El club, que recibió una oferta por Lobotka en enero, quiere que el lateral cumpla su contrato hasta el 2019
06 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En los planes del Celta no está vender a Jonny. El canterano acaba contrato en el verano del 2019, y el club vigués no tiene previsto desprenderse de él a menos que algún equipo abone su cláusula de rescisión, que a final de curso estará fijada en 18 millones de euros. La dirección céltica no va a negociar por el jugador, aun siendo conscientes de que dentro de 17 meses será agente libre, y por lo tanto si se marcha el club no se embolsará ni un solo euro.
En el Celta entienden que la apuesta por los futbolistas de la cantera es firme, formándolos, dándoles oportunidades y ayudándoles en su crecimiento, y que la lógica es que aporten al máximo como celestes. En Praza de España prefieren no embolsarse algunos millones de euros ?en caso de que llegue alguna oferta el próximo verano? a renunciar a un futbolista de su talla la próxima temporada.
Lo que también dan prácticamente por hecho en la entidad céltica es que el jugador no renovará su contrato. En más de una ocasión el lateral de Matamá expuso públicamente que vería bien probar su nivel más allá del escudo celeste, y o mucho cambia la historia, o el próximo verano, o el siguiente a más tardar, puede ver cumplido ese deseo. En la reciente ventana de transferencias de enero su agente, Joseba Díaz, aseguró que estaban abiertos a que sucediese cualquier cosa, desde que Jonny renovase con el Celta a que se marchase en el mercado recién cerrado.
En enero el defensor de Matamá no cambió de aires, pero sí vio cómo el Celta firmaba a un futbolista que le hará competencia por el costado zurdo, el eslovaco Robert Mazan, que debutó el pasado fin de semana en Mendizorroza. Su fichaje, y el de Lucas Boyé fueron los movimientos más sobresalientes ?junto con la salida de Guidetti? en un enero en el que en Praza de España recibieron una oferta por Stanislav Lobotka. El grandísimo rendimiento que el mediocentro está dando esta campaña llamó la atención a más de un club y llegó, cuando menos, una oferta por el futbolista. En el Celta confirman el interés de otra entidad, pero no le ponen nombre, si bien el Inter de Milán fue el club que más sonó para hacerse con los servicios del pivote. De hecho, en Italia se insistió en que el club transalpino tenía mucho interés en el jugador, que se ha convertido en uno de los indiscutibles de Unzué en el once celeste.
Lobotka llegó a Vigo el pasado verano procedente del Nordjaelland de la Superliga de Dinamarca. Firmó un contrato por cinco temporadas con una cláusula de rescisión de 35 millones de euros. El coste del traspaso del futbolista fue de algo menos de cinco millones, una cifra que por su rendimiento en la Liga ya se habría disparado.
El fichaje de Lobotka, de tan solo 23 años, encajó en la política del Celta de recurrir a futbolistas jóvenes, no muy conocidos, pero con un futuro prometedor, justo el perfil que definía a Nemanja Radoja en el momento de su contratación. El serbio fue el principal damnificado esta temporada del fichaje de Lobotka, dado que el eslovaco le apartó del once titular, pero en las últimas contiendas el jugador ha vuelto a entrar en los planes de Unzué y estaría más a gusto. Él mismo había reconocido a La Voz hace un par de semanas que esperaba jugar más minutos. Ahora los tiene y es probable que sea el momento elegido para abordar su renovación. Responsables del club estuvieron charlando con él largo y tendido ayer.