
El monarca espera que, llegado el momento, los duques de Sussex y sus hijos se sitúen al lado del príncipe Guillermo, que para entonces será rey
05 jul 2025 . Actualizado a las 19:13 h.Una de las obligaciones protocolarias del rey de Inglaterra es la de tener preparado el plan para el día de su propia muerte con años e incluso décadas de antelación. Carlos III ya se ha puesto manos a la obra con la conocida como Operación Puente de Menai, el plan que contempla todos los pasos que se habrán de dar cuando llegue el momento y que se establecen en colaboración con altos representantes de la casa real, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y la Iglesia. Esta prisa por preparar los funerales es común en la institución británica y no guarda relación alguna con el cáncer diagnosticado hace un año al actual soberano, quien continúa con su agenda oficial.
Lo más llamativo de los planes del monarca, además de reducir los días de luto oficial, tiene que ver con el papel que desempeñarán su hijo Enrique y su esposa, Meghan Markle. Según informa Colpisa, ambos tendrán un protagonismo que puede parecer inesperado a la vista de lo malas que son las relaciones actualmente. Esto se ha interpretado como una ofrenda de paz al hijo menor del monarca, con quien lleva años sin hablarse.
A la espera de lo que suceda en los Juegos Invictus del 2027 , que se celebrarán en Birmingham —organizados por el duque de Sussex y para los cuales este ha invitado tanto al rey Carlos III como al príncipe Guillermo—, el monarca quiere que, cuando llegue el día de su último adiós, su hijo ocupe el lugar que le corresponde en el centro de la familia, dejando así una puerta abierta a la reconciliación entre los hermanos, algo que ahora parece prácticamente imposible.
Según ha desvelado The Telegraph, el monarca espera que Enrique camine junto a su hermano, quien para entonces ya será el nuevo rey, al frente de las solemnes procesiones por las calles del centro de Londres. También está previsto que el hijo menor de Diana de Gales y su esposa participen en la vigilia familiar durante el velatorio en Westminster Hall, y que ambos tengan un papel destacado durante el funeral, junto a los miembros más importantes de la realeza. Los planes también recogen la presencia de sus hijos, Archie y Lilibet, en el funeral en la Abadía de Westminster, así como en el sepelio en la Capilla de San Jorge de Windsor, si así lo desean. No hay que olvidar que abuelo y nietos apenas se conocen debido a la brecha familiar. Carlos III solo ha visto a la pequeña Lilibet en una ocasión y a su hermano mayor, poco más. Sin embargo, sí los ha tenido en cuenta, en lo que parece un intento del monarca de favorecer la armonía familiar incluso después de su muerte.