Coincidiendo con los años de mayor disponibilidad económica del Celta han llegado las posiciones más discretas en la tabla
27 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La planificación de las últimas temporadas ofrece cuando menos dudas. No es normal que coincidiendo con los años de mayor disponibilidad económica en la entidad que preside Carlos Mouriño lleguen las peores clasificaciones. El ejemplo está en la temporada recién finalizada cuando el club contaba con 68,3 millones de euros de tope salarial, el undécimo de la liga, y solo le alcanzó para sumar 37 puntos, lo que significa que cada uno de ellos le salió a 1,8 millones, todo lo contrario que hace cuatro años cuando el Celta era uno de los equipos que mejor rentabilizaba cada euro.
Un camino que esta temporada siguió el Granada que sacó cada punto con 600.000 euros, el mejor ratio (un tope salarial de 35,4 para un total de 56 puntos).
El aumento del epígrafe destinado al pago de los jugadores creció de un modo exponencial en los últimos años en el conjunto vigués. En el curso 15/16 los célticos fueron sextos con tan solo 22,6 millones de tope, el décimo cuarto de aquel curso. Al año siguiente la cifra se fue hasta los 39,3 y al año siguiente solo subió un millón.
El salto cuantitativo se produce el curso pasado cuando el Celta redobla la apuesta destinando 50,9 millones, que luego fueron incrementados en el mercado invernal, a plantilla, mientras que en el curso recién terminado comenzó con 62,1 millones y se fue a 68,3 en enero para dar cabida a los fichajes de invierno.
Las cifras y la cronología confirman que dinero, acierto y clasificación no van de la mano. Los mayores éxitos del conjunto vigués llegaron cuando más apretado era el epígrafe para jugadores y sin embargo pese a los fichajes, en teoría más seguros de los últimos años, el equipo pegó de nuevo un alarmante bajón.
