Estudios y especialistas desmontan los mitos que han florecido en los últimos años en torno a los lácteos. Incluído el que dice que las bebidas vegetales son más sanas

Laura G. del Valle

Pocos ámbitos acumulan tantos bulos como el de la alimentación. La leche representa a la perfección esta situación. Un alimento que ha pasado de ser la panacea para padres y abuelos a estar desterrado en el cajón de los productos malvados. Pero la realidad desmonta sus contras, al menos, es lo que se esfuerzan en recordar los especialistas, que cansados de ver cómo la industria alimentaria se sale con la suya con eficaces campañas de márketing en pro de las bebidas (que no leches) vegetales, vuelven a recordar la cantidad de beneficios que aporta el consumo de dos raciones de leche en los adultos. 

«No soy ni partidario ni detractor de la leche, pero me generan especial malestar los bulos. Sobre todo porque se trata de una campaña orquestada por la industria que, fíjate, no solo quieren crear un miedo infundado en relación a la leche de vaca, sino que colocan los botes de las bebidas vegetales junto a la leche, cuando nada tienen que ver». Como explica Manuel Viso, la legislación española prohíbe que sean etiquetadas como leche y, pese a sus supuestos beneficios, un estudio de la OCU confirmó hace unos meses que solo contienen de materia prima (arroz, avena, soja...) entre un 2 % y un 16 %. 

Nada que ver con lo que ocurre con la leche, que entera, sería recomendable en un consumo de dos raciones (dos vasos). Y nos aportaría una cantidad de nutrientes elevada. «Si hacemos caso a las recomendaciones estaremos ingiriendo todos los aminoácidos que necesitamos, que están presentes en la leche. También vitamina D, que mucha gente tienen déficit y está presente en pocos alimentos; y es una fuente de magnesio y calcio», enumera este especialista en medicina interna. En cuanto a la grasa que contiene, uno de los temores más extendidos, este especialista afirma que «la leche tiene un azúcar propio que no es perjudicial. No tiene nada que ver con el azúcar de mesa, que sí encontramos por ejemplo en bebidas vegetales».

El problema, comenta Viso, es que «como la gente tiene en la cabeza que la leche engorda, muchos se pasan a la desnatada. Pero esta es menos saciante y claro, muchos acompañan un vasito con tres o cuatro galletas, y eso es lo que tendrían que eliminar de la dieta; no la leche».

Principal potencia

Con las dudas despejadas y el aporte nutricional sobre la mesa, los gallegos estamos de suerte a la hora de recuperar (o no abandonar) el saludable hábito del consumo de esta bebida en las dosis recomendadas. La comunidad es la primera productora de leche de España, con algo más de 2,6 millones de toneladas producidas en el año 2016, y es la novena región productora de la Unión Europea. Esto, sumado a la importancia de un consumo sostenible, convierte en necesaria la inclinación por el producto local en este ámbito. Es importante conocer el músculo de este sector en Galicia ahora que a partir del 2019 será obligatorio que la leche y sus derivados cuenten con una etiqueta donde se mencione la procedencia del producto.