David y Victoria celebraron este jueves su aniversario luciendo los icónicos trajes morados que lucieron en su boda en 1999
05 jul 2024 . Actualizado a las 09:58 h.El señor y la señora Beckham desempolvaron ayer los icónicos trajes de boda de color morado con los que el 4 de julio de 1999 se convirtieron en marido y mujer en el castillo de Luttrellstown, cercano a Dublín. El suyo fue un enlace de postín y dispendio con el que el futbolista rubricaba un año de ensueño en las filas del mejor Manchester United de la historia y la cantante de las Spice Girls empezaba a atisbar una vida de éxito más allá de la música.
Ayer, para conmemorar sus 25 años de matrimonio, Victoria y David Beckham volvieron a vestirse con los trajes con los que se casaron y posaron con ellos en sus redes sociales, demostrando una vez más el dominio del mundo de la imagen que les ha permitido convertirse en una de las parejas con mayor éxito y poder en el mundo de los famosos.
Los Beckham atesoran una fortuna conjunta de 575 millones de dólares (unos 530 millones de euros), según la lista de millonarios del diario The Times, y han sabido posicionarse en el mundo empresarial, él a través de inversiones deportivas como propietario del Inter de Miami y ella centrada en una firma de moda de viste a la mismísima reina Letizia.
En todos estos años, la pareja se ha mantenido junta y unida contra viento y marea, aunque vivieron etapas complicadas. Durante el tiempo que vivieron en España, cuando el futbolista jugaba con el Real Madrid, la sombra de la infidelidad los puso en una situación delicada que ambos han superado juntos por sus cuatro hijos: Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper Seven.
Para algunos la suya es una de las relaciones más estables y consolidadas del mundo de las celebridades. Para otros, su unión se ha convertido solo en una fachada que sostiene un imperio basado en la imagen de una familia feliz, tal como sostiene el libro La casa Beckham: Dinero, Sexo y Poder, escrito por el periodista Tom Bower. El autor afirma en su obra que David y Victoria llevan ocho años atravesando una grave crisis matrimonial y viven, en realidad, separados sin apenas hablarse. Este teoría se apoya en el hecho de que el exfutbolista pasa cada vez más tiempo en Miami, donde está el equipo para el cual fichó a Leo Messi, mientras la diseñadora reparte su tiempo entre Londres y Nueva York, las ciudades más convenientes para su negocio.