Los príncipes visitaron El Hierro para conocer el desarrollo de la erupción volcánica submarina
31 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.Los príncipes de Asturias conocieron ayer en El Hierro el desarrollo de la erupción volcánica submarina que desde hace tres meses se registra cerca del pueblo pesquero de La Restinga, y allí sus habitantes les explicaron la incidencia económica y social que ha supuesto tener un volcán a dos kilómetros de su costa.
Don Felipe, que ayer cumplió 44 años, y doña Letizia llegaron a las 11.45 horas en helicóptero a La Restinga, acompañados por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.
A continuación se trasladaron hasta la punta de Arenas Blancas, zona donde se puede observar el rastro del volcán sobre la superficie del mar de las Calmas y donde ayer se percibía el burbujeo, aunque la mancha ocasionada por los gases expulsados por el volcán aparecía muy diluida. En este punto los príncipes se mostraron muy atentos a la explicaciones científicas que les ofrecieron los técnicos del Instituto Geográfico Nacional.
Después de las explicaciones, don Felipe y doña Letizia se trasladaron hasta el núcleo de La Restinga, donde les esperaban numerosos ciudadanos, que hasta tres veces le cantaron cumpleaños feliz al heredero.
Fue en estos momentos cuando los escolares del colegio de infantil y primaria de La Restinga le entregaron al príncipe de Asturias como regalo de cumpleaños un cuento escrito por ellos en el que narran sus vivencias durante este fenómeno volcánico.
En este colegio estudian catorce niños, que en dos ocasiones durante estos tres meses han tenido que recibir sus clases en el colegio de El Pinar, debido a la evacuación del pueblo como medida preventiva.
Los príncipes, que también saludaron a los colectivos y profesionales implicados en la emergencia, recibieron más información técnica sobre las famosas «restingolitas», como han denominado los herreños a los fragmentos de lava que expulsa el volcán. Durante su estancia se acercaron a los numerosos vecinos que los esperaban, entre ellos Herminia González, que a sus casi 102 años es la persona de más edad evacuada de La Restinga durante toda la crisis.