Cabral, el extranjero de Mouriño en el Celta

X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M. MORALEJO

El central argentino, que lleva seis temporadas en el Celta, se convierte en el foráneo más longevo de los 52 fichados bajo la dirección del actual presidente

20 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

14 de julio del 2012, concentración de pretemporada del Celta en Quiaios (Portugal). Un entonces semi desconocido Gustavo Cabral (Isidro Casanova, Matanza, Argentina, 1985) sigue el entrenamiento de Paco Herrera desde la banda sin perder detalle. El argentino en aquel entonces ni remontamente podría imaginarse que se iba a convertir en el más longevo de los 52 futbolistas foráneos fichados por Carlos Mouriño desde que accedió a la presidencia de la entidad en el 2006.

Porque el central argentino vive su sexta temporada en el conjunto vigués con dos renovaciones de por medio y con contrato en vigor hasta el 2019. En la primera, en el 2014, el Celta se hizo con el futbolista en propiedad y en la segunda (en mayo del 2016), le hizo echar raíces. Tantas, que el Sargento ya ha superado los números de su etapa en el Racing de Avellaneda, el equipo que le vio crecer. En septiembre del 2015 se hizo centenario en cuanto a partidos y se trazó el objetivo de doblar aquella cifra. En la actualidad ya suma 193.

Cabral ha vivido todos los episodios del Celta desde su regreso a la élite y en muchos de ellos ha sido protagonista directo. En su primera temporada, en la que confesó que sufrió para aprobar la asignatura de salida de balón, fue pieza clave en las victorias ante Valladolid (marcó un gol) y Espanyol en la salvación del 4 %. Al año siguiente comenzó a experimentar en primera persona el crecimiento del conjunto vigués con el curso de Luis Enrique y el desembarco de Berizzo, hasta que en la campaña 15/16 disputó 31 partidos en la Liga que permitió al Celta volver a una competición europea tras una década en blanco. Y en la Europa League, Cabral tardará en olvidar el gol que marcó al Shakhtar Donetsk en Ucrania en la prórroga y que metió al conjunto vigués en octavos eliminando a uno de los grandes favoritos. Con toda probabilidad el más importante de los nueve que ha marcado en el Celta, en donde solo se quedó sin anotar en el curso 15/16.

Esta temporada vuelve a tener un protagonismo importante pese a la rotación de los centrales que está llevando a cabo Unzué. Ya suma 19 participaciones en los 24 partidos oficiales disputados por el Celta hasta el momento y el domingo pasado entró en el once de la jornada después de su actuación ante el Levante, el equipo que le sirvió de puerta de entrada en el fútbol europeo.

Por el momento, el argentino tiene garantizado (salvo novedad) un séptimo año en el Celta. Una cifra solo apta para canteranos. Él es la excepción.

El 55,7 % de los fichajes extranjeros de la última década han durado un año

Más de las mitad de los foráneos que llegaron al Celta en los últimos doce años han tenido un pasado de lo más efímero. En concreto, de los 51 fichajes foráneos, 29 de ellos no pasaron de la temporada e incluso hay casos como Vadim Demidov, Pranjic o Welliton cuya estancia se reduce a un semestre, lo que significa el 55,7 % de los movimientos.

Areias fue el primer fichaje testimonial de la era Mouriño. En la temporada del último descenso el portugués disputó unicamente un partido de celeste, ante el Espanyol, en Balaídos y con derrota: 0-2. En la primera campaña en Segunda seis de los siete fichajes solo estuvieron un año o menos en Vigo y de todos ellos solo es recordado Diego Costa, que ya entonces apuntaba maneras. La historia se repitió al año siguiente con Papadopoulos siendo el único que se quedó de los siete fichajes.

En el 2011 apareció Orellana para echar raíces en dos etapas diferentes separadas por seis meses, llegando después la época de los Augusto y Krohn-Dehli, coetáneos de Cabral que se fueron al tercer año. No obstante, en aquella temporada todavía llegó un buen número de paracaidistas eventuales: Park, Demidov y Pranjic. Un año después se hicieron famosos los cuatro minutos de Welliton. Rossi, el curso pasado, protagonizó el último paso efímero por Vigo.