La surfista vasca que se dejó conquistar por las olas gallegas

ángel palmou REDACCIÓN / LA VOZ

GENTE

CÉSAR TOIMIL

Sus olas preferidas, «en invierno, la machacona, en Burela, y si hace bueno, las de Doniños»

10 sep 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

«Ando de la Ceca a la Meca buscando la mejor ola, pero también compito, así que no sabría decir. El surf es una forma de vida para mí», reflexiona Estitxu Estremo ante la disyuntiva de decidir si representa la faceta más bohemia y estereotipada de esta actividad o si, por el contrario, se encuadra en la más deportiva. Lo cierto es que la pasión por las olas ha marcado buena parte de la trayectoria vital de esta irundarra nacida en 1976 y que en 1996 convirtió Galicia en su tierra de adopción.

Campeona de Europa en el 2010 de longboard -modalidad que se practica sobre tablas de casi tres metros-, y de tabla corta con anterioridad, Estitxu lo tuvo claro a la hora de decidir dónde estudiar INEF: el mar y los arenales gallegos propiciaron su llegada a A Coruña. Desde entonces, con una furgoneta primero y una autocaravana después como base de operaciones cuando deja su apartamento, ha recorrido todo el litoral dando rienda suelta a una pasión que no aparca nunca: «Haga sol, frío, lluvia o incluso nieve», afirma entre risas antes de enumerar sus olas preferidas: «En invierno, la machacona, en Burela, y si hace bueno, las de Doniños».

Cuando ella empezó eran solo un puñado los surfistas que se dejaban ver en las playas de Galicia, por lo que Estitxu ha sido testigo de excepción de la eclosión de este deporte y también de los progresos que han logrado las féminas en su lucha por la igualdad en el mar. «Los premios económicos para ellos siguen siendo superiores, pero por lo menos ahora los campeonatos se celebran por separado y no tenemos que ver cómo se reservan las horas de las mejores olas para los chicos».

Su bici y su perro son las otras pasiones de esta deportista que nunca se aleja demasiado del agua y que en verano comparte sus conocimientos con los alumnos de los surfcamps. Tras haber disfrutado de paisajes paradisíacos en Australia, Brasil, Maldivas o Ecuador, no duda en asegurar que Galicia tiene una «costa privilegiada. No hay que irse a Indonesia. En Razo, hace solo unas semanas me saltó un delfín al lado, fue un auténtico espectáculo».