Txetxu Rojo, el ejemplo a seguir para Escribá

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

De los entrenadores que llegaron al Celta a mitad de una temporada y continuaron en la siguiente, el bilbaíno es el que mejores resultados consiguió, logrando un ascenso y llegar a la final de Copa

18 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En los últimos 40 años, el Celta ha dado la oportunidad a siete entrenadores que cogieron el equipo a mitad de curso de empezar al frente la temporada siguiente. Fran Escribá será el octavo de una lista formada por técnicos que tuvieron suerte dispar en las continuaciones de sus respectivas andaduras en el banquillo vigués.

Antes de los dos relevos de la pasada campaña, el anterior fue la llegada de Resino por Paco Herrera, pero el toledano no tuvo continuidad más allá de los 15 partidos del curso 2012/2013 que finalizó con la salvación del 4 %. Sí la tuvo, con el equipo aún en Segunda, Eusebio Sacristán, que vivió en Vigo su primera experiencia como primer entrenador.

Eusebio aterrizó en el Celta a principios de marzo del 2009 en sustitución de Pepe Murcia y tras dirigir al equipo 16 partidos, completó la siguiente temporada, en la que el equipo terminó en la duodécima posición en la categoría de plata. Con él, considerado por muchos el precursor del proyecto de cantera, se asentaron en el primer equipo tanto Iago Aspas como Hugo Mallo, los principales estandartes de la actual plantilla.

Distinta suerte había corrido Hristo Stoichkov, que fue el elegido para sustituir a Fernando Vázquez en abril del 2007. Aunque su llegada no pudo evitar que el Celta perdiera la categoría ese año, el club apostó por su continuidad para el primer año de Segunda, pero en esa segunda temporada acabó dirigiendo menos partidos (7) que en la primera (9). Dimitió por motivos personales en octubre del 2007 habiendo logrado diez puntos de 27 posibles. Aquella fue una temporada de cuatro entrenadores, pero el último, Alejandro Menéndez, no continuó a la temporada siguiente.

Ya en la década de los 90 aparece Fernando Castro Santos. El pontevedrés llegó al Celta cuando se habían consumido ocho jornadas del campeonato 1995/1996 con Aimar como entrenador y el equipo marchaba penúltimo. Cumplió con solvencia la meta de mantener la categoría y tuvo como premio seguir siendo el preparador celeste en la 1996/1997. Volvería a conseguir el objetivo en la última jornada con el recordado 4-0 al Real Madrid, pero ahí acabó su periplo celeste para que llegara Javier Irureta.

En la temporada 1990/1991 el Celta contrataba al técnico que mayor trayectoria tuvo habiendo llegado mediado un curso. Se trata de Txetxu Rojo, que cogió al equipo en Segunda tras 17 jornadas con Maguregui como entrenador. El bilbaíno sumaría otras tres temporadas, consiguiendo el ascenso en la primera de ellas y alcanzar la final de Copa en la tercera y última, en la que tuvieron que pelear la permanencia en la élite hasta el final.

El propio Maguregui, destituido a mitad de temporada para que llegara Txetxu Rojo, aterrizó en el Celta a su vez por la marcha de un compañero a mitad de curso, en su caso de Delfín Álvarez. En la que era su tercera etapa en el club solo dirigió 10 partidos en la campaña 1989/1990, que acabó con descenso, y 17 en la siguiente.

Félix Carnero, por su parte, fue contratado para terminar la temporada 1983/1984 que había iniciado Carriega. En la siguiente, la única que completó, consiguió el ascenso y, ya en Primera, fue sustituido por Luis García Traid cuando el equipo estaba colista tras trece jornadas. Acabó descendiendo en esa misma última posición de la tabla.

Retrotrayéndose a la década de los 70 aparece en el curso 1975/1976 Carmelo Cedrún. Fue el tercer entrenador de esa temporada en la que el equipo logró el ascenso, pero en la siguiente y última suya en el club perderían la categoría.