![Agentes de la Guardia Civil, durante el operativo.](https://img.lavdg.com/sc/KpjuunJpp2Ov46rFIZRvfO5knKs=/480x/2025/02/14/00121739557982197440132/Foto/v_20250213_223209000.jpg)
Una mujer se lo vendía a menores y un toxicómano se lo cambiaba por ansiolíticos
15 feb 2025 . Actualizado a las 08:54 h.Las principales víctimas del mercado negro del Rivotril (clonazepam) son menores, y los riesgos no se limitan solo a los efectos de mezclar esta benzodiacepina con alcohol u otras sustancias, sino que se extienden a cómo estos jóvenes se adentran en un submundo muy peligroso para hacerse con un medicamento que con receta se consigue por unos 17 céntimos. La investigación desarrollada en Cangas descubrió, por ejemplo, que una mujer vendía a menores del municipio crac (cocaína en piedra) para que ellos pudieran negociar con un toxicómano que tenía recetados estos ansiolíticos y cambiárselo por pastillas.
Según pudo saber La Voz, hay otro menor de unos 15 años que también suministraba cocaína y pastillas de este psicotrópico con el que los jóvenes buscan colocarse. Se la llama la droga de los pobres por lo económico que resulta adquirir la parte química, pero puede salir muy cara, tanto por los medios para conseguirla como por los posibles riesgos para la salud. Profesionales de la zona confirman el desembarco del karkubi en Galicia por Cangas tras la pandemia, «si bien se han detectado casos muy puntuales» y ninguno grave en el sistema sanitario. Sin embargo, la policía y la Guardia Civil de Cangas percibieron en las calles del municipio el impacto de esta droga en cuanto aterrizó en O Morrazo. En septiembre hubo que ingresar a un menor que la había consumido tras haber conseguido hacerse con estas pastillas de clonazepam a través de otro joven que no superaba los 20 y que tenía recetada una fuerte dosis.
La Guardia Civil de Cangas intenta frenar su tráfico y consumo desde el 2022. De hecho, desde entonces se han sucedido las operaciones y fue creciendo el número de investigados hasta que este jueves se practicó el primer arresto. Sorprendentemente, el detenido, de 56 años y con numerosos antecedentes, quedó en libertad en la propia sede policial horas después de su arresto en un edificio okupa en el que se incautaron de más de medio millar de pastillas psicotrópicas, un parche de fentanilo, 20 gramos de marihuana y 9 pastillas de metadona.
El titular de una farmacia del municipio está en el punto de mira, investigado por falsedad documental, por expedir este fármaco incumpliendo el deber de comprobar la identidad de la persona que recogía el medicamento y su receta. Los cinco médicos investigados suman a este presunto delito otro contra la salud pública, pero no parece que estuvieran conchabados ni organizados con el fin de delinquir.
La Consellería de Sanidade no ha tomado ninguna medida con los profesionales que están siendo investigados en esta operación, que son tres médicos de familia y dos psiquiatras. «Non hai que tomar ningunha medida», respondió ayer el conselleiro, Antonio Gómez Caamaño. En su departamento aseguran que desconocen los detalles de la investigación y qué papel atribuye la Guardia Civil a estos profesionales. Caamaño añadió que cuando la investigación avance se determinará si es necesario tomar alguna medida con el personal, pero sus palabras dan a entender que no habrá ninguna inspección interna. Los facultativos investigados por la Guardia Civil siguen en activo.
Fuentes del sector sanitario aseguran que el Servizo Galego de Saúde conoció hace meses que se había comenzado la investigación, pero no en qué términos. Estas fuentes apuntan a que en el seno del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo se hizo un informe sobre el ansiolítico Rivotril prescrito a los pacientes, de los que se aprovechaba, presuntamente, esta trama. Ese informe partió de una revisión de los casos para determinar si las recetas estaban justificadas. El Sergas dice que ha trasladado a los investigadores toda la información que le han solicitado y que seguirá colaborando en lo que le pidan.
Hay un aumento de las recetas fraudulentas, «pero siempre de papel y privadas»
El Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra no ha entrado a valorar la operación abierta por la Guardia Civil, pero sí ha constatado que «en los últimos años se ha detectado un aumento de la circulación de recetas fraudulentas». Lo ha confirmó su presidenta, Beatriz García Iglesias, si bien precisó que se trata «siempre de recetas de papel privadas que, en muchos casos, son hasta fotocopias».
«O están mal cumplimentadas o son fotocopias, pero no cumplen con los requisitos para poder dispensarlas», explicó. «Hay medicamentos, además, con los que ya tenemos especial control, como el Rivotril, la Toseína o el Trankimazin», señaló.
Hay un procedimiento para la detección de esas recetas, apunta, por el que, ante cualquier posible irregularidad, «se informa al momento tanto a los cuerpos y fuerzas de seguridad como al Colegio de Farmacéuticos, que, a su vez, informa a los servicios de inspección y a las farmacias». «Las del Sergas están digitalizadas y, si son en papel, tienen códigos de verificación que ya se introducen en el sistema», quiso especificar. Para dispensar cualquier sustancia psicotrópica se ha de solicitar y registrar el DNI de la persona que lo retira, añadió.