Nunca es un buen momento para jugar con el Real Madrid. Que se lo digan al Valladolid, que parecía enfrentarse a un rival en una situación terrible tras abandonar la pelea por todos los títulos y terminó ganando 1-4. En este caso es cierto que pueden jugar con la baza de la motivación por la vuelta de Zidane, que de repente parece recuperar de un modo milagroso a Isco y Marcelo para la convocatoria y la alineación.
En cuanto al Celta, con Escribá, se nota algo diferente pero en estos momentos los vigueses compiten pero no son capaces de mostrar su potencial. Se vio que el Betis fue superior y con una pincelada casual del cambio de un jugador se hizo con el triunfo.
De cara al partido de esta tarde todo el mundo está pensando que llegó Zizou y se acabaron los problemas y que todo va a salir de color de rosa, pero si el Celta es capaz de hacer un partido en donde sea capaz de conseguir que el Real Madrid comience a recordar de donde viene y se olvide del nuevo entrenador, más opciones tendrá.
El Celta cuanto más aguante con el resultado abierto más le hará recordar al Madrid que como equipo es una decepción porque están prácticamente fuera de todos los objetivos y esos jugadores también están soportando ahora una presión que tampoco es fácil de llevar porque ese equipo está hecho para ganarlo todo, y ganarlo todo en Primera División es mucho más difícil que salvar una categoría como ahora intenta la escuadra celeste.
Es evidente que al equipo vigués le está costando y quitando el partido que le ganó al Sevilla está en una racha muy mala y en estos momentos la importancia del factor emocional es clave. Tiene que romper ese bucle en el que se encuentra inmerso. A nivel de campo intentando hacer las cosas lo más sencillas posible para que el jugador se encuentre cómodo y después ir mejorando a medida que se vaya encontrando bien, pero sin olvidar que tiene a un Real Madrid delante. Considero que lo primordial ahora es hacer un equipo lo más reconocible posible.
