El actor continúa alternando proyectos cinematográficos y televisivos, como el próximo estreno de la serie «El corazón del océano».
31 ago 2011 . Actualizado a las 22:36 h.El actor Hugo Silva sigue en la cresta de la ola, alternando proyectos cinematográficos y televisivos, como el próximo estreno de la serie El corazón del océano, una línea más en un currículum que crece y crece debido, según el artista, a su personaje en Los hombres de Paco. «Trabajo gracias a Lucas», dice.
Poco después de presentar Lo contrario al amor, el actor ha acudido hoy al FesTVal de Vitoria para promocionar su nueva serie de televisión, que narra el viaje de 80 doncellas españolas al Nuevo Mundo para casarse con los colonos y frenar el mestizaje. «Es una serie de época, pero más que una serie histórica como La princesa de Éboli, con un rigor histórico mayor, esto es más una producción de aventuras», ha señalado Silva, quien ha destacado que los guionistas se han permitido licencias sobre este hecho histórico documentado. En ella, interpreta al capitán del barco en el que viajan los protagonistas, un personaje que -en su opinión- bebe de aquellos héroes que admiraba en su infancia, tipos «pícaros, fanfarrones y con muchísima ironía, pero con un toque de oscuridad y de desencanto».
Silva, que cita referentes como El halcón y la flecha, con Burt Lancaster, considera no obstante que él no tiene mucho en común con el capitán Salazar. Eso sí, destaca lo «divertido» que es convertirse de repente en un marinero del siglo XVI. En todo ello, el vestuario juega un papel importante, «gracioso e incómodo» a partes iguales, además de vital para la confección del personaje. «Cuando nos embutimos en esas ropas, tu cuerpo reacciona y empieza a moverse como si estuviese viviendo en esa época, sin pensarlo, de forma natural», cuenta.
Del rodaje, tanto él como sus compañeros citan la belleza del Caribe colombiano, pero también las dificultades, con altas temperaturas, «mosquitos con tatuajes» y un altísimo porcentaje de humedad. «He pasado experiencias muy duras. Por ejemplo, pisé en dos ocasiones un hormiguero. Aquí no pasa nada, pero allí las hormigas se te suben a la pierna y, no sé cómo, parecen ponerse de acuerdo para morderte todas a la vez», cuenta.
No han hecho mella en él, sin embargo, los días de rodaje a bordo de una réplica exacta de una carabela del siglo XVI. Afirma que está «encantado» siempre de meterse en un barco y asegura que él sintió los mareos al pisar tierra. «Tengo el mareo del marinero», dice.
Silva se embarca de este modo en un nuevo proyecto, dilatando su travesía interpretativa y alejándose cada vez más en el tiempo de sus primeros escarceos en televisión gracias a Al salir de clase o de la eclosión de su popularidad como Lucas en Los hombres de Paco. «El haber hecho televisión y el haber hecho de Lucas no ha sido un problema. Yo trabajo gracias a Lucas, estoy muy orgulloso de haber hecho esa serie y ese personaje», asegura al respecto.
«Solamente pienso en el trabajo en sí. Si pensase en cómo estoy posicionado, me volvería loco», añade el actor, quien dice que, aunque está abierto a todo buen personaje e historia, prefiere las producciones cerradas como ésta, de seis capítulos, porque disfruta creando perfiles nuevos y no le apetece compaginar varios papeles. Al menos de momento, y ante su negativa a comentar proyectos futuros, su última creación a disfrutar será este capitán Salazar, al que define como «un conquistador, que siempre elige la opción de luchar antes que la de huir».