
La actriz revela en una entrevista en «Vanity Fair» los detalles de su turbulenta separación de Brad Pitt
27 jul 2017 . Actualizado a las 13:51 h.Diez meses después de su turbulento divorcio de Brad Pitt, cuyas condiciones aún están negociando, Angelina Jolie revela que el estrés de la situación le produjo hipertensión y una parálisis facial periférica.
«A veces, en las familias las mujeres se ponen a sí mismas en el último lugar», contó a la revista Vanity Fair, que acaba de adelantar su edición de septiembre. «Hasta que eso se manifiesta en su propia salud», dice Angelina Jolie.
La acupuntura le ayudó a recuperarse pero reconoce que en los últimos meses su piel está más seca y le han salido más canas. «No sé si es la menopausia o simplemente, el año que he tenido», reflexiona.
No obstante, siente que está tomando sus decisiones «con inteligencia», poniendo en primer lugar a su familia y «tomando las riendas» de su vida y su salud. «Creo que eso es lo que hace completa a una mujer», añade.
Doce años juntos
Angelina Jolie y Brad Pitt se conocieron en 2004 durante el rodaje de «Mr & Ms Smith», cuando él aún estaba casado con Jennifer Aniston. En los 12 años que siguieron, el actor adoptó a los hijos de Jolie, y ambos tuvieron tres hijos biológicos y adoptaron a otro más.
Pero el matrimonio conocido en Hollywood como «Brangelina» hizo aguas en septiembre, cuando Jolié solicitó el divorcio. Los meses previos «las cosas empezaron a ponerse mal», relata, y luego se corrige calificándolas de «difícil».
«Ha sido la época más dura y ahora estamos empezando a salir a flote», cuenta la ganadora de un Óscar por Inocencia interrumpida. Y sobre su relación con Pitt, Jolie evita dar detalles y se limita a señalar que ambos persiguen «el mismo objetivo».
Ella y sus seis hijos, de los que tiene la custodia, acaban de mudarse a la mansión en la urbanización de Hollywood Los Feliz que antaño perteneció a Cecil B. DeMille y que adquirió por unos 25 millones de dólares. «Es un gran paso adelante para nosotros, todos tratamos de hacer lo mejor para sanar nuestra familia», dice.
Y es que la actriz, que creció «muy preocupada por su madre» -la actriz Marcheline Bertrand- y no quiere que a sus hijos les suceda lo mismo. «Creo que es muy importante llorar en la ducha y no delante de ellos. Necesitan saber que todo va a ir bien aunque tú no estés segura de ello», cuenta en la entrevista.
Cuenta que ahora sólo quiere «preparar bien el desayuno y llevar la casa». Y, a petición de sus hijos, está recibiendo clases de cocina.
Respecto a su futuro inmediato, además de la promoción de su filme First They Kill My Father (Netflix) sobre el genocidio de los jemeres rojos.