La camiseta de Mostovoi que más kilómetros recorre por todo el mundo

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

Suso López lleva años haciendo maratones con la camiseta celeste de Champions

26 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Nueva York, año 2011, en la meta del mítico maratón uno de los atletas participantes cruza la meta ataviado con la camiseta del Celta, la de Champions con el nombre de Mostovoi serigrafiado. El protagonista era Suso López, natural de Ribadeo pero vigués de adopción, según sus propias palabras, que hoy, a sus casi 50 años, ha repetido esa escena en un buen puñado de maratones más.

Los orígenes de las dos pasiones que Suso une con este ritual están en ambos casos relacionados con Vigo. Antes de llegar a la ciudad para estudiar no era celtista ni tampoco atleta. «Me fui a estudiar a Vigo en el 89. Me gustaba el fútbol y empecé a ir a Balaídos, el primer año pagando y, aunque descendimos, al siguiente vino Gudelj y me hice socio», comenta. «Ahí empezó mi pasión», proclama.

Y si el celtismo le ha llevado a hacer multitud de viajes, el atletismo no ha sido menos. «Lo de correr empezó porque un amigo celtista lo hacía y empezamos a correr con la ilusión de participar en un maratón», dice. Su primer sueño era concretamente el de Nueva York. «No fue algo con lo que soñara de siempre, sino que hice un viaje allí y se me quedó grabado. Debí de ver un cartel o algo y pensaba cómo sería correr por esas calles cerradas para ti».

Corriendo por Samil con su amigo se preparó para el Maratón de Nueva York, en el que participó por fin en el 2011. Fue el bautismo maratoniano de su elástica celeste de Champions. «Había corrido otras tres carreras antes, pero la camiseta del Celta quería reservarla para este evento que para mí era lo más grande», valora.

A partir de ahí todos los maratones que ha hecho -y ya van 26 a lo largo y ancho de toda la geografía mundial- los ha completado ya con la camiseta del Celta. «No corro con diferentes, es siempre la misma, la de Mostovoi. Ya lleva unos cuantos lavados y tiene muy poquito desgaste, casi como el primer día. ¡Menos mal que no era de Li-Ning!», ironiza.

Después de Nueva York se propuso completar los World Marathon Majors, que agrupa los mayores maratones del mundo. Ya ha hecho, siempre con la camiseta del Celta, Nueva York, Berlín, Tokio y Chicago y le faltan Londres y Boston. No es su único reto. «Pensé qué hacer entre medias y escuché que había un chico que estaba intentando correr en todas las ciudades que han sido olímpicas. Me pareció un reto chulo y empecé y lo empecé». Ya lleva 13 de las 23 que completan el reto.

La cruz de Santiago

Suso fue noticia en los últimos días por su iniciativa de despedirse de Barcelona, donde ha vivido los últimos once años, dibujando la cruz de Santiago en uno de sus entrenamientos corriendo. A la pregunta de cómo se le ocurrió, bromea con que pasa «mucho rato en los aeropuertos» y se aburre «un montón». «Había visto hace tiempo que la gente dibujaba historias con las carreras, algunos con bicis. Y pensé en el escudo del Celta», recuerda.

Analizó el mapa de Barcelona para buscar dónde hacer las esquina del escudo y vio que cerca de la estación de Sants era un buen lugar. «Empecé a dibujar y en un rato lo tenía. Aprovechando que el Eixample es cuadriculado, era fácil para hacer los ribetes», indica. Luego tocó buscar el momento en el que hacerlo, que fue el domingo pasado. «Tenía que ser domingo o festivo para que no hubiera mucha gente y poder cruzar bien las calles, quería que fuera un buen entreno».

Para ello llevaba escrito en un papel las calles y cuándo girar en cada sentido, indicado mediante flechas. «Hay un momento que no lo hago por orden, me atravieso y paso de un lado a otro del escudo. Si alguien se pone quisquilloso, me equivoqué en el kilómetro dos y me metí por la calle que no era. La parte de abajo la tenía dibujada perfecta y no salió tan bien, pero creo que no se fijó nadie», confía.

Así se despide Suso de Barcelona, donde a menudo ha vivido el celtismo con la peña Blau Cel. Como celtista, el regreso es una gran noticia. «Soy socio desde hace 27 años, pero solo podía ir una o dos veces al año a Balaídos, aparte de ver al Celta en los viajes con la peña. Ahora podré ir mucho más». Y además, seguirá llevando su camiseta celeste.