El regreso de Iago Aspas y el empuje de la afición lideraron la reacción del Celta en la recta final
23 may 2019 . Actualizado a las 08:29 h.Punto y final a una temporada que empezó con esperanza, transcurrió durante muchas jornadas por la angustia y terminó con el alivio de la salvación. El regreso de Aspas y el empuje de la afición lideraron la reacción de un grupo que a diez partidos del final no daba señales de poder sacar adelante la situación. Se abre el tiempo de análisis y reflexión para el Celta.
1 La dirección
Tres entrenadores
Mohamed llegó con la obsesión de intentar arreglar en un mes las dificultades defensivas que el Celta venía padeciendo históricamente. Pero lejos de solventarlas, pese a la apuesta por la acumulación de jugadores defensivos, el Celta perdió la identidad ofensiva que le caracterizaba. La llegada de Cardoso fue esperanzadora pero la lesión de Aspas, su apuesta por situar jugadores fuera de su posición natural, una pizarra un tanto rígida que acentuaba por momentos las carencias del equipo y la sensación de no ser capaz de cambiar la inercia negativa fueron suficientes motivos para su cese. Que el cambio de rumbo del equipo con Escribá no se puede entender sin la llegada de Aspas es evidente, pero es justo reconocer que la implicación del equipo sobre todo en defensa creció. Trató de minimizar errores y fue flexible en su modelo de juego buscando por encima de todo el pragmatismo. Tal vez el entrenador necesario para ese momento.
2 El juego
Dudas defensivas
El equipo ha mantenido durante todo el año sus dudas a nivel defensivo. Sin ayudas y con líneas excesivamente separadas el Celta sufrió mucho por las bandas y sobre todo en los centros laterales. Cada vez que un rival le jugaba con carrileros y tres por dentro los vigueses sufrían. No solo fue un problema individual. El Celta no estuvo bien a nivel colectivo y eso a quien expone es a los jugadores de la última línea. Solo cuando Escribá fue capaz de juntar al equipo el Celta dejó de conceder tanto.
Mohamed, más centrado en achicar, partió al equipo y con el juego directo aisló a los 3 puntas del resto sin garantizar la segunda jugada. Con Cardoso llegó el juego combinativo, pero demasiado previsible y sin los mecanismos necesarios para contrarrestar la perdida de balón. Faltaba el equilibrio y ese llegó con Escribá, que lejos de dogmatizar se adaptó al posicionamiento del rival. De Iago Aspas está todo dicho. El ataque del Celta no tuvo razón de ser mientras no estuvo él.
3 La planificación
Unas expectativas distintas a la realidad
Para la reflexión queda por qué se ha llegado a lo que se llegó cuando las expectativas eran muy distintas. Faltaron cosas y sobraron otras pero tener un entrenador con una idea acorde al perfil de los jugadores que va a entrenar, disponer de perfiles de futbolistas distintos y polivalentes que no dejen posiciones sin cubrir, no sobrepoblar posiciones con jugadores de perfil similar y equilibrar el equipo con jugadores con experiencia y conocimiento de la categoría podrían ser aspectos que ayudarían a no pasar tantos apuros. O no...
3 La afición
Punto de inflexión
La fiesta mayor de la ciudad fue el punto de inflexión que cambió la dinámica de un equipo que por aquel entonces estaba abocado al descenso. La reconquista promovida por la afición fue capaz de recuperar a un Celta que cimentó su permanencia en un Balaídos que partido tras partido demostró su compromiso con el equipo.