De la fortaleza del Madrid, y más en su casa, está todo dicho. No hay duda de la dificultad de visitar un campo como el Santiago Bernabéu. Es complicado encontrar la fórmula para tratar de plantarles cara, pero si la hay creo que pasa por las ayudas entre los jugadores del Celta, muchas coberturas, defender muy fuerte y aprovechar las oportunidades que consiga crear el equipo.
Son partidos en los que no tienes nada que perder. Hay que afrontar la realidad de que lo esperable es que salgas derrotado, pero los jugadores deben mentalizarse para plantar cara sabiendo que todo puede pasar y que todo lo que sea sumar es positivo. La manera de plantearlo creo que es que van a una batalla que a priori está perdida, pero en la que deben intentar hacer todo lo posible para ganarla.
No cabe duda de que el equipo llega en una situación anímica mejor después de la victoria conseguida ante el Sevilla. No fue un gran partido, pero lo importante dadas las circunstancias es ganar, no importa la forma. Pensar que tienen tres puntos más debe impulsarles a ir a por más, a intentar sumar más puntos para alejar la amenaza del descenso.
Recuerdo los partidos que viví a domicilio contra el Real Madrid en el cuerpo técnico del Celta, algunos con triunfo visitante. Es muy importante que crean en la victoria, que no renuncien a ella pese a saber que en pocas ocasiones se consigue y que la mayoría de las veces va a ganar el equipo de casa.
Los jugadores del Celta deben ir a ganar sabiendo que, pase lo que pase, después viene un partido mucho más importante contra el Leganés en el que para mí te juegas seis puntos, los que gana uno y los que deja de sumar el otro. Esto es una carrera de fondo y aunque el resultado del domingo fue beneficioso e importantísimo, hasta el final hay que seguir peleando y queda todavía mucho camino por recorrer.
