El monarca también ha bromeado sobre su salud y ha asegurado que ve «muy bien» y «contento» a Felipe VI
21 oct 2014 . Actualizado a las 19:00 h.El rey Juan Carlos ha bromeado sobre su salud y ha afirmado que ve «muy bien» y «contento» a su hijo, Felipe VI, al que ayuda en el desempeño de sus tareas según ha explicado. Así se lo ha asegurado a los medios de comunicación que le esperaban a su llegada a las Bodegas Marqués de Murrieta, donde ha presidido la inauguración de su nuevo edificio Castillo de Igay. Además, a los periodistas les ha dicho que «sin vosotros, se está bien», aunque ha reconocido que «os echo de menos, porque me reía con vosotros».
Juan Carlos I ha bajado del coche que le ha trasladado hasta las bodegas, ayudándose de un bastón y vistiendo traje gris claro con corbata de colores naranjas y amarillos con lunares. Brevemente, ha respondido a algunas de las preguntas de los medios, que se han interesado por su estado de salud. El rey ha contestado en broma que «mal», para luego decir que está «bien».
Acto seguido, ha saludado a las autoridades regionales que le esperaban, como el presidente de La Rioja, Pedro Sanz; el delegado del Gobierno en la comunidad, Alberto Bretón; el consejero de Agricultura, Iñigo Nagore; el presidente del Parlamento, José Ignacio Ceniceros; la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra; o el presidente del Consejo de la DOC Rioja, Luis Alberto Lecea, entre otros, además del propietario de la bodega, Vicente Cebrián-Sagarriga, conde de Creixel. Tras estas breves palabras, el rey Juan Carlos ha entrado en el edificio para su inauguración. En el acto de apertura de este emblemático edificio de las Bodegas Marqués de Murrieta, ha intervenido Vicente Cebrián-Sagarriga, también presidente de Marqués de Murrieta, quien ha ofrecido una breve explicación de la historia y la rehabilitación de la bodega.
Tras la intervención, Juan Carlos I ha descubierto una placa, y ha visitado los nichos de reservas del Castillo de Igay, haciendo una parada en el nicho correspondiente al año de nacimiento del rey (1938), donde ha dejado su firma como recuerdo. Además, ha visitado la nave de barricas y la sala de etiquetas.