
La polémica biografía del heredero al trono británico sigue desvelando los secretos ocultos de la familia real
03 feb 2015 . Actualizado a las 20:40 h.Carlos de Inglaterra dudó hasta el último día de la conveniencia de su enlace con Diana Spencer. Detrás de la boda de cuento de hadas que protagonizó la pareja comenzaba a fraguarse el matrimonio fallido entre Carlos de Inglaterra y Lady Di. Así lo desvela la biografía no autorizada que se acaba de publicar en el Reino Unido bajo el título de Carlos: El corazón de un rey y que está causando polémica, cuyo extracto ha recogido The Telegraph.
El príncipe Carlos, heredero al trono británico, estuvo a punto de cancelar su boda el día antes de su celebración. «Estaba desesperado», confirma una persona cercana al heredero. Pero las dudas no solo acecharon al novio. Diana Spencer, que por aquel entonces era una joven de 19 años de carácter vulnerable y que ya sufría un transtorno alimenticio también confesó a sus hermanas poco antes del enlace: «No puedo casarme con él». Ellas les dijeron que era ya demasiado tarde para volverse atrás.
El breve noviazgo entre Carlos y Diana, de apenas cinco meses, y la existencia de una relación del príncipe heredero con Camilla Parker Bowles, eran algunos de los inconvenientes que pronosticaban un matrimonio que hizo aguas a los pocos años. Lady Di, cuando aún eran novios, halló una pulsera que era un regalo para la hoy duquesa de Cornualles. En aquel momento pensó que las iniciales GF que tenía grabadas se referían a los nombres de las mascotas que se habían intercambiado entre sí. La relación entre los dos había comenzado diez años antes.
La biografía escrita por la periodista Catherine Mayer ha supuesto una verdadera revolución en Clarence House, obligando incluso al gabinete de la casa real británica a salir al paso de algunas de las declaraciones de la autora. También han minimizado el encuentro que mantuvo esta con el príncipe Carlos. Para avivar aún más la polémica el libro también recoge varias evidencias de la relación de amistad que mantuvieron el príncipe de Gales con Jimmy Savile, del que hace poco se descubrió su pasado como pedófilo.
Isabel II, inquieta con el futuro reinado de Carlos
Hace unos días ya se publicó que Isabel II, que cumplirá 89 años el próximo mes de abril, no ha ocultado su preocupación por el estilo tan distinto de reinado que busca su hijo, muy comprometido con asuntos como el cambio climático y la arquitectura, algo que en ciertas ocasiones le ha valido las críticas de los expertos.
Isabel II, en cambio, nunca ha ofrecido una entrevista ni se ha pronunciado abiertamente sobre temas sensibles, por considerar que, como soberana, reina pero no gobierna y su posición debe quedar al margen de los distintos debates que se generen en el país.
Pero el príncipe de Gales, de 66 años, no se ha callado a la hora de defender la protección de la naturaleza o los edificios que no embellecen a una capital como Londres.
En su libro, Mayer afirma que este activismo del príncipe Carlos puede dar paso -tras la muerte de Isabel II- a un «posible nuevo modelo de monarquía» pues apunta a «redefinir» la corona. «Algunos miembros de la corte, incluso la misma soberana, temen que ni la Corona ni sus súbditos vayan a tolerar el shock de lo nuevo», escribe la prestigiosa periodista.
Entre los más críticos de Carlos está su padre, el duque de Edimburgo, pues cree que su hijo tiene un «comportamiento egoísta», al situar sus pasiones por encima de sus obligaciones reales.
Además, el libro desvela que la corte del príncipe está plagada de luchas internas, algo que algún cortesano la llegó a comparar con Wolf Hall, el relato de la escritora Hilary Mantel sobre el mundo oportunista y de traición en la corte de Enrique VIII (1491-1547). Si bien el libro afirma que Carlos es conocido por el personal como «el jefe», al príncipe se le ve como una persona insegura, mientras que algunos empleados se sienten desilusionados.
Carlos no ha elegido siempre las cosas «sabiamente» y ha designado gente que le dice lo que él quiere escuchar en lugar de conocer la verdad, afirma la escritora. En algunos extractos del libro, Mayer describe al príncipe Cralos como una persona con dificultades para controlar sus numerosas entidades benéficas y también sus intereses comerciales.