De las «irregularidades contables» a ejemplo para la LFP

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

30 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El proceso concursal del Celta aprobado hace diez años acarreó una pieza separada que llevó al banquillo a Horacio Gómez, como expresidente del club, y al director general de la época Alfredo Rodríguez. El juicio se celebró dos años después y la sentencia declaró culpable el concurso del Celta, «al haber cometido el deudor irregularidad en la contabilidad patrimonial o financiera de la sociedad», lo que en la práctica no tuvo mayor recorrido ya que Gómez y Rodríguez fueron inhabilitados por dos años.

La sentencia indicaba que en la contabilidad del Celta durante su mandato «se ha prescindido de los principios y normas contables a conveniencia, se han consignado partidas no acreditadas y, en general, empleado técnicas todas ellas tendentes a mostrar una imagen de la sociedad más sólida de la real, lo que determina la declaración de culpabilidad». Explicaba la sentencia, calificada entonces de muy técnica por los expertos.

Frente a esta situación, que según los informes antes del proceso concursal llegó a generar más de 80 millones de euros de deuda, se sitúa el momento actual con Antonio Chaves, director general, y María José Herbón, directora financiera, como principales muñidores. Una década después, el propio director corporativo de LaLiga comentó en el acto en donde se presentaban los grandes números de la competición que «hay clubes que funcionan como un tiro en Primera: Celta, Eibar, Leganés... gastan solo lo que tienen y porque lo han ahorrado. ¡Cero euros de préstamos! ¡Son como fórmulas uno!».

En el caso del Celta, en los últimos seis años no solo ha atendido a los pagos diarios y a la deuda concursal, sino que ha generado un beneficio de 80,7 millones de euros, con cuatro campañas por encima de los diez millones de beneficio. Para el curso que acaba de finalizar se estima que el superávit rondará los 15 millones de euros.

Un cambio radical en el aspecto económico que en los últimos años no tuvo correspondencia en el aspecto deportivo, con tres temporadas menguantes que ahora el club trata de cambiar. Buena parte de culpa de los fichajes que en Celta se trae entre manos en estos momentos radica en la transformación económica.