El duque de York cuenta con el apoyo de ex y de su familia en medio de la nueva polémica por su relación con un presunto espía chino
21 dic 2024 . Actualizado a las 19:15 h.Hace casi 30 años que Sarah Ferguson y el príncipe Andrés decidieron poner fin a su tumultuoso matrimonio. A pesar de los desencuentros que vivieron mientras estuvieron casados, su separación en 1996 podría considerarse ejemplar. Tanto que unos años después, en el 2000, la duquesa de York regresaba a vivir al lado de su exmarido. En este sentido, aunque la madre de Beatriz y de Eugenia ha descartado volver a casarse con el hermano del rey Carlos, asegura que son más felices como amigos y permanece a su lado incluso en los momentos más difíciles, como el actual, cuando se ha revelado la supuesta conexión del hijo predilecto de la reina Isabel II con un espía chino. «No voy a dejarle caer nunca», asegura.
Ferguson en declaraciones al diario The Sunday Times explica que «él me apoya tanto como yo le apoyo a él». «Me ha apoyado en las buenas y en las malas, no solo en el matrimonio o el divorcio. Es el mejor, un gran hombre con un gran corazón y muy amable». Por lo que añade que «lo haría todo de nuevo, al 100 % y sin importar lo que piensen los demás». En estos momentos complicados, Ferguson se ha convertido en la «cuidadora» de su exmarido, a pesar de que está en tratamiento contra un cáncer de piel que le fue detectado en una revisión de su cáncer de mama ya superado.
La exmujer del príncipe recuerda que le conoció cuando solo tenía 12 años. «Mi primer pensamiento fue que me iba a casar con él», dijo. Un sueño que cumplió seis meses después de que la princesa Diana la invitara a las carreras de caballos de Ascot en 1985, donde coincidió con el príncipe. Sarah Ferguson ha explicado que se casó «total y absolutamente enamorada» y que aquel 23 de julio de 1986 fue «el mejor día de mi vida, a pesar de que perdí mi anonimato». Comenzó entonces una presión pública y mediática, que, sumadas a las responsabilidades de la institución, se le hicieron cuesta arriba y que superó «porque el amor lo puede todo». Una presión que, ha reconocido, sigue teniendo que gestionar cada día.
Exasperación real
La defensa a ultranza de su exmarido ha llegado justo cuando la prensa británica recoge que el rey Carlos III está «realmente exasperado» con su hermano y cuando arrecian las críticas que invitan al monarca a desvincularse del duque de York, que ha decidido no asistir a la celebración de la Navidad en Sandringham, razón por la que tampoco irá el resto de la familia, Ferguson, sus hijas, yernos y nietos. Y es que los duques de York han construido una muralla a su alrededor que defienden a capa y espada.
El príncipe Andrés pasará la Navidad lejos de Sandringham
Después de una vida plagada de escándalos y de un año repleto de tiras y aflojas con su hermano el rey Carlos III, sorprendía que el príncipe Andrés y su familia estuvieran en la lista de invitados de la próxima celebración de la Navidad en Sandringham, en el condado de Norfolk. Una fiesta organizada por el monarca británico, deseoso de afianzar los lazos con su familia en uno de sus años más difíciles en el que ha sido diagnosticado de cáncer. Sin embargo, la última gran polémica del duque de York ha hecho que finalmente se caiga de la convocatoria familiar.
Tras el proceloso caso Epstein, el hermano del rey Carlos ha sido relacionado con un presunto espía chino que operaba en Reino Unido. Yang Tengbo, también conocido como Chris Yang, logró infiltrarse en los círculos más íntimos de la realeza británica de la mano del duque de York, que llegó a convertirlo en su asesor. A pesar de que el exmarido de Sarah Ferguson ha asegurado que «cesó todo contacto» con el empresario asiático tras recibir el aviso del servicio de Inteligencia de su país, ha decidido adoptar un perfil bajo y no pasar las Navidades con la familia real. Así lo recoge el Daily Mail, que amplía la lista de afectados al núcleo más cercano del príncipe Andrés.
Así las cosas, Sarah Ferguson, Beatriz de York y Edoardo Mapelli Mozzi con su hija Sienna y Eugenia de York con Jack Brooksbank y sus hijos August y Ernest no irán finalmente a la majestuosa residencia campestre de Sandringham. Se espera que pasen las navidades en su residencia de Royal Lodge, en Windsor. Unas ausencias que se suman a la ya esperada de los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, que no acudirán al encuentro familiar por quinto año consecutivo.
Duras críticas
El paso a un lado del príncipe Andrés en las celebraciones familiares de Navidad busca evitar que sus problemas salpiquen a la institución de la monarquía después de las durísimas críticas de la prensa. La experta real Jennie Bond animaba al duque a «pasar la Navidad lejos de Sandringham, fuera de la vista del público» en las páginas del diario Mirror, donde también aseguraba que el hijo predilecto de la reina Isabel II «se ha convertido en una vergüenza recurrente para la familia real». Amanda Platell, en el Daily Mail, iba más allá al afirmar que «nuestro rey debe darse cuenta de que la herida purulenta del príncipe Andrés viviendo en un esplendoroso edificio de 30 habitaciones tiene que terminar».