Los complicados reglajes del conjunto celeste

GRADA DE RÍO

R. GARCÍA

No es fácil dar con la tecla de un equipo que no muerde y que peca de falta de profundidad

18 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta de esta temporada recuerda al McLaren de Fernando Alonso. Arrancó con muchas expectativas, no hay forma de dar con los reglajes y enseguida se desajusta. Es un equipo que no muerde, le cuesta profundizar y pisar el área, apenas progresa por las bandas. No es fácil vivir con el miedo a no acabar las carreras.

El rival

Orden y prudencia. El Valladolid sí sabe cuál es el formato que mejor se adapta a sus características. Trata de hacer fácil lo fácil. Se agrupa bien para tapar espacios y, si tiene que hacer falta, la hace, a ser posible lejos de su área. En el minuto tres ya llevaba tres, por ninguna el Celta. Con el balón en los pies opta por salir a la contra, si se le presenta la ocasión, y por no asumir riesgos. No le importa cambiar el esférico de lado a lado y volver a empezar. Y se vuelca en las acciones de estrategia, con un amplio repertorio. Es un equipo muy mecanizado y solidario. No hace muchas cosas, pero hace lo que sabe y sabe qué hacer en cada momento.

Cambios

Óscar García agitó el árbol. El técnico celeste hizo cinco cambios respecto a la jornada pasada y empezó con tres centrales, con Kevin en la banda derecha, con Rafinha escoltado por Beltrán y Okay Yokuslu, y con Smolov arriba junto a Iago Aspas. Ganó posesión respecto al partido ante el Villarreal, en parte porque el Valladolid apretó mucho menos y prefirió esperar en campo propio. Al Celta le costaba profundizar y pisar el área de Masip, pero pudo disfrutar de un partido relativamente tranquilo.

Bandas

Poca presencia en los costados. Al jugar con tres centrales, los laterales tienen más metros y más libertad para incorporarse al ataque. Pero tanto Kevin como Olaza estuvieron más pendientes de tapar que de generar. Subieron poco. Y nadie buscó esos espacios. Sin llegadas por las bandas y sin apenas centros laterales, el rival se encuentra con un escenario mucho más sencillo a la hora de defender. El Celta tampoco apretó con decisión la salida de balón muy arriba. Lo recuperaba con muchos metros por delante. El resultado de todo ello es que en la primera parte no inquietó.

MEJORÍA

Paso adelante tras el descanso. Sin cambiar de esquema, el Celta salió con más decisión tras el tiempo intermedio. La primera vez que Smolov y Iago Aspas conectaron en el área pucelana, Masip tuvo que emplearse a fondo. La primera vez que Rafinha ganó la línea de fondo, su centro se paseó por el área de lado a lado sin encontrar rematador. Jugó más metido en campo rival, y se notó. También dispuso de una buena opción Fran Beltrán, poco antes del penalti marrado por Aspas. No es un bagaje extraordinario, pero al menos en la segunda mitad el equipo celeste tuvo opciones para haberse llevado los tres puntos. El de la primera, sin chutar entre los tres palos, no.

Variante

Denis Suárez por Smolov. Óscar García solo hizo dos cambios. Superada la hora de juego retiró a Smolov y dio entrada en el campo a Denis Suárez. El Celta ganó presencia en el centro del campo y mejoró al circulación de balón, demasiado lenta y previsible en la primera parte. La presencia de Brais Méndez muy al final fue testimonial.