El Celta remonta a la Real y sale del descenso

Xosé R. Castro VIGO

GRADA DE RÍO

Dos goles de Aspas, que escribe otra página de la reconquista, y uno de Maxi Gómez permiten a los vigueses eludir la quema

07 abr 2019 . Actualizado a las 21:28 h.

El Celta ha pasado de ser incapaz de remontar un partido a voltear dos contiendas en el margen de ocho días. Y la diferencia se llama Iago Aspas, el hombre que ha cambiado por completo al equipo. El mago de Moaña salió al rescate una vez más y con un doblete en el arranque de la segunda mitad le dio la vuelta a un partido que había torcido Willian José antes del descanso. Maxi se encargó de cerrar el partido ya en el tiempo de prolongación. El Celta finaliza la semana de tres partidos con siete puntos y fuera de la zona de descenso. Algo impensable hace apenas nueve días.

La Real salió en plan avasallador a un Balaídos encharcado. Dominó, puso tres veces a prueba a Rubén y sacó cinco córneres en los 17 primeros minutos pero el gol lo encontró en forma de regalo cuando el VAR validó una acción discutible del todo.

Olaza levantó el pie ante Oyarzabal sin que mediara contacto, pero el extremo realista se fue al suelo y el balón acabó en el punto de penalti. Willian José esperó que se venciera Rubén y marcó por el centro.

A diferencia del primer gol del Villarreal la semana pasada, el tanto en contra no tumbó a los celestes, que reaccionaron y tuvieron el empate en sus botas antes del descanso, pero Rulli sacó con la rodilla un disparó duro de Maxi Gómez y Iago Aspas, tras robar el balón en la frontal, disparó demasiado cruzado en la salida del portero argentino.

En el segundo tiempo sopló el viento y arreció la lluvia, pero todo a favor del Celta. Porque con un ligero ajuste hacía el 4-2-3-1 todo se puso de cara desde el pitido inicial. Fue ahí en donde la Real perdió su primer balón para que Iago Aspas se marchase como un puñal hacia la portería donostiarra. A la desesperada Rulli le derribó y el lance acabó en penalti.

Pero el moañés tuvo que esperar cuatro minutos para lanzarlo porque Melero no expulsó al portero argentino y éste se tomó todo el tiempo del mundo para quitarse la sangre del labio (por el contacto) y para cambiarse la camiseta. Como era de esperar, Iago no se inmutó, esperó y colocó el balón con fuerza para que Rulli, aunque adivinó la trayectoria, no pudiese cortarla.

El 1-1 fue el punto de partida de una sucesión de buenas noticias para el cuadro vigués, porque poco después en un lance sin el balón de por medio un forcejeo entre Willian José y Okay acabó con el turco en el suelo. El árbitro expulsó al delantero txuri urdin por agresión y el VAR lo corroboró.

Quedaba media hora y el Celta, aunque tenía uno más no se puso loco. Lo que hizo fue darle profundidad a la banda derecha para que Hugo Mallo comenzase a percutir por ese lado y en una de las subidas del capitán llegó el segundo gol. Boudebouz, que ya estaba en el campo y que hizo su mejor partido como celeste, le cedió el balón al marinense para que centrase al corazón del área y hasta ahí llegó Iago Aspas con todo para marcar de cabeza el 2-1. En la celebración el moañés se quitó la camiseta y vio la quinta amarilla, por lo que no estará el sábado en el Wanda Metropolitano.

La Real, pese ir por debajo en el marcador y estar con uno menos no tiró la toalla. Quizás acordándose del plan del Huesca adelgazó el medio campo y apostó por el fútbol directo con Bautista. Sin embargo sus ocasiones llegaron con dos zambombazos y en ambos estuvo soberbio Rubén Blanco. El primero a Sangalli con una volea desde la frontal y el segundo a Zubeldia con un disparo lejano pero envenenado.

Con espacios, el Celta pudo marcar la contienda en otro centro de Hugo Mallo al que no llegó Hjulsager y en un cabezazo de Maxi Gómez que salió alto, pero no lo hizo y el partido quedó abierto para los siete minutos de alargue (justos) que decretó el árbitro. En el segundo de ellos Boudebouz fabricó la jugada en la izquierda para asistir a Maxi para que el charrúa finiquitase la contienda con un tiro por bajo que supuso el tercero.

La victoria, liderada por Aspas, tenía como premio abandonar la zona roja al segundo intento. La mejor noticia para encarar un final de liga cada vez con más implicados en la lucha por la supervivencia.