La enmienda

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta PAISANAJE

GALICIA

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, junto a los demás miembros de su Gobierno, este martes en el acto Estilo Galicia, celebrado en el Gaiás.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, junto a los demás miembros de su Gobierno, este martes en el acto Estilo Galicia, celebrado en el Gaiás. PACO RODRÍGUEZ

16 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Es muy posible que a la fiesta que ayer montó el PPdeG en el Gaiás para celebrar el primer año de legislatura le faltara una invitación a la señora autocrítica. Tampoco parecería necesario hacerlo si uno es capaz de leer entre líneas lo sucedido en estos doce meses, en los que Alfonso Rueda ha decidido que en su estilo cabe corregir con naturalidad políticas anteriores que promovía su mismo partido. Solo así, desde ese ejercicio de enmienda, se pueden entender algunos movimientos claves de este curso. De entrada, una nueva política de gestión del sector eólico que ha levantando ampollas en despachos de empresas de Madrid, acostumbradas a que la rentabilidad del viento en Galicia se la llevaran cruda, sin beneficio en el territorio; corregirlo parecía un anatema para la derecha.

Más: una fuerte promoción de vivienda pública para levantar más pisos protegidos en cuatro años que en los doce años precedentes con Feijoo al mando. Rueda participaba en ese gabinete, por lo que es otra corrección a la estrategia anterior; dirán que el problema de la vivienda se ha desatado estos últimos meses. En ese caso, no supieron advertir la ola.

Otra: la política de competencias. Rueda ya puede meterse en un club en el que no tiene asiento su predecesor, el grupo de presidentes de la Xunta que consiguieron aumentar el autogobierno. Acaba de anotarse la primera nueva competencia en casi 17 años (se dice pronto), y tras una pugna con el Estado que llegó hasta el Constitucional y en la que participaron junto a la Xunta expertos que no tienen precisamente carné del PP. A los líderes de la oposición, mandando a secundarios a la firma de ese histórico traspaso, les faltó esa altura que echan de menos en otras cuestiones de país, como en la defensa del galego, donde, por cierto, hay otro volantazo de Rueda: abrirse a debatir el modelo actual ya supone cuestionar que el actual no funciona.

Así que ha transitado Rueda este año por esa enmienda y la transversalidad ideológica de sus medidas (¿no firmaría la oposición la gratuidad de la matrícula universitaria?). Y la duda es si se permitirá lo mismo cuando se acerquen unas elecciones.