El diestro ha asegurado que estaba «tranquilo» porque, según dice, después de todo este tiempo casi ve la cárcel como si fuera su casa
02 mar 2015 . Actualizado a las 12:51 h.El diestro José Ortega Cano ha regresado hoy a la cárcel de Zuera (Zaragoza) tras disfrutar de su segundo permiso penitenciario y lo ha hecho «tranquilo» porque, según dice, después de todo este tiempo casi ve la cárcel como si fuera su casa.
«Ya tomas la celda como si fuera tu casa», ha afirmado el torero en declaraciones a los periodistas a las puertas del centro, donde ha asegurado que los presos le respetan «mucho» y que el «cuerpo se adapta a todas las circunstancias».
En la cárcel, cada persona «es una historia y algunas son muy fuertes», algo que a él que, según ha dicho, es «una persona muy sensible», le ha calado «muy hondo».
Ha dicho que tiene buena relación con los presos y ha aprovechado la ocasión para saludar a los reos de cuatro de los módulos del centro, el «8, 11, 12 y 13», uno de los cuales es de mujeres.
Sobre la posibilidad de que le concedan el tercer grado ha indicado que no lo puede decir porque no lo sabe.
Ortega Cano salió de prisión de permiso penitenciario el pasado 24 de febrero, después de cumplir diez meses de condena y regresó hoy.
La hora tope para entrar eran las once de la mañana y lo ha hecho poco después de las diez y media, acompañado hasta el interior por su pareja, Ana María Aldón. A la puerta, en el coche, aguardaba el niño pequeño de ambos, acompañado de su niñera.
Ortega Cano ingresó el pasado 23 de abril en el centro penitenciario de Zuera para cumplir una condena de dos años y medio por el accidente de tráfico ocurrido en mayo de 2011, en el que murió Carlos Parra, de 48 años, cuando el diestro conducía su vehículo todoterreno con una tasa de alcoholemia que triplicaba la permitida.
Preguntado por si se «arrepiente de lo sucedido», Ortega Cano ha respondido que sí, pero ha recordado que de eso ya habló en su día.
El diestro, que comparte celda con otro preso, está ingresado en un módulo de respeto, donde hay algo más de un centenar de internos, todos ellos con un perfil muy socializado. El primer permiso penitenciario que tuvo, también de seis días, fue el 5 de enero.