«Vamos a abrir un tiempo nuevo en España», proclama Feijoo en O Pino

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago O PINO

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Alfonso Rueda anuncia el apoyo sin fisuras del PPdeG a su antiguo líder que enfrenta «inimigos que non funcionan coas regras da xente boa»

24 may 2025 . Actualizado a las 15:13 h.

«El cambio no es un simple relevo de caras. Es una transformación del país. Vamos a abrir un tiempo nuevo en España y a derribar democráticamente el muro de la división», proclamó Alberto Núñez Feijoo en la romería del PPdeG en O Pino, en un discurso marcado por el próximo congreso nacional del PP, en el que opta a la reeditar su liderazgo.

Feijoo, al que Alfonso Rueda cedió el cierre de la romería, pidió «permiso» para cumplir su «deber de volver a presentarme, rendir contas e seguir sendo presidente do PP de todos os españois». Pero su discurso, en el que usó gallego y castellano, miró hacia una futura convocatoria de elecciones generales y a sus compromisos si llega al Gobierno.

«Esto va de cambiar el rumbo del país y pasar pagina a tanta degradación», dijo antes de anunciar «un rearme moral del país» para volver a una política «ética» y «coherente» y al principio de que «el que meta la mano en la caja se tiene que ir a la calle».

Feijoo afirmó que el Gobierno se ha convertido «en el principal problema del país», preocupado solo «de las exigencias de los separatistas» y de «los sumarios judiciales que cada día golpean la conciencia de los españoles».

Acusó al Gobierno de que no solo ha construido «un muro», como dijo Pedro Sánchez en su discurso de investidura frente a los partidos del centro y la derecha, sino que «ha construido un búnker de excusas, mentiras y privilegios». Además de que ha enfrentado, no solo a la izquierda y de derecha, sino a todas las capas de la sociedad, a los hombres con las mujeres, a los mayores contra los jóvenes o a los trabajadores con los empresarios. «Se acabó el enfrentamiento y se acabó el muro y el búnker, vamos ilusionados a devolver la ilusión a la gente y gobernaremos para todos», dijo en un pasaje propio de un período electoral.

Para hacer posible el cambio, que a su juicio se palpa en la calle, propuso al partido «abrirnos mientras ellos se encierran», porque están «muy muy muy nerviosos». Puso una meta: alcanzar los diez millones de votos. Recordó que tienen ocho, pero que hace seis años solo sumaron cuatro. «Reconoceréis al Feijoo de las grandes victorias», dijo a los militantes

Anunció tres principios sobre los que sostendrá su proyecto: «Más España y menos separatismo», porque «lo que es de todos se debe negociar entre todos»; «más libertad y menos imposiciones», ya que el Gobierno «está para servir, no para vigilar», y «más prosperidad y menos intervencionismo». Por último, anunció una larga lista de compromisos, entre los que incluyó «una auditoría» para que los españoles sepan a qué se dedica su dinero, «bajar los impuestos» y hacer reformas en España como las que se hicieron en Galicia, respetar «la independencia del poder judicial y la libertad de los periodistas», que los «jóvenes vuelvan a querer comerse el mundo» en lugar de verse obligados a compartir piso, que los pisos «sean de los propietarios y no de los okupas», que los responsables de la «degradación» acaben «donde deben acabar, donde diga la Justicia»; que «la verdad vuelva a ser el escudo del Gobierno» y, para remachar, insistió en que se atendrá a su palabra: «Cuando me comprometo, cumplo».

Le precedió sobre el escenario Alfonso Rueda, que se comprometió a que Galicia «vai ser parte fundamental» de su victoria porque «non queremos unha España dividida», pero que también le pedirá «todo o que sabes que precisa», cuando llegue el momento. Agradeció a Feijoo su «valentía» tras pasar «tempos moi duros» porque se enfrenta a «inimigos que non funcionan coas regras de xente boa e legal», pero «sabemos que vas poder con todo iso».

El presidente del PPdeG instó para ello a su predecesor a «recoller a estirpe de [Xerardo Fernández] Albor, de [Manuel] Fraga» y de todo lo que hizo él en la Xunta para reivindicar una forma de gobierno que consiste en «en resolver, non crear problemas e non mentir».

Rueda contrapuso ese modelo con el de «os do non». La referencia suele ir dirigida al BNG, pero el líder popular incluyó al PSOE de Pedro Sánchez, «os de Moncloa, os que teñen que saír canto antes», porque «din non» a la transferencia de la AP-9 a Galicia, a los fondos europeos que precisan los proyectos industriales o a mejorar los servicios ferroviarios. Calificó al PSdeG de «inútil para Galicia» por secundar esas decisiones. También al BNG, al que reprochó su «turismofobia» y su búsqueda de una Galicia «enfurruñada» y «pequena», en lugar de una comunidad «grande e con identidade, aberta a todo o mundo».

El primero en tomar la palabra fue el presidente del PP de A Coruña, Diego Calvo, que entregó a Feijoo un archivador con más de dos mil avales para su candidatura a liderar el PP. Calvo vaticinó que será presidente «máis cedo que tarde» porque los españoles «non van olvidar a Koldo, Beñoña, Ábalos, o tito Berni...» y siguió enumerando protagonistas de presuntos casos de corrupción relacionados con el Gobierno.

En su discurso también tuvo un pasaje para «os reaccionarios radicais das pancartas que todos coñecemos dende hai anos como os do non», y también para un PSdeG dedicado a decir «si bwana» a cualquier decisión de Moncloa. «Tampouco son útiles para Galicia».

A la romería, la séptima que celebra el PPdeG en O Pino, acudieron más de 4.000 militantes de la provincia de A Coruña. El acto, como recalcó el propio Feijoo, ha ido ganando peso en el escenario político autonómico y nacional.