Brotes verdes, pero penúltimos

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

Carla Cortes

El Celta mejora su línea de juego, gana solidez defensiva, aumenta sus llegadas al área y aprende a competir, pero cae a la decimonovena posición después de ocho jornadas consecutivas sin ganar

03 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Óscar García Junyent sostiene que el Celta ha encontrado el camino de la salvación y la idea generalizada en el celtismo es que el equipo ha mejorado de un modo importante en todas las facetas menos el gol. Estos argumentos se contraponen con la realidad de la clasificación, ya que la victoria en el último segundo del Leganés unida a las ocho jornadas sin ganar envían al equipo a la penúltima posición de la tabla (la peor de todo el campeonato), aunque manteniendo la distancia de un punto sobre la salvación que sigue ostentando el Mallorca.

LÍNEA DEFENSIVA

Dos goles encajados en tres partidos

La llegada de Murillo y los ajustes tácticos han conseguido cortar la sangría de goles en contra. Con tres partidos de la segunda vuelta encima, los célticos han encajado dos goles (uno del Athletic y otro del Valencia) y en los dos últimos partidos los síntomas de solidez son mayores. El Eibar solo creó ocasiones en dos pérdidas del colombiano y el Valencia tuvo dos ocasiones muy claras, ambas desbaratadas por Rubén, al margen del gol.

OCASIONES DE GOL

Una media de cuatro disparos a portería y sensación de más peligro

Frente al Eibar los célticos tiraron cinco veces entre los tres palos, siete disparos no cogieron portería y en el cuaderno de ruta se registraron hasta ocho ocasiones de peligro. En Mestalla, como visitante y en uno de los campos más difíciles de la liga, el Celta tiró cuatro veces a portería (Parejo sacó un balón sobre la línea) y cinco acabaron fuera. Que el Celta ataca más y mejor es un evidencia, pero sigue faltando el gol.

JUEGO

Un equipo en crecimiento

El Celta de los últimos partidos cada vez es más reconocible. Mucho balón, presencia habitual en campo contrario y dominio de los partidos, atacando las zonas de riesgo del equipo rival y dejando atrás una época no muy lejana en donde el fútbol previsible y horizontal, y sin velocidad, era la moneda de uso habitual. Los célticos son el cuarto equipo de la liga en la velocidad de balón, una cuestión imprescindible para crearle problemas al rival. Este brote verde se ve acompañado por el paso adelante de jugadores fundamentales como Iago Aspas o Rafinha, aunque todavía faltan otros por sumar.

COMPETITIVIDAD

Un equipos menos blando y algo más agresivo

Al margen de los errores en las dos áreas, el gran problema del Celta durante la primera vuelta era la ausencia total del gen competitivo que sí pasean casi todos los rivales por la permanencia. Los célticos pecaban de blandos y de irse demasiado rápido de los partidos, pero en los últimos duelos el equipo puso la misma intensidad en el campo que el Eibar y al Valencia. A los armeros les pasó por encima en todo menos en el marcador y los ché nunca estuvieron cómodos pese a su estatus de equipo Champions.

CLASIFICACIÓN

Más abajo que nunca pese a la mejoría

El Celta lleva en descenso desde la jornada once (salió en una ocasión al remate de la primera vuelta) pero siempre como antepenúltimo hasta esta jornada 22 cuando visita por primera vez la décimo novena posición debido a la victoria del Leganés, el único de los cuatro últimos clasificados que puntuó esta semana. Por contra la victoria del Valladolid y el empate del Eibar dejan cada vez más aislados a los célticos y sus compañeros de viaje.