelle de Rego do Alcalde, en Vilanova de Arousa, era una planeadora en condiciones cuyo destino no arroja demasiadas dudas. La táctica tampoco es nueva. En realidad, tan vieja como el mundo. Se trata de aprovechar los momentos en los que, por la razón que sea, la guardia acostumbra a estar baja para marcar un gol. Sucedía a menudo con el humeante negocio del tabaco y continúa ocurriendo con el narcotráfico en las rías, sobre todo si la forma de operar huele a la vieja escuela. Junto a la embarcación, un tractor atrapado en el lodo que la marea deja tras de sí cuando se retira. La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía investigan el hallazgo en relación con una descarga de cocaína en Nochebuena, la fiesta familiar por excelencia. Y, como tal, idónea para los oscuros trabajos que puedan desarrollarse a su sombra y piden discreción.

«Este cacharro, sen carga, ten que voar», calculaba a ojo de buen cubero uno de los hombres que asistían a los trabajos de rescate y traslado de ambos vehículos, la lancha y el tractor, ayer por la tarde. Fue un vecino de la zona quien, en la mañana de la Navidad, alertó a la Policía Local de Vilanova sobre la presencia de tan inusual pareja de ingenios en el embarcadero de Rego do Alcalde. La planeadora fue abandonada de forma burda, cubierta por una lona, mientras que el vehículo de tracción daba la impresión de haber quedado embarrancado en un intento apresurado por devolver la embarcación a tierra.

Por la apariencia de la lancha, que se diría recién salida de su escondrijo, es probable que no llegase a ejecutar el trabajo. En cualquier caso, la investigación permanece abierta. Para su desarrollo será fundamental la toma de huellas dactilares que puedan relacionar la embarcación con personas concretas, con nombre y apellidos. Sobre todo si arrastran antecedentes en el negocio de la cocaína. En ausencia de mercancía, sus dimensiones permitirían imputarles, al menos, un delito de contrabando. Por lo pronto, mover esta clase de lanzaderas no es barato. Equipar y echar al agua una lancha de sus características puede costar unos trescientos mil euros.

MONICA IRAGO