Tom Jones repasará su trayectoria esta noche en la plaza de A Quintana
26 jul 2012 . Actualizado a las 12:11 h.Llega el Tigre de Gales a Compostela. Tocará hoy en la plaza de la Quintana (22.30 horas, entradas de 25 y 35 euros) y ante un público que aspira a ver en directo a una de las grandes voces del pop británico. Se trata del cantante de Delilah, It?s Not Unusual y Sex Bomb. Si se cumple lo que apuntan los set-list de sus últimos conciertos, sonarán. Y eso equivale a algo muy claro: se invocará la banda sonora de varias generaciones.
«Eso siempre ha sido un problema para mí», comenta irónico Tom Jones (Cardiff, 1940) a La Voz de Galicia. Lo dice en referencia a las distintas edades de su público. «Algunas veces los fans mayores logran los primeros asientos, mientras detrás están todos bailando. Pero de pronto se levantan para bailar también y obligan a los que están en el medio a ponerse de pie. No sabes muy bien cómo manejar el show, no puedes evitar que alguna gente se pare. Y si tocas canciones como Sex Bomb tampoco puedes evitar que todo se desmadre», admite entre carcajadas.
Para que esto último ocurra se necesitan varios elementos: una voz prodigiosa, un ramillete de canciones inmortales y un cantante con actitud arrolladora. De lo primero ya dio muestras el artista desde muy joven: «Dejé el colegio a los 15 para buscar trabajos que me permitiesen cantar por las noches. Pronto vi que a la gente le gustaba. Cuando me subí a los escenarios de los pubs noté la conexión. Eso era definitivamente lo mío, mi profesión».
Respecto al repertorio, en su greatest hits descansan muchos temas con estrella. «It's Not Unusual [editada en 1965] cambió totalmente mi vida. No fue solo un hit en Gran Bretaña, sino que llegó a todo el mundo. Eso me dio la oportunidad de ir a otros países. Afortunadamente tuve la suerte de cantar otras canciones como What's New Pussycat, Green Green Grass Of Home o Delilah, que me facilitaron una carrera plagada de éxitos que llegaron hasta Sex Bomb, una canción realmente comercial».
En cuanto al personaje, mucho se ha hablado del sex appeal de Tom Jones. Él, lejos de esconderse en la falsa modestia, se parte de risa reflexionando sobre ello: «Bueno, tenía un buen indicador desde pequeño. Cuando cantaba en el colegio notaba que ya atraía a las chicas. Mis amigos me decían que tenía una gran voz y que algún día me convertiría en un cantante famoso. Y al empezar a actuar en los pubs comprobé que sí, que ellas se volvían locas, así que incluso antes de sacar mi primer disco ya sabía que le gustaba a las chicas, que tenía sex appeal. Mucho».
Después de aquel debut llegó una extensísima discografía que tiene en Spirit In The Room su último capítulo. Editado en mayo, repite con Ethan Jones a los mandos y con la fórmula de repescar canciones de otros autores, como Leonard Cohen, Paul McCartney o Paul Simon.
Comparado por muchos con el trabajo que Rick Rubin hizo para Johnny Cash en la serie American Recordings, parece que se encamina hacia la misma idea de continuidad: «Siempre estamos buscando material para hacer más discos». Muchas de esas piezas las cantará esta noche en Santiago.