Las teóricas soluciones no surtieron efecto en la práctica

Haydée Agras

GRADA DE RÍO

LA VOZ

El Celta subió la media de edad y contrató delanteros, pero volvió a sufrir

06 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho segundos interminables. Ocho segundos es el tiempo que tardó Óscar Rodríguez en recorrer más de medio campo con el balón controlado, plantarse en la frontal del Real Madrid y resolver una superioridad 7vs4 con un disparo que se fue alto. El suspiro de todos los celtistas lo pude oír claramente en Bangkok cuando ya me daban las cuatro de la mañana. Así se cerró la peor temporada del Celta desde el regreso del equipo a la Primera División en la campaña 2012/2013.

37 puntos sumados con solo siete victorias (únicamente el Espanyol, que descendió como colista, ganó menos partidos), siendo incapaz de ganar los dos encuentros a un mismo rival durante toda la temporada. Ocho de esos 37 puntos fueron conseguidos contra los equipos clasificados para la Champions League (Real Madrid, Barça, Atlético y Sevilla), lo que muestra el nivel de una plantilla que puede competir contra equipos teóricamente superiores.

Acabábamos la temporada pasada abogando por tres posibles soluciones para mejorar el rendimiento: incrementar la edad media de la plantilla, contratar jugadores que aportaran goles en ataque y firmar dos centrales para subir el nivel. El primer punto se cumplió. La plantilla pasó de una edad media de 23,8 a una de 26,9 años. Fichaje de jugadores con muchos partidos en La Liga que a priori deberían dar más empaque. En cuanto a la aportación ofensiva de los nuevos fichajes, Santi Mina (participando en el 36 % de los goles del equipo), Rafinha (24 %) y Denis (24 %) compensaron los números de Maxi la temporada anterior. En lo que se refiere a la defensa, en el mercado de verano aterrizaron en Vigo Joseph Aidoo y Jorge Sáenz, pero no fue hasta la llegada de Murillo cuando la línea defensiva ganó en fiabilidad.

En el análisis de la temporada 19/20 para el Celta abordaremos una comparativa con respecto a la temporada pasada, así como las variantes tácticas utilizadas por el sabadellense. Traducido a números, el Celta ha convertido el balón parado en una de sus facetas más productivas, siendo el cuarto equipo más goleador en este apartado (43 % del total de goles), solo superado por Alavés (50 %), Éibar (49 %) y Espanyol (48 %). En ataques posicionales el equipo consiguió el 35 % de sus goles, mientras que en transición el 22 %.

Aspas y Rafinha, diferenciales

Cabe destacar que solamente Rafinha Alcántara y Iago Aspas están posicionados entre los diez mejores jugadores de La Liga en sus respectivas posiciones en función de su rendimiento. Los números dicen que Iago es el tercer mejor delantero centro solo superado por Benzema y Luis Suárez.

Si nos apoyamos en los datos de Transfermarkt, que se ha convertido en la principal web de referencia para indicador el precio y coste de jugadores de fútbol a nivel mundial, el único jugador del Celta que se ha revalorizado esta temporada es Néstor Araújo.

A pesar de no conseguir revalidar el trofeo Zarra, Iago Aspas (3.266 minutos) fue el segundo jugador de campo con más minutos en toda la temporada, solo superado por Jesús Navas (3.371), disputando 37 de los 38 partidos, perdiéndose únicamente el partido contra el Getafe por sanción.

La segunda mejor defensa céltica en los últimos ocho años

En el apartado táctico, Óscar trató de implantar su modelo de juego desde su debut como técnico celeste en el Camp Nou. Presión alta, posesión y variantes tácticas. Los cambios más significativos fueron la altura de la línea defensiva, así como el comportamiento en transición defensiva.

Con Escribá, el equipo en el momento de la recuperación estaba posicionado a una media de 77,9m de la portería rival, mientras que con la llegada de Óscar, suben un poco esta línea (76,5m de media). Con el valenciano, el equipo era mucho más cauto tras pérdida, buscando la reorganización rápida en un bloque medio-bajo, mientras que desde la llegada de Óscar el equipo ha demostrado una presión alta en campo rival donde los centrales contrarios estaban fijados con los dos delanteros celestes.

Esto provocó que en ocasiones el equipo se partiese en dos bloques en transiciones defensivas, encajando el 24% de los goles al contraataque con Óscar y el 21% con Escribá. A pesar de este dato, Óscar ha conseguido acabar la temporada siendo la segunda mejor defensa del Celta en los últimos 8 años.

En cuanto a realizar un fútbol más ofensivo que su predecesor, este planteamiento no se vio reflejado en los números finales del curso. Solo el Espanyol (27) y el Leganés (30) marcaron menos goles que el Celta esta temporada, firmando así uno de sus peores años en este aspecto. Además, el equipo trató de ser más práctico y vertical con balón (50% de posesión media, 51% con Escribá).

Durante toda la temporada ha alternado esquemas con cuatro defensores con otros con tres centrales y dos carrileros de mucho recorrido. Su principal sistema es el 1-4-3-3, condicionado por el posicionamiento de Rafinha partiendo de inicio como uno de los interiores. Su tendencia y carácter ofensivo transformaban ese 1-4-3-3 en un 1-4-2-3-1 en muchas ocasiones, especialmente cuando los otros dos centrocampistas eran de un corte más defensivo (Okay, Fran Beltrán o Bradaric).

Durante la temporada también ha utilizado un 1-4-4-2 clásico, en muchas ocasiones con ambos jugadores de banda con tendencia a meterse por dentro, especialmente tratando de juntar a Denis y Rafinha en el once (vs Leganés por ejemplo).

Podemos ver que de los 29 partidos con Óscar al mando, el entrenador optó por utilizar de inicio o al final del partido una defensa con tres centrales mayoritariamente en los partidos fuera de casa (58.8 % del total), así como contra equipos de la parte alta de la tabla (80 % vs equipos clasificados para la Champions League). Con este 1-3-5-2 que se transformaba en un 1-5-3-2 en bloque bajo el Celta ganó con la presencia de Olaza en posiciones más adelantadas (tres asistencias y tercer jugador de La Liga que más centros al área pone por partido).

Además, el equipo pudo llevar peligro con las llegadas desde la segunda línea de los interiores y la capacidad para filtrar pases en profundidad de Denis y Rafinha recibiendo en 3/4 de campo en zonas centralizadas. Además se sacó rendimiento a la capacidad física de Aidoo para salir de zona a interceptar o encimar, mostrándose cómodo a campo abierto (74 % entradas ganadas, el mejor del equipo en este apartado).

Haydée Agras es analista de fútbol viguesa y realiza informes para la empresa rusa InStatFootball y el Johor de Malasia.