Kevin Federline relata en un libro las adicciones y agresiones de Britney Spears durante su matrimonio

Joaquina Dueñas

GENTE

Britney Spears, en una imagen de archivo del año 2018
Britney Spears, en una imagen de archivo del año 2018 Cordon Press

El exmarido de la cantante cuenta cómo esta consumía alcohol y medicamentos durante sus embarazos y vigilaba a sus hijos con un cuchillo en la mano mientras dormían

21 oct 2025 . Actualizado a las 16:29 h.

Kevin Federline ha escrito un libro sobre su matrimonio con Britney Spears en el que relata escalofriantes episodios de consumo de drogas y agresiones en los que sus hijos, Sean Preston y Jayden James, que ahora tienen 20 y 19 años, estaban presentes. El rapero reprocha a la diva del pop que priorizara la fiesta sobre sus hijos y llama la atención sobre los problemas de salud mental de la artista, que lo ha acusado de querer lucrarse a costa de ella.

Federline y Spears estuvieron casados entre el 2004 y el 2007. En el libro You Thought You Knew (Creías que lo sabías), relata la actitud «tremendamente peligrosa» que habría tenido Spears ya desde los embarazos, tomando alcohol y medicamentos. «No parecía entender la gravedad del asunto», ha contado. Con el nacimiento de los pequeños, la cosa no mejoró. Federline recuerda cómo durante la fiesta de lanzamiento de su álbum Playing With Fire, vio a Britney y a su amiga «esnifando una línea de cocaína sobre la mesa». Por entonces, la cantante estaba amamantando a sus hijos. «Le dije: ''Por favor, no vayas a casa a amamantar a los niños así. Llama a tu mamá o a alguien. Necesitamos leche de fórmula. No puedes hacer esto''».

Sin embargo, la intérprete de Baby One More Time, lejos de atender a sus súplicas, respondió de manera agresiva, según cuenta: «Se levantó, tomó su bebida y me la tiró directamente a la cara. Delante de todos. Mi familia, mis amigos, toda la mesa. Estaba vestido de blanco. Me empapó con vodka de arándanos».

Federline también rememora cómo durante un viaje a Miami por trabajo, recibió una llamada: «Eran ella, Paris Hilton y Lindsay Lohan al teléfono, borrachas como una cuba, rogándome que fuera a su casa. Podía oír a Preston y Jayden llorando de fondo. Debían ser las tres o cuatro de la mañana. Esa llamada fue la gota que colmó el vaso».

«Ya había visto las fotos en la prensa sensacionalista, las de ella saliendo con ellas toda la noche, de fiesta en el bar de Malibú de París», recuerda, «pero oír a mis hijos llorar mientras ella hacía quién sabe qué... Eso fue todo. Cualquier pequeña esperanza que tuviera, de que aún pudiéramos arreglarnos por los niños, se esfumó en ese momento», explica.

Noches en vela durante las que observaba a sus hijos con un cuchillo en la mano, bofetadas al que era su marido o reprimendas a voces a los niños forman parte de este recopilatorio que dibuja una Britney incapaz de hacerse cargo de su vida y, menos aún, de sus hijos. «Los chicos estaban emocionalmente agotados. Las visitas con su madre se hicieron cada vez menos frecuentes, hasta que un día dijeron: ''Se acabó. No vamos a volver''», ha escrito.

Por su parte, los representantes de Britney Spears han subrayado el interés económico de Federline: «Una vez más, él y otros se están aprovechando de ella y lamentablemente esto ocurre después de que la manutención de los hijos de Kevin haya finalizado».

En el mismo sentido se ha pronunciado públicamente la intérprete de Toxic en un comunicado en redes sociales: «La constante manipulación psicológica por parte de mi exmarido es extremadamente dolorosa y agotadora. Siempre he suplicado y gritado para poder tener una vida con mis hijos. Las relaciones con los adolescentes son complejas. Me he sentido desmoralizada por esta situación y siempre les he pedido, casi suplicado, que formen parte de mi vida», ha comenzado.

«Lamentablemente, siempre han sido testigos de la falta de respeto que me ha mostrado su propio padre. Tienen que asumir la responsabilidad de sí mismos. Uno de mis hijos solo me ha visto durante 45 minutos en los últimos cinco años y el otro solo me ha visitado cuatro veces en ese mismo período. Yo también tengo mi orgullo. A partir de ahora, les diré cuándo estoy disponible», ha expresado contundente. «Créeme, esas mentiras piadosas del libro van a parar directamente al banco y yo soy la única que sale realmente perjudicada», ha reprochado. «Siempre los querré y, si realmente me conocéis, no prestaréis atención a los tabloides sobre mi salud mental y mi consumo de alcohol. En realidad, soy una mujer bastante inteligente que ha intentado llevar una vida sagrada y privada durante los últimos cinco años. Hablo de esto porque ya estoy harta y cualquier mujer de verdad haría lo mismo», ha terminado.